
Luego del inesperado, pero predecible triunfo de Jaime Rodríguez
Calderón en la Gubernatura de Nuevo León, quedó demostrado el
gran dinamismo de la Opinión Pública ante tres grandes ingredientes; la impunidad política que conlleva una gran irritación ciudadana que “detona” en las famosas Redes Sociales.
Es un hecho que políticos como el exalcalde de García, Nuevo León, mismo que militó en el Partido Revolucionario Institucional durante 33 años, quien supo aprovechar una combinación letal para la “partidocracia”, navegando con una bandera de una aparente independencia, de ninguna manera pueden asumir que ya encontraron “la llave del cofre del tesoro”.
Lamentablemente, ser candidatos “independientes”, no significa que sean candidatos “ciudadanos”, y las actitudes y comportamientos de algunos triunfadores empiezan a molestar a los verdaderos “broncos”.
Porque no en balde, los ciudadanos de estados como Nuevo León, Coahuila, Durango y Tamaulipas sean conocidos en el resto de México, como los “Bárbaros del Norte”, ya que son famosos por saber labrarse un futuro en lugares en los que otros ya hubieran “aventado la cuchara”.
Les gusta trabajar, pero les disgusta, y mucho, sentirse utilizados y engañados, o sea, no les gusta ser “madreados”.
No en balde, fue en el Norte de México, donde personajes como Francisco Villa, en Durango, Francisco I. Madero, en Coahuila, fueron algunos de los pilares de la Revolución Mexicana, al alinearse intereses y ofensas, entre y hacia las clases proletarias y empresariales, ante un desgaste sostenido por el grupo en el poder político y militar.
Muchos mexicanos se jactan de tener en su biblioteca personal los famosos libros relacionados con el “México Bronco”, como el de DH Lawrence, “La Serpiente Emplumada”; Graham Greene, “El Poder y la Gloria”; o el de Malcolm Lowry, “Bajo el Volcán”, mismos que coinciden en las potenciales crisis sociales ante las circunstancias recurrentes de abuso y poco desarrollo.
Es un error pensar que el concepto “Bronco” sea una marca registrada por políticos que niegan ser políticos, tan sólo porque cambiaron de color. Va mucho más allá que este análisis superfluo.
La gente es la “Bronca”, sobre todo en las clases medias, al ser las más lastimadas con las recurrentes crisis económicas y de inseguridad, mientras que otros grupos sociales lo están demostrando también al dejar cada vez más “desinfladas” las mentadas “estructuras” partidistas.
Muchas de las “estructuras electorales”, han confirmado que en pleno Siglo XXI, ni son “estructuras” y muchos menos “electorales” ya que demostraron que su único “color”… es el “color” del dinero.
El “México Bronco” es una realidad a nivel nacional, y aquellos grupos políticos, empresariales, académicos o religiosos que lo “dome” con resultados, terminará por darle la vuelta al estado de cosas actual.
Porque resulta deprimente que cuando muchos ciudadanos “festejaban” el fin de la partidocracia, personajes como Jaime Rodríguez, en Nuevo León, o el popular pero incompetente Cuauhtémoc Blanco, no solamente no estén cumpliendo sus “dichos” en los “hechos”.
Peor aún, al envolverse en la bandera “independentista” se tornan iracundos ante aquellos ciudadanos que ya empiezan a dar muestras de cansancio y desánimo ante las recurrentes muestras de ineficacia y poca transparencia gubernamental y demandan menos “lengua” y más “cabeza”.
Y parece que se confirma el famoso dicho:
“Estábamos MEJOR, cuando estábamos PEOR”…