
Hace apenas unos meses, su precio superaba tres veces el de hoy.
Hace apenas unos meses, su precio en el Presupuesto Federal estaba casi al doble del de hoy.
Hace apenas unos meses, sirios y troyanos se la pasaban peleando por su paternidad.
Hace apenas unos meses, era el “chico guapo” del vecindario.
Hace apenas unos meses era el “salvavidas” de economías nacionales en México, Venezuela, Brasil y otros más.
Y de repente, alguien, o más bien algunos Jeques decidieron que era momento de “jugar a las vencidas” con el grupo homogénico liderado por Barack Obama y los Estados Unidos de Norteamérica y ¡sopas! que le abrieron a la llave en el Golfo Pérsico.
Y como si eso NO fuera suficiente, que míster dólar muestra su músculo tipo Capitán América y vuelve a demostrar porque muchos siguen soñando con el
“American dream” y amenaza con llegar a 20 pesos por uno.
Y de repente que ¡nos carga el payaso!
De llegar a estar casi 100 dólares el barril, ahorita resulta que si se compra en 18 se arrebatan por las ventas a futuro.
Obvio, es un dilema para el Gobierno Federal, porque obviamente no deben sentirse satisfecho con que, mientras que en Texas, en donde ya tiene sus franquicias Pemex, vende la gasolina a 7 pesos el litro, los mexicanos la pagamos al doble, aún y cuando el petróleo cuesta cinco veces menos.
Y por el otro lado, el Banco de México nos vende de manera solidaria casi 500 millones de dólares diarios de las reservas nacionales a 18 pesos, cuando hace apenas unos meses ¡los compró a 13!
Bendita solidaridad del Gobierno Federal con sus representados (mmmhhh, ¿se nota mi encantador sarcasmo?).
Lo peor, es que en efecto, todavía no tocamos fondo, y todo indica que llegará el momento que el precio del barril de crudo tendrá VALOR NEGATIVO, es decir, saldrá más caro extraerlo, procesarlo y transportarlo, que lo que se paga por el producto.
¿Se imaginan ese escenario?
Mientras que los escépticos se muestran poco crédulos en que las recientes severas tormentas de nieve que afectan a las naciones industrializadas, y por ende, altamente consumidoras de petróleo; así como el cabildeo realizado por el presidente Enrique Peña Nieto, hace unos días en las naciones árabes puedan paliar la situación, otros más dicen que ni con la “lámpara de Aladino” se encontrará la salida
Será el sereno, pero mientras que millones de mexicanos siguen sin entender las “lógicas” macroeconómicas y batallan para aceptar la supuesta y oficiosa inflación mínima en la Historia, al chocar frontalmente los dichos gubernamentales con los hechos en el supermercado; lo cierto es que los que ganan son los operadores de las casas de cambio institucionales, léase el Banco de México, y los que venden gasolina a precios fuera de la realidad global, ¿te cae el saco, Pemex?
Bendito neoliberalismo económico, en donde siguen pensando que la macroeconomía seguirá sobreponiéndose a la microeconomía.
Aunque nadie duda de la onerosa carga vía impuestos federales, así como los compadrazgos sindicalistas, son variables reales que impiden que las paraestatales sean eficientes y no divisa política, como sucede ahora.
Pero, de repente, nadie se quiera hacer papá del petróleo, vaya; hasta en los promocionales de Morena y su timonel vitalicio, Andrés Manuel López Obrador ya no habla que el “petróleo es nuestro”.
De ser el “chico maravilla” pasó a ser el “chico odiado”, ¿tan sólo porque es negro?
Hace apenas unos meses eran “bendito petróleo”. Ahora sencillamente es: ¡maldito petróleo!