Estaba El Apuntador un día en grave crisis de decidir por dónde empezar esta columna ante tantas malas noticias en los medios de comunicación por culpa del Covid-19, cuando optó por abordar la verdadera tragedia y maltrato que viven medio centenar de empleados del periódico El Horizonte.
Esta novela de terror empezó cuando Guillermo Salinas Pliego y su junior, dueño y heredero además de TV Azteca Noreste y la Arena Monterrey, un día de marzo citaron a una junta a los empleados del rotativo para decirles tajantemente que “el Coronavirus era solo una simple gripa y que no nos asustáramos”. Así, textualmente.
Memo Salinas, para los amigos que asisten con el magnate a relajarse de la pandemia en el Centro Ecuestre San Pedro, también amenazó a la planta laboral al decirles que si tenían miedo de contagiarse en la calle, podían hacer home office, pero con menos sueldo.
Esa misma medida de pagarle la mitad o menos sueldo a los empleados que no acuden a las instalaciones también la aplicó El Norte, donde nadie se salvó, ni Mirna Ramos, una de sus reporteras estelares. Pero sobre los recientes despidos en el periodicote se hablará más adelante.
Volviendo a El Horizonte, entre el 28 y 30 de abril, recursos humanos citó a los empleados para ver quién se dejaba, ofreciéndoles unas ridículas liquidaciones que no solamente violan las leyes laborales, sino que pisotean elementales derechos humanos.
El Apuntador se enteró de que antes de que Memo Salinas y su junior planearan despedir a más de 50 trabajadores, algunos que hacían home office recibieron entre el 10 y 30 por ciento de su salario. Ejemplo: quien ganaba 10 mil mensuales en nómina, en abril enfrentó la pandemia en casa con sólo mil pesos.
Uno a uno, los reporteros, fotógrafos, diseñadores, guardias, personal administrativo y de circulación, entre otras áreas, desfilaron por las oficinas ante directivos encargados del abominable despido y de abogados de El Horizonte, que quisieron tomarles el pelo obligándolos a firmar su renuncia voluntaria.
Ante la urgente necesidad de llevar dinero a sus casas, algunos firmaron el primer ofrecimiento, y a varios se le citó para mejorar su liquidación, mientras otros de plano se organizaron para demandar en grupo a El Horizonte por lo que consideran un abuso o, mejor dicho: una mentada de madre.
Pero no a todos los empleados se les midió con la misma vara. Se sabe que la versión digital del periódico, entre editores, tres reporteros de locales, finanzas y nota policiaca, además de diseñadores todos de reciente ingreso, trabajan desde sus casas percibiendo el 100 ciento de su sueldo.
Los Salinas, padre e hijo, justifican esta humillante medida con que el proyecto del periódico terminó de plano -tras siete años- contaminado por la pandemia. Sin embargo, entre los que se fueron, o están por irse y los pocos que quedan, corre la versión de que la edición impresa regresaría cuando pase la emergencia sanitaria.
En esa primera junta, porque hubo otra, los dueños de El Horizonte les dijeron que las personas menores de 45 años debían acudir a diario a las instalaciones, pero que si se enfermaban de Covid-19 se irían a sus casas 15 días, sin asegurarles que conservarían su empleo cuando salieran de la cuarentena.
Ante ese posicionamiento de perder el trabajo ante un probable contagio ninguno quiso irse a su casa, hasta que en una segunda junta se tomó la decisión de enviarlos a hacer home office reduciéndoles el sueldo hasta niveles humillantes. En esa reunión asistieron Luis Padua, director del diario, y Leticia Benavides, cara conocida de TV Azteca Noreste.
Entre los despedidos se encuentran reporteros de espectáculos y deportes, secciones que hasta desaparecieron de la versión digital que diariamente publica entre 8 y 14 páginas elaboras por 15 empleados que restan en nómina. La edición del lunes 11 de mayo apenas tenía 7 páginas y una de publicidad.
