Miguel Ángel García Domínguez reapareció en el escenario político a finales del año pasado, pero su ansiada candidatura a la alcaldía de Monterrey está todavía en veremos.
El panista y ex alcalde de San Nicolás pidió licencia como secretario de Desarrollo Humano cuando fue hecha pública una desafortunada reunión entre él, el dueño del Casino Red y el hermano del alcalde de Monterrey, Jonás Larrazábal Bretón.
García Domínguez era la carta fuerte del alcalde regiomontano para relevarlo, tal como sucedió en San Nicolás, pero el tsunami de las casas de apuestas alcanzó y afectó a dos prominentes panistas de Nuevo León.
A como están las cosas, sonaría difícil que Larrazábal Bretón sea designado candidato al Senado, y García Domínguez para alcalde de Monterrey; aunque la decisión final correrá a cargo del CEN del PAN.
Sin duda ambos panistas tienen un capital político que han construido durante varios años de militancia, como también no hay dudas que ese mismo capital se devaluó con el escándalo del caso Jonás.
El aspirante a la alcaldía de Monterrey ha estado en contacto con Gustavo Madero Muñoz, presidente nacional albiazul, quien sabe del peso que tiene dentro de la membresía que mueve a su partido no sólo en la capital, sino a nivel estatal.
Miguel Ángel se retiró de su puesto en la presidencia municipal para darle un mucho de oxígeno a su jefe, Fernando Larrazábal Bretón, agobiado por las acusaciones contra su hermano Jonás.
Y no había de otra. Aparecer en las fotos y videos en esa reunión suponía muchas cosas, sin descartarse que -quienes conocen a García Domínguez-, saben y confirman que asiste a casi todas porque siempre responde a las invitaciones.
Desde que fue alcalde de San Nicolás y luego diputado local, Miguel Ángel igual está en un bautizo que en una boda; en un cumpleaños que en un aniversario de un medio de comunicación; en la presentación de un libro o en un homenaje a una persona sin importar su linaje. Acude a donde es requerido.
Por eso no fue extraño que el 30 de diciembre pasado, en su reaparición pública, acudieron más periodistas y amigos que los convocados. Y que durante su ausencia sus teléfonos nunca dejaron de sonar; aunque hubo algunos que se decían amigos que pintaron su raya, sobre todo dentro del PAN.
Al ser electo presidente del PAN, Madero Muñoz seguramente hizo compromisos con otros grupos antagonistas a Larrazábal Bretón, de donde podría salir el futuro candidato a alcalde de la capital regia, sin embargo la opción García Domínguez sigue viva.
Las encuestas contratadas por el mismo PAN estatal ubican a Miguel Ángel en primera posición, por encima de otras cartas que ya se manejan dentro y fuera del Ayuntamiento.
La confirmación de que el escándalo Jonás no tuvo efectos devastadores en la opinión de los regiomontanos (como se esperaba), fue confirmada en la evaluación de los primeros dos años de la administración donde Larrazábal Bretón logró calificaciones aprobatorias.
Y si el alcalde la libró, seguramente sucedió lo mismo con su secretario de Desarrollo Humano con licencia quien, por cierto, estaría por regresar a su cargo los últimos días de enero.
García Domínguez volvería para apaciguar las aguas y enviarle un mensaje directo a la estructura albiazul en Monterrey, tan perezosa los últimos cuatro meses desde que se quedó sin su principal operador.
Un retorno que también es necesario para los programas sociales que Larrazábal Bretón ha implementado en Monterrey, que necesitan de su hombre orquesta para el lucimiento del jefe político.
Pero mientras son peras o manzanas, el reto inmediato de García Domínguez es que Larrazábal Bretón saque adelante la candidatura de Ernesto Cordero Arroyo, aspirante a la candidatura del PAN a la presidencia de la República.
Y de lo que venga en el futuro, Madero Muñoz tendrá la última palabra. v
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