
Todo indica que ante la ausencia de un liderazgo real en el Partido Revolucionario Institucional, al carecer de figuras formales con real influencia social, los estrategas del Partido Acción Nacional ya “olfatearon” el olor a sangre y como auténticos raptores van al abordaje del barco tricolor con miras al próximo proceso electoral intermedio en Nuevo León, que no por ello deja de ser sumamente importante a nivel nacional en el 2012.
Y es que el pastel local no es nada despreciable, por lo que el “juego de las vencidas tipo cantina” ya inició entre dos alcaldes panistas, tan iguales, pero tan diferentes.
Mientras que uno trae la marca albiazul 100 por ciento, junto con todas las bendiciones que esto representa; otro aspira a imponer su jerarquía con la fortaleza que le da administrar el presupuesto de una de las ciudades más importantes de México.
Ante esta situación en la arena política se vale de todo. Mauricio Fernández, con su largo y afilado colmillo, olfatea y percibe los momentos para mandar los mensajes estratégicos apostando al orgullo local al emocionar al respetable y anunciarle que PUEDE Y QUIERE competir por la Presidencia de la República, y al grito de “YA BASTA” asegura que lo que está haciendo en San Pedro lo puede mejorar en México.
Mientras tanto, el alcalde de Monterrey, Fernando Larrazábal se pone valiente y en un gesto de heroismo, aunque sumamente imprudente, nos dice que se enfermó de la temida influenza AH1N1, por lo que tuvo que permanecer encamado menos de ¡cinco días! haciendo dudar al ciudadano común sobre la veracidad de los hechos.
Y es que, o nuestros médicos son supermanes o nuestro alcalde lo es, porque ¿cómo es posible que un infectado de Influenza ande repartiendo comida y sonrisas unos días después de que estaba enfermo?
O al menos su supuesta enfermedad nos la hizo saber a todos los regiomontanos al ser entrevistado por todos los canales de televisión como queriendo decir, “ya ven lo que me pasa por estar haciendo mi chamba”.
Porque infectarse de Influenza no es algo menor, ya que según la Organización Mundial de la Salud, este virus tiene al menos 11 genes, lo que provoca que su mutación sea sumamente dinámica, por lo que no se puede garantizar su evolución, y se presenta con un cuadro gripal con fiebre alta, dolores musculares y articulares, inflamación de garganta y rinorrea, obligando al paciente a permanecer aislado y en cama al menos un mes.
O el padecimiento del alcalde de Monterrey fue de una Influenza común y sus estrategas “aprovecharon” para vender su imagen a la comunidad como la de una persona “común y corriente”, buscando el contraste con la de Mauricio, a quien muchos todavía lo ven más cerca del Olimpo que de la tierra, sin que esto sea necesariamente negativo; o de plano estuvo en la celebración del Día de la Candelaria sin portar ningún tipo de medida preventiva como cubrebocas o guantes.
Las imágenes que todos vimos eran de una persona sonriente, sana, para nada la de alguien en recuperación; repartió saludos y besos como si no pasara nada, o al menos de que ¡NO HAYA PASADO NADA!
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