La apuesta para resucitar al periódico que ha sido usado por los Salinas para aumentar los convenios de publicidad con sus clientes anclados en TV Azteca Noreste, es el dinero de los partidos políticos y candidatos en campañas electorales, cuando este empiece a moverse a raudales en Nuevo León.
En la pasada edición de esta columna, tan amada como tan odiada por quienes son mencionados, se abordó el tema de Look, la revista semanal espejo de la alta sociedad de El Horizonte, misma que ni el presupuesto alcanzó para mantenerla digital y solo sube de vez en cuando publicaciones a su página de Facebook.
En El Norte, otro medio como muchos que no se ha salvado de la situación crítica que sufren y sufrirán en el futuro cercano la mayoría de los medios de Nuevo León, fueron liquidados varios editores y coeditores considerados “santones” e inamovibles, porque los ingresos publicitarios y de venta diaria del periódico se desplomaron abruptamente.
Marco Castillo, Mario Rodríguez, Pedro Ocañas, José Luis Undiano y la reportera Verónica Ayala dejaron de ser mano útil para el director actual, Alejandro Junco junior.
Castillo es un experimentado periodista del mundo de la farándula; Rodríguez, Ocañas y Undiano estaban de jefes en las secciones de locales y seguridad pública, la misma que diariamente sale con cuatro páginas en la edición impresa.
Mientras que Ayala escribía para el periódico Reforma y tenía status en la redacción. De hecho, el pasado 10 de mayo Ayala publicó un reportaje que luego, “mágicamente” apareció ¡dos días después! en la portada de Locales de El Norte, pero firmado por Angel Charles.
Como prueba de que ni el apellido salva en el periodicote, también fue echado a la calle Hernán Villarreal Junco, directivo del área comercial y pariente de los meros meros petateros.
Y en Multimedios se corrió fuerte el rumor, faltando por confirmar El Apuntador, que Roberto Hernández Contreras, hijo de don Roberto Hernández junior, fue invitado a salir de la empresa, así como María Elena Meza, quien por años fue directora de noticias de Milenio Radio.
Desde que Santiago Fourcade asumió la conducción del programa Futbol al Día, se supo que para Willy González, el mandamás de deportes de Multimedios en funciones de vicepresidente y primogénito del reconocido cronista de futbol (QEPD), quedaba rezagado y su despido solo era cuestión de tiempo.
Los reporteros de lo que fue Núcleo Radio Monterrey (NRM), de la familia Bichara, andan con el Jesús en la boca porque la estación pasó a formar parte de Heraldo Media Group, una empresa chilanga que tuvo un periódico que se hundió y de la noche a la mañana -en tiempos de la 4T– resurge y hace radio en Nuevo León.
Los cambios empezaron cuando por la mañana dejó de escucharse en la 90.1 de la Frecuencia Modulada el ultra enemigo de AMLO, Pedro Ferriz de Con, en su primera edición de Central FM Equilibrio.
Ante ese sospechosismo, uno de sus directivos, Andrés Bichara, aclaró: Que no panda el cúnico, que nada tenía que ver el presidente de México para cambiar de piel y de programación, sino que se trata de un plan estratégico.
Y de inmediato circularon un flyer con los rostros de los titulares de los noticieros y de opinión donde están Adela Micha, Sergio Sarmiento y Daniel Bisogno, además de los locales José Luis Portugal, Pedro Piña y Gabriela Tanguma, entre otros.
El 30 de abril fue la última edición de Portugal al frente del noticiero Enfoque Monterrey que pasaba de una a dos de la tarde, y ahora tendrá un segmento de análisis político.
Por cierto, muy mal se vio Heraldo Radio porque los reporteros que aún cobran en Pino Suárez y Treviño brillaron por su ausencia en la cobertura del asilo de Guadalupe donde brotó el contagio de Covid-19, hecho que fue del interés de la prensa nacional e internacional. ¡Tacha!
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