Ahora resulta que los más de 100 millones de mexicanos que consumimos el huevo como principal fuente de proteína natural, de repente tenemos que cambiar nuestra dieta y hábitos alimenticios tan sólo porque los “genios” de la Secretaría de Economía del gobierno de Felipe Calderón, en lugar de prever la crisis que desde mayo se veía venir, se la pasaron en la “grilla electoral”.
Todos vemos con sorpresa que el principal problema de México es un asunto de “huevos” y no de conflictos electorales, ni de inseguridad pública y muchos menos que los Tigres y Rayados sigan sin dar una; llama la atención la desfachatez con que los responsables de la crisis quieren resolverla: “cambien el huevo por la sardina, es más barato y tiene las mismas proteínas”.
¡Qué poca máuser!
Porque la neta, el problema actual de desabasto no es un asunto de huevos, sino de previsión. Es decir, el secretario de Economía, Bruno Ferrari, quien se lleva a su bolsillo más de 100 mil pesos mensuales libres de polvo y paja, no entendió ni una lógica matemática, ni una lógica de sentido común.
Si se sacrifican a mediados de año más de 10 millones de gallinas en la zona de los Altos de Jalisco, mismas que representan la producción de unas 30 mil cajas de huevo al día…¿cuánto tiempo pasará antes de que se presente el desabasto?
Elemental… de kinder, dijera la raza; todos lo sabemos. Menos los encargados del gobierno federal, que en lugar de atender el problema se la pasaron organizando y participando en mítines políticos en apoyos a sus “gallos”… olvidándose de las gallinas.
Y aunque debemos agradecer que “The Ferrari’s Team” nos haya dado la respuesta a aquella perenne pregunta existencial de ¿qué fue primero, el huevo o la gallina? al tener todos claro que primero es la gallina; eso no justifica que ahora todos nuestros menús norestenses tengan que sufrir un giro radical.
“Sardinas estrelladas… o las prefiere revueltas”. “Machacado con sardinas”. “Atún revuelto con jamón o tocino”…o lo que es peor, imagínense el olor que ahora van a tener los Gansitos, los Submarinos, el pan de caja o nuestras gloriosos dulces regionales, porque ahora en lugar de huevo y por decreto presidencial tendrán que cambiar a la sardina por el alto costo y escasez de este alimento.
Nadie duda que factores como el incremento en el precio del maíz, soya y sorgo, combinados con la inesperada gripe aviar que azotó la zona productora de huevo por excelencia, sean corresponsables del desabasto, pero es un hecho que hubo negligencia y desatención en el tema de prioridad nacional.
Y ahora Felipe Calderón, en su cuenta de Twitter, se ufana de que la “crisis se resolverá en diciembre”. Y ya pa´ qué, como dicen en el rancho… si en ese entonces ya no será Presidente de México. Y tengan por seguro que se la pasará en alguna nación del Primer Mundo pidiendo sin ningún problema sus “omeletes con jamón”.
Lo único que le faltaba a México, cuarto productor MUNDIAL de huevo, y en el que se produjeron el año pasado más de 2 millones y medio de toneladas, suficientes para el abasto interno y la exportación; es precisamente eso:
¡Que nos faltaran los huevos!
Y todavía falta para el primero de diciembre.