Las elecciones de este 1 de julio, consideradas las más importantes de los últimas décadas no sólo por los más de tres mil 500 puestos de elección popular que se renovarán en las 32 entidades del país, sino por la posibilidad de una altísima participación ciudadana, sin duda reconfigurarán en mapa político en México.
Más allá de quien sea declarado presidente de México, recuérdese que aún y quien gane las votaciones, sea por un voto de diferencia o por abrumadora mayoría, tendrá que esperar a la calificación del proceso por parte del Tribunal Federal Electoral, los mexicanos podrían ser testigos de la desaparición de varios partidos políticos o, cuando menos, de una sacudida total.
En uno de los muchos escenarios planteados conforme fueron desarrollándose las campañas electorales, prevén que en caso de que Morena y su candidato presidencial y aliados que lo acompañan (PES y PT) ganen los comicios de manera arrolladora, con la mayoría en las cámaras de senadores y diputados federales, y teniendo al PAN como segunda fuerza nacional, el PRI se hundiría al tercer lugar sin ganar ni una de las siete gubernaturas en disputa.
PAN, HERIDO DE MUERTE
En ese escenario en el que Andrés Manuel López Obrador es presidente y Morena, como liderazgo de la coalición Juntos Haremos Historia, el Partido Acción Nacional sería la segunda fuerza político electoral, con la segunda bancada de senadores y diputados federales más numerosa, una o dos gubernaturas y cientos de ayuntamientos gobernados por panistas, además de la mayoría en 12 o hasta 16 congresos locales. Hasta ahí todo bien.
Sin embargo, Acción Nacional estaría herido de muerte debido a la terquedad de su hoy aspirante presidencial Ricardo Anaya Cortés, quién se autoimpuso la candidatura, orilló a Margarita Zavala a renunciar a su militancia y alejó a decenas, cientos de miles de los militantes del partido, quienes apáticos unos, frustrados o enojados otros, optaron por emigrar a Morena o Movimiento Ciudadano.
Sin duda, el ex presidente Felipe Calderón y su esposa formarían otro partido político, no por algo cuentan con capital político y miles de simpatizantes, además de que no se descartaría una nueva fuga masiva de panistas en pos de otro proyecto.
El conflicto y la debacle se darían con la derrota de Anaya en las urnas, sea cual sea el resultado. A él y sólo a él, se le echarán todas las culpas del fracaso electoral, y agobiado por la situación, no se descarta su renuncia a la militancia, si no es que sus correligionarios pedirían su expulsión del partido y su defenestración.
Y para que Anaya no se este sólo en la derrota, el Partido de la Revolución Democrática (PRD), o lo que queda de él, también entrara en una fase de decadencia. Herido de muerte por haberse aliado con Movimiento Ciudadano y el panismo de derecha, olvidando sus raíces de izquierda, sólo con la intención de sobrevivir electoralmente.
En su afán de derrotar a su enemigo natural, Morena, el Partido de la Revolución Democrática, perdió piso, rumbo y con ello, destino. Cada día le renuncian más y más militantes, los mismos que se mudan al Movimiento de Renovación Nacional, fortaleciendo así sus cuadros en distintos estados.
Morena tiene ya prácticamente ganadas las gubernaturas de Morelos, donde postuló al ex futbolista Cuauhtémoc Blanco; Tabasco, tierra del Peje; Chiapas, donde el gobernador Manuel Velasco Coello, quien llegó por Partido Verde al cargo, ahora hace campaña a favor de los morenistas; y la Ciudad de México, con Claudia Sheinbaum al frente con lo cual terminaría la hegemonía perredista iniciada en 1997 por Cuauhtémoc Cárdenas.
En los cinco estados, la alianza que encabeza el PAN va adelante con poca ventaja como es Puebla y Veracruz. Más amplio en Guanajuato y Yucatán, mientras en Jalisco va adelante el candidato de MC.
En Yucatán, Mauricio Vila, del PAN y Movimiento Ciudadano, lidera las preferencias con 37.3 por ciento de la intención de votos. En segundo lugar, se encuentra Mauricio Sahui, de la dupla PRI-VerdeVerde; y en tercera posición se encuentra Joaquín Díaz Mena, de Morena, PES y PT.
SILENCIO
Con el cierre de campaña de Jaime Rodríguez Calderón el miércoles 27 en la Arena Monterrey, en Nuevo León se baja la cortina de los actos de campaña de los aspirantes presidenciales.
