Estaba un día El Apuntador buscando vuelos a la Antártida para ver si allá con los pingüinos (saludos a la banda rayada), está más tolerable el ambiente que en la zona metropolitana de Monterrey, cuando casi se va de espaldas al escuchar lo que dijo María Julia “Sinfuente” en el Telediario del mediodía.
Resulta que la señora, fiel a su apodo de “sin fuente”, volvió a meterse de una forma muy ruin a terrenos muy peligrosos con tal de defender sus propios intereses económicos.
La cosa está más o menos así: el pasado 10 de mayo un hogar del municipio de Escobedo vivió una tragedia cuando dos niños se intoxicaron y fallecieron tras, presuntamente, haber consumido un pollo asado que compraron por medio de una aplicación en una franquicia conocida como El Pollo Matón (la ironía se cuenta sola).
Y de inmediato estalló el escándalo. Todos los medios de Nuevo León le dieron vuelo a esta noticia (el puro video que hizo nuestro compañero Pedro “Don Viral” Ortiz sobre el tema, ya anda rozando las 200 mil reproducciones) y tres sucursales de esta empresa fueron clausuradas por las autoridades al encontrar fallas en la higiene del manejo de los pollos, algo que ya había sido denunciado en las redes sociales hace meses.
De hecho el caso sigue en el aire, pues la Fiscalía no ha querido dar a conocer los resultados finales del examen toxicológico que comprobaría que fue el pollo en mal estado el que provocó la muerte de los pequeños. Parece que los mandaron a Suiza, cuando en Laboratorios Moreira hubiera estado en dos horas.
Lo único que dieron a conocer (y ojo, esto es muy, pero muy importante), es que los pequeños no presentaban huellas de violencia y sus pequeños estómagos estaban vacíos, lo que confirmaba la versión del papá (quien también resultó intoxicado), de que sus hijos habían vomitado y sufrieron de diarrea antes de fallecer.
Pues bueno, resulta que durante la transmisión del Telediario, y tras dar a conocer la nota del lamentable hecho, “Sinfuente” decide aventarse el tiro de que según ella, había hablado con “ministeriales y peritos” (por supuesto que no dio más detalles), quienes le aseguraron que “estuvieran pendientes”, pues el caso iba a dar “un giro”.
La señora dio a conocer que sus “fuentes” (ajá), le comentaron que las cosas “no eran como se había mencionado”.
No se necesita ser un genio para leer entre líneas y darse cuenta que lo que “Sinfuente” estaba queriendo dar a entender es que el papá o, incluso, la mamá de los pequeños tenía algo que ver con el fallecimiento, algo que nada más de pensarlo da asco por lo ruin que suena.
Por supuesto que el tiempo ha pasado y el famoso “giro” en el caso nunca llegó, dejando a la señora conductora del Telediario, como siempre, soltando versiones que nunca ha podido comprobar.
Porque basta hacer memoria para recordar la cantidad de veces que “Sinfuente” avienta esta clase de trascendidos para desviar la atención del auditorio, siempre sin presentar pruebas de lo que está diciendo, como si ella estuviera por encima de todo y fuera la dueña de la verdad absoluta.
Pero ¿por qué habría de aventarse este tiro tan tonto “Sinfuente? ¿Será acaso que El Pollo Matón era uno de sus clientes más importantes en la sección ésa que se inventó de “¿Ya comió compañero?”.
Basta ver las emisiones del Telediario antes de la tragedia para darse cuenta de la cantidad de tiempo aire que “Sinfuente” le daba a los segmentos pagados por la franquicia de pollo asado… seguro se imaginan que esto no salía al aire por dos pesos.
Entonces ¿“Sinfuente” habrá sido capaz de aventar un buscapié de este tipo, sin pruebas, con tal de sembrar la duda sobre la responsabilidad de sus clientes comerciales?, ¿sería capaz de hacer algo tan, pero tan ruin?
La respuesta, queridos lectores, se las dejamos a ustedes.
No sobra agregar que desde los hechos ya no hay publicidad del negocio en el Telediario ni en otros espacios, y que las ventas habían caído en un 70 por ciento.
Además Rubén Peña fue el primer reportero que publicó en sus redes sociales la relación del Pollo Matón con la muerte de los pequeños. Un veterano en las fuentes policiacas.
RETAZOS
Cambiando de canal, quien quiso ponerse en el papel de “vistima” (pero no le salió) es el mejor representante de la tele basura en México, el conductor Ernesto Chavana.
