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uando todo parecía indicar que Movimiento Ciudadano en Nuevo León iba en caballo de hacienda rumbo a las todavía lejanas elecciones de 2024, tres desapariciones de mujeres en menos de un mes voltearon de cabeza al estado y suben al ring y en igualdad de posibilidades a los demás partidos políticos.
Y al referirse solamente al trío de María Fernanda, Debanhi y Yolanda, es obviamente porque primero sus ausencias, y luego la confirmación de sus muertes, provocaron el enojo de un amplio segmento de la población, y los errores de la Fiscalía General en sus investigaciones sembraron la duda.
Cuando el 7 de abril el cuerpo de Marifer, la estudiante del Tec de Monterrey fue hallado en una casa de Apodaca, dos días después Debanhi, la joven de 18 años que cursaba la carrera de leyes en la UANL, desapareció en la carretera a Nuevo Laredo en Escobedo.
Los familiares de Marifer criticaron el trabajo de búsqueda por parte de la Fiscalía, el cual calificaron como deficiente. Ello provocó la unión de colectivos feministas que se manifestaron en Palacio de Gobierno e incendiaron una de las puertas laterales.
María Fernanda Contreras, de 27 años, había desaparecido el 3 de abril y fue encontrada muerta a causa de un golpe contundente en el cráneo.
Esos días, además de gritar a todo pulmón su enojo a las autoridades estatales, las manifestantes pidieron al gobernador, Samuel García Sepúlveda, la renuncia del secretario de Seguridad, el eterno e inamovible Aldo Fasci Zuazua.
Cuando todavía pesaba en el ambiente el hecho sangriento de Marifer, el lunes 11 de abril empezó a circular la fotografía de Debanhi, parada indefensa en un camellón en una oscura zona de quintas y muy cerca del motel Nueva Castilla.
En un afán de ayudar a su localización, Samuel y Mariana se unieron al operativo, pero las redes sociales fueron implacables al criticar una colaboración que era solidaria y empática, sobre todo porque la presión de la olla estaba a su máximo por el caso de Marifer.
A la rabia contra todo lo que fuera autoridad, llámese de gobierno o la Fiscalía General, vino una serie de errores en cascada en el rastreo sobre el paradero de Debanhi, mismos que tras su hallazgo el 21 de abril llevaron a la destitución de dos fiscales.
Mención aparte fue la realización de un festival llamado Nuevolandia, con motivo del Día del Niño, que para un amplio porcentaje de los habitantes del Estado debió ser pospuesto o, mínimo, que el gobernador y su esposa no asistieran. Y fueron, sonrieron ante las cámaras y se disfrazaron. Y de nuevo las redes sociales fueron implacables.
Hora Cero solamente confirmó cuatro elementales errores u omisiones que se cometieron el 14 de abril, cuando se hizo la primera revisión al motel por parte de elementos ministeriales de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) que depende de la Fiscalía.
PRIMER ERROR.- Los perros rastreadores de personas, vivas o muertas, no fueron los que se llevaron al operativo dentro del motel (aunque se dice que hubo dos incursiones más), porque si Debanhi había caído el 9 de abril en la cisterna, la hubieran localizado de inmediato.
Entonces los canes que la AEI y Fuerza Civil pusieron a la vista de los reporteros, y que se vieron en videos y fotografías echándole muchas ganas, sí tenían cola y cuatro patas, pero no eran los indicados, pues esos están entrenados para encontrar drogas o explosivos.
En resumen: en el motel Nueva Castilla los fiscales encargados del operativo, y Aldo Fasci como encargado del grupo de 200 elementos del grupo especial de búsqueda de personas -creado el 11 de abril por decreto del gobernador-, se prestaron a una simulación o peor, a un montaje.
El mandatario aseguró que articularía todos los esfuerzos para atender de manera inmediata los casos de mujeres desaparecidas, utilizando toda la fuerza del Estado, dando prioridad y cero tolerancia a la violencia contra las mujeres.
“Vamos a incrementar el grupo de búsqueda (BUPE) con más de 200 elementos dándole facultades para actuar de inmediato, sin barreras y sin excusas en los casos de desaparecidas.
“Que ninguna barrera nos detenga para ir a rescatar a las mujeres y a arrestar a los violentadores. Vamos a aplicar todo el peso de la ley sin miedo, para mandar un mensaje contundente de que, si se meten con una mujer, se meten con todo Nuevo León”, reiteró.
SEGUNDO ERROR.- Cuando en la primera revisión al motel el 14 de abril, bastaba con recargar una escalera en la pared del inmueble, subir tres peldaños, asomarse a la propiedad, y ver que del otro lado había tres entradas de cisternas y que, en una de ellas, estaba el cuerpo de Debanhi. Si es que estaba desde el 9.
Y si tener una escalera de madera, ya no metálica comprada en Soriana que era mucho pedir, era impedimento, junto a la barda siempre estuvo una llanta ponchada de tráiler donde, con poco de esfuerzo trepándose a ella, las cisternas eran visibles.
TERCER ERROR: Seguramente las cabezas de la Fiscalía General de Nuevo León y de Fuerza Civil conocen de tecnología y están enterados que hace años se inventaron unos aparatos llamados drones, que con un poco de entrenamiento una persona puede elevarlos y tomar fotos y videos.
Bueno, esos pájaros metálicos y plásticos con hélices y una camarita de buena resolución (se dice que la AEI tiene al menos dos), desde el sábado 9 debieron hacer su chamba sobre la quinta Diamante (a donde Debanhi acudió a una fiesta), además en Alcosa y en el motel. ¿Y a poco no hubieran visto las cisternas?
Hora Cero halló la evidencia que un dron de un particular sobrevoló el motel el viernes 15, con video ubicó las cisternas y el material fue entregado a los fiscales destituidos, Rodolfo Salinas y Javier Caballero, y al papá de la joven, Mario Escobar.
CUARTO ERROR.- Desde el mismo día cuando el motel fue revisado sin ganas de hallar a Debanhi, los investigadores y encargados de la búsqueda tuvieron que usar el Google Maps para percatarse que además de la fosa localizada en un predio contiguo al Nueva Castilla, dentro había no una, ni dos, sino tres cisternas.
Una elemental herramienta de apoyo gráfico que utilizan los departamentos de diseño y editores de medios de comunicación cuando hacen una ilustración o infografía. Y que no cuesta más que pagarle el Internet a Telmex, y tener esa aplicación. ϖ