Leí con atención las declaraciones que hizo el candidato “único” a la presidencia del PAN, César Nava, cuando lanzó una advertencia al PRI: “No se relaman los bigotes porque para el 2012 mi partido refrendará la presidencia de la República”.
Primero, no tiene la culpa el indio, sino quien lo hizo compadre, según reza el refrán. Hago esta referencia porque veo en Nava más de lo mismo que hizo Germán Martínez cuando fue líder del blanquiazul.
Sus declaraciones en nada ayudan a Felipe Calderón, quien desde su posición ha tratado de tender puentes con la ya casi primera fuerza legislativa de este país y este tipo de posturas en nada ayudan a que el PRI pueda apoyar iniciativas del Ejecutivo.
Segundo: Creo que con ese nivel Nava podría ser el líder de partidos como el PSD y lo digo con todo respeto a los del PSD, pero porque son oposición y ellos están en la postura de tirarle a todo lo que se mueva.
Tercero: Nava no ha entendido que él es el enviado para representar al partido oficial, al partido del gobierno o si lo prefiere al PAN-Gobierno y hoy debe mantener una posición de reconciliación con todos aquellos intereses y fuerzas que signifiquen fortalecer las políticas económicas y sociales que representa Calderón: el jefe de Nava.
El no está para iniciar una batalla que va a perder en la Cámara baja y Calderón debe suponer que lo mandó para acercar aliados en momentos en que va a necesitar de esa primera fuerza legislativa con la que tendrá que trabajar.
Golpear en estos momentos al PRI diciéndoles que “no se laman los bigotes” no es más que una fanfarronada que le podría salir muy, pero muy caro al autor de tratar de imponer a Nava, porque entonces le estarán dando la razón a los enemigos internos de Calderón.
Perdieron la elección en el 2009 por bravuconadas como las de Germán Martínez y César Nava está resultando más de lo mismo.
Creo que Felipe Calderón debe recordar que en política no sólo hay que gobernar con los amigos, mal llamdo el Club de Tobi, debe involucrar a todos los grupos de panistas, a los que no ha tomado en cuenta, porque si no volvera a sufrir otro estrepitoso revés y todo por andar imponiendo la política del “dedazo” en su partido, dejando a los mejores hombres fuera de las políticas partidistas.