En Tigres parece que entendieron, aunque luego de casi seis años de penurias y mediocridad, que haber corrido a Ricardo Ferreti tras la eliminación ante Rayados en el Clausura 2003 fue un gran error, producto de la calentura de un resultado.
Y es que al momento en que Alejandro Rodríguez, quien era el presidente en aquel momento, recibe la orden del delegado Jorge Guajardo Touché de echar al Tuca, desde ese momento se fue por la borda un trabajo de poco más de tres años de buenos resultados y que ya tenía a los felinos peleando en todo lo alto del futbol mexicano.
Sobre todo porque a Ferreti lo trajeron en su primera etapa para sacar al equipo de los últimos lugares de la tabla del descenso. Los tomó en el último y al momento de ser despedido tras el fatídico 4-1 en el Universitario (partido de Ida de la Semifinal), los tenía ya en la primera posición y sin preocupaciones por el infierno de la porcentual.
Tras la salida del entrenador brasileño, vino Nery Pumpido y se mantuvo el nivel de buenos resultados, siendo también superlíder y llegando a una Final, pero aunque el ex portero argentino tuvo su mérito, no es un secreto que el trabajo de fondo hecho por Ferreti le facilitó enormemente las cosas.
El buen momento le duro a Pumpido dos torneos, pero después vinieron otra vez los malos resultados y el desfile interminable de entrenadores, como Leonardo Álvarez, Osvaldo Batocletti, de nuevo el Tuca, José Luis Trejo, Mario Carrillo, Manuel Lapuente, el Tolo Gallego, José Pekerman y Daniel Guzmán.
Sin embargo, hoy con el regreso del mismo Alejandro Rodríguez a la presidencia, en la cual enfáticamente dejó en claro que será solamente él quien tomé las decisiones, así como Miguel Ángel Garza a la vicepresidencia, era lógico pensar en “repatriar” al técnico que los llevó a las alturas y quien tiene un capítulo pendiente para decir que cumplió con lo que se propuso en su primer etapa.
El daño que le hicieron a la institución Santiago Martínez y Daniel Guzmán fue enorme. Mas que nada en la imagen ante el resto de los equipos, pues la mayoría miraba a los felinos como “clientes” al momento de endilgarles un “bulto” como una estrella del futbol y en muchos millones de dólares.
Hoy las cosas parecen que van en el camino correcto para enmendarse. Por lo pronto, en el Draft de jugadores realizados en Cancún, se reforzaron bien en la parte defensiva con elementos jóvenes como Hugo Ayala y Jorge Torres Nilo, quienes provienen del Atlas, además del veterano Omar Trujillo y en la parte ofensiva dieron el campanazo al llevarse al argentino Damián Álvarez.
A “La Chilindrina” –como le llaman al volante ofensivo pampero- se lo ganaron al América, quien parecía tenerlo ya seguro en sus filas, pero hacia el final de la jornada fueron los felinos quienes con poco más de 4 millones de dólares lograron ”cazarlo”.
Cabe señalar una anécdota de esta nueva era felina. Cuentan que en las mesas de negociaciones en el “mercado de piernas” se acercó el presidente de los Jaguares, Guillermo Cantú, para tratar de negociar al delantero brasileño Danilinho, pero se dejaron pedir alrededor de SIETE MILLONES de dólares por él.
A lo que el ingeniero Rodríguez comentó más o menos lo siguiente, de acuerdo a alguien que muy cerca lo escuchó: “¿7 millones, pues qué hace este Danilinho?”, a lo que Cantú le dijo: “pues si por Everton pagaron casi 6 millones, por Danilinho siete está más que regalado”.
Pero Rodríguez no se quedó callado y le reviró: “sí, pero lamentablemente para ti no fui yo el pen… que pagó eso por el jugador”.
No cabe duda, las cosas hoy pintan mucho mejor para los Tigres, tienen un presidente que piensa y siente como felino, y un entrenador que trabaja como nadie y que asegura resultados…aunque a muchos no les guste su estilo de juego.
Hasta la próxima…