Previamente, el viernes 22 de junio estuvo el puntero Andrés Manuel López Obrador, quien no se puede quejar, puesto que las autoridades del gobierno independiente que encabeza de manera interina el gobernador Manuel González Flores, brindó todas las facilidades para que Morena, Encuentro Social y el Partido del Trabajo realizaran su mitin en la Explanada de los Héroes.
De hecho, la apertura de González Flores con el equipo del candidato presidencial que desde días antes ordenó se despejara la Macroplaza para el acto político, además de brindar todas las garantías de seguridad para llevar a buen puerto el evento.
Incluso, el municipio de Monterrey pese a ser un acto político en un sitio donde le corresponde la vigilancia y seguridad al estado, coadyuvó con mayor número de elementos policiales y de vialidad, para que se llevara a tiempo y sin incidentes. Vaya, el equipo del alcalde con licencia,
Esta decisión Contrasta con la negativa de la jefatura del gobierno de la CDMX de prestar el Zócalo para el cierre de campaña de AMLO, quesque por tener ya otras actividades ahí programadas con antelación.
Eso se llama ser tolerantes y civilizados.
SORPRESAS
El último esfuerzo, el sprint final y la doble sudada que se aventaron la mayoría de los candidatos a las alcaldías y diputaciones locales y federales para cerrar sus campañas en pos del voto, así como la de los aspirantes al Senado de la república, merecen un reconocimiento del público, por sus ganas de tratar de convencer a los ciudadanos de que voten por ellos.
Y es que, NINGUNO, con letras mayores, puede sentirse seguro y confiado en su triunfo el 1 de julio, ya que muchas cosas pueden cambiar para bien o para mal en lo político. Muchos factores pueden presentarse y dar la voltereta a una elección que el candidato creía ya tener ganada.
En muchos municipios y distritos locales, los resultados de las votaciones son de pronóstico reservado.
Por ejemplo, en el municipio de San Pedro Garza García, el Partido Acción Nacional gobierna desde 1988, cuando se la arrebató al PRI teniendo a Mauricio Fernández Garza como candidato, y quien en este 2018 concluiría su tercer mandato al frente de la comuna.
Pues en lo que se llama la joya de la corona panista, Miguel Treviño de Hoyos, candidato independiente, tiene un cierre dramático de esos de la carrera de 100 metros planos a nivel Olimpiada, casi alcanza o ya alcanzó a la abanderada del PAN, Rebeca Clouhtier Carrillo, en la intención del voto ciudadano, lo que podría ser algo histórico en Nuevo León.
Si bien se considera que en San Nicolás de los Garza y Santa Catarina hay altas posibilidades de que el panismo mantenga su hegemonía, incluso con un margen holgado en la votación de alcalde y diputado local, en Monterrey y Guadalupe los candidatos Felipe de Jesús Cantú y Pedro Garza estaban resignados a los priistas Adrián de la Garza y Cristina Díaz.
En Apodaca y Escobedo hay confianza para los aspirantes del tricolor, César Garza Villarreal y Clara Luz Flores, quien busca la reelección, pero como quiera le echarán los kilos al asador y evitarán arriesgarse.
En Juárez el priista Heriberto Treviño Cantú y el independiente Américo Garza, parece que pedirán la historia de 2015. Van nariz con nariz en la carrera.
Sólo hay que recordar que en las elecciones del 2015 el mapa político de Nuevo León, en donde irrumpió el fenómeno de Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, fue modificado por los ciudadanos.
En ese año, el Partido Revolucionario Institucional se llevó el triunfo en 22 de los 51 municipios, mientras que Acción Nacional ganó en 18 ayuntamientos; a su vez, el Partido del Trabajo obtuvo una alcaldía al ir en solitario, pero en alianza con el Partido de la Revolución Democrática, obtuvieron la victoria en cuatro.
También se hizo con el triunfo un candidato independiente, en García; mientras que Movimiento Ciudadano y el Partido Nueva Alianza lograron una alcaldía, respectivamente.
Ahora, el factor Morena y Andrés Manuel López Obrador podría favorecer o ser factor de derrota, porque no decirlo, en algunos municipios sobre todo los de la llamada zona rural.
De que las cosas se van a poner harto difícil, no hay duda.