Previo al partido de vuelta de la semifinal entre Rayados y Cruz Azul allá en la Ciudad de México, Chavana mostró un verdadero ejemplo de estupidez y soberbia, cuando se le ocurrió subirse a uno de esos vehículos todo terreno conocidos como “razors” y pasearse frente a los aficionados de la máquina ondeando una bandera del Monterrey y con el himno del equipo regiomontano a todo volumen.
Para hacer más grande la provocación, decidió grabarse haciendo esta payasada frente al grupo de seguidores del equipo capitalino quienes, como era de esperarse, reaccionaron de manera violenta a la abierta provocación y altanería.
No se necesita ser un genio para darse cuenta que cuando vas a burlarte -(porque eso es lo que estaba haciendo el señor Chavana)-, de los aficionados de un equipo de fútbol, que no son las personas más civilizadas y cuerdas de este mundo, la respuesta va a ser una agresión.
Lo más chistoso del caso es que luego de que lo corrieron del lugar, Chavana mandó el video a algunos de sus medios paleros en Nuevo León, quienes condenaron la “agresión” que sufrió el “pobrecito conductor”.
Pero ¿alguien compró la versión de que Chavana era una víctima? ¡Nadie! En los comentarios de las notas que se publicaron en portales de internet y redes sociales se condena la irresponsabilidad del representante más grande de la tele basura en México, y se hace hincapié de que la respuesta de los aficionados de Cruz Azul es la misma que hubieran tenido los de Rayados, Tigres, América o el Atlético San Pancho si hubieran estado en esta misma situación.
Y conste que El Apuntador no está justificando la violencia en los estadios o en los espectáculos deportivos, lo único que está haciendo es señalar una realidad: que en estos entretenimientos hay gente desadaptada y loca que sólo está esperando la menor provocación para intentar medio matar a alguien.
Un incidente penoso y vergonzoso, por decir lo menos. Afortunadamente (para Chavana), la sangre no llegó al río y salió del lugar apenas y mojado de cerveza… bueno, ojalá haya sido cerveza.
Cambiando de tema, quien pasó a mejor vida (¿o cómo se le puede llamar cambiar de empleo de El Norte a Cemex?) es el compañero Juan Reyna Loa, ahora ex reportero de la sección de Cancha.
Con una experiencia superior a la década, Reyna Loa pasó por Televisa, Núcleo Radio Monterrey, El Horizonte y Cancha, entre otros medios, donde ha realizado diversas coberturas especialmente del futbol mexicano.
Esta trayectoria le llamó la atención a los jefazos del corporativo de Cemex, quienes no dudaron en llamarlo para que ocupara un cubículo ahí en las cómodas oficinas con aire acondicionado del corporativo por los rumbos de San Pedro Garza García.
Y aunque ahora anda en la comunicación corporativa, Reyna Loa sigue muy activo en las redes sociales, especialmente X (antes Twitter) comentando la noticia.
En otros asuntos, el reciente desencuentro entre el gobernador Samuel García y El Norte ha dejado en una posición muy, pero muy complicada a la jefa de prensa estatal, Julieta López.
De entrada, no fue convocada para intervenir en la respuesta que el gobernador le dio al periódico en un video publicado en las redes sociales.
Aquí lo interesante es ver si Julieta, fiel a su costumbre, agarró el teléfono para intentar gritonearle a los Junco o a Martha Treviño, y anunciarles que el convenio publicitario con el periodicote fue cancelado.
Quizá no lo hizo porque sabe que en El Norte tienen muy presentes los nombres de empresas como EuZen, Indatacom y La Covacha, sobre las cuales existen múltiples sospechas de posibles desvíos de recursos públicos tanto de los gobiernos de Jalisco como de Michoacán.
Es muy probable que en este choque con el gobernador neolonés, Julieta se haya hecho como que la virgen le habla (ya se sabe que es una experta en eso), para no hacer enojar a los del periodicote, no sea que vayan a revivir el tema de la llamada “Santa Trinidad Tapatía”.
Como dice el refrán: “No hay jefa de prensa que coma lumbre o periódico que la aguante”.
Y ahora sí, va la gustada pregunta de la quincena: ¿en serio cree que Julieta López va a agarrar el teléfono para avisarle a los Junco o a Martha Treviño que ya no habrá publicidad para el periodicote?
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