
Qué animal con mente desquiciada y enferma pudo haber raptado y matado a la pequeña Melany Viridiana Gómez, de apenas siente años, cuando sus papás, residentes de Juárez, Nuevo León, la llevaron a pasar juntos unas cortas vacaciones en una playa de Tamaulipas.
Esta noticia vino a confirmar que Tamaulipas está todavía lejos de ser el paraíso, pese a los esfuerzos de autoridades federales y estatales por abatir los índices delictivos, no solamente relacionados con el crimen organizado, sino de la delincuencia común.
Cuando en Nuevo León parecía que había una campaña en los medios de comunicación para presentar a Tamaulipas como una sucursal del infierno, el rapto y posterior confirmación de la muerte de la pequeña Melany viene a echar a perder todos los avances para cambiar esa percepción.
Si bien los peores años ya pasaron, cuando las versiones de secuestro de personas y robo de vehículos sucedían en las carreteras que unen a ambas entidades, este hecho podrá en alerta a los neoloneses que tenían pensado vacacionar en playas tamaulipecas.
Es inconcebible cómo alguien se atrevió a raptar de una casa rentada por turistas de Nuevo León a la inocente Melany, desaparecerla durante casi 40 horas, y que su cuerpo haya sido localizado en un terreno propiedad de la Marina Armada de México en Tampico-Madero.
El gobierno de Egidio Torre Cantú, desde que estalló la violencia en enero de 2011, no ha quitado el dedo del renglón para devolver la seguridad al Estado, pero especialmente para que las inversiones nacionales y extranjeras regresen, a pesar de extorsiones y cobro de derecho de piso de bandas criminales.
La derrama económica producto del turismo vecino siempre ha estado en la lista de las prioridades del ejecutivo estatal que, por intentos, no ha dejado, promoviendo a Tamaulipas en Nuevo León a través de campañas de publicidad.
El asesinato de Melany seguramente tendrá consecuencias en este rubro, aun cuando las investigaciones policiacas lleven a descubrir al responsable.
En el terreno humano ¿qué perturbado mental puede planear secuestrar y luego cometer un crimen de una niña indefensa?
Cada vez que los medios de comunicación nos encargamos de contar estas lamentables historias, seguro quisiéramos convertirnos en juez para imponer drásticas condenas, entre ellas la pena de muerte.
Porque este tipo de criminales no pueden llamarse seres humanos ni andar sueltos en las calles escogiendo a su próxima víctima. Y que pueden actuar en la oscuridad contra una menor de edad que solamente quería cumplir un sueño: conocer el mar.
Cierto que no se puede culpar a un gobernador o a un alcalde de esta situación, pero hasta que no se sepa la verdad y se presente al culpable, la opinión pública se encargará de hacer su parte. En un espantado sur de Tamaulipas donde andará libre un chacal con ganas de sangre.
Este no será el último de los asesinos de pequeños indefensos, lamentablemente, pues hasta los mismos padres han actuado en contra de sus propios hijos, mandándolos a la tumba después de una despiadada golpiza.
El cuerpo de Melany regresó dentro de un ataúd para ser sepultado por sus padres, familiares, vecinos, compañeros y maestros de la primaria donde estudiaba en el municipio de Juárez, aunque mejor hubiera sido regresar llena de alegría y sueños de niña.
Tamaulipas sigue siendo tierra de nadie en algunas regiones y ciudades, aunque también el gobierno de Torre Cantú, como en Nuevo León su homólogo Rodrigo Medina de la Cruz, ha tenido avances en reducir los índices delictivos.
Vaya, los peores años ya pasaron en ambos Estados, aunque por su posición geográfica para el tráfico de narcóticos y su extensa frontera con Estados Unidos comparada con Nuevo León, en Tamaulipas lo mejor para sus habitantes deberá esperar todavía más tiempo.
En Nuevo León reducir, que no es lo mismo acabar con la inseguridad, ha jugado a favor del PRI y de Medina de la Cruz, a menos un año del relevo en la gubernatura, mientras la misma receta deberá aplicarse en Tamaulipas si el tricolor no quiere perder esa posición y el Congreso local por vez primera en su historia en 2016.
Aunque lo urgente para los dos gobiernos es tomar todas las medidas preventivas para que tristes casos, como la muerte de Melany, no se vuelvan a repetir.
Porque esta vez fue Melany en Tamaulipas, pero antes fueron niños, jóvenes y adultos inocentes que cayeron abatidos en fuego cruzado en céntricas avenidas de la zona metropolitana de Monterrey.
Descansen en paz.