
No es de ahora. El regio, entendiendo el término más como suntuoso, real, que como gentilicio, suele ser como dice su corrido: “orgulloso de ser del norte”.
Ese orgullo, muchas veces soberbio y fincado en creencias populares y hasta mal informadas no le impide ser líder y vanguardista real en muchos rubros. Qué darían los regios regios por haber sido el primer estado gobernado por la oposición, pero la concertacesión (y luego la democracia) favoreció primero a Baja California, aunque años después le tocó el turno al municipio de Monterrey.
Pero hoy los regios, la mayoría (así se vio en las urnas) se siguen ufanando por tener al primer gobernador independiente de México, Jaime Rodríguez Calderón, “El Bronco”, con todos sus asegunes, su piel priista, corazón priista y habilidad priista. La reputación, “reseteada” por él mismo y avalada también por la raza ilusionada, se irá reedificando a partir de estos días y a lo largo de esta aventura, que en teoría habría de durar seis años, largos o cortos, ya veremos.
“El Bronco” no la tiene fácil, sino todo lo contrario.
A estas alturas del partido, perdón, de la independencia, su alta aceptación de junio pasado tiene que registrar alguna baja, quizás aún no significativa, pero al fin baja, algo muy común en la mutación de candidato rebelde a gobernador.
Es cierto, la raza que en su mayoría voto por él no alcanza a leer el conflictos de interés en que incurre al nombrar al menos hasta ahora, a la vista, a un socio: Roberto Russildi Montellano como secretario de Desarrollo Sustentable, quien es vicepresidente de la poderosa Servicios Corporativos Javer, S.A.P.I de C.V. y que a la vez es su socio.
Ambos son dueños de 152 mil metros cuadrados en la comunidad de Garzas y Capellanía, municipio de García.
De hecho la raza igual y ni ve mal que el salinista mayor, Diego Fernández de Cevallos haya sido uno de los principales invitados en la toma de poder, ni lo que ello significa; ni que Raúl González, “El Matemático”, otro empedernido salinista ya tenga hueso en la administración.
Chance y tampoco lean que en realidad son pocos los ciudadanos con cargos importantes en los cargos gubernamentales nombrados por Rodríguez Calderón.
La raza tampoco se detendrá a auditar la cuestionada reputación del nuevo abogado del pueblo nuevoleonés Roberto Flores, que al final y al cabo el Honorable Congreso ya lo avaló.
La raza sabe que el estado está quebrado, jodido, con una deuda de 100 mil millones de pesos.
Pero los regios esperan que aquellas promesas de campaña del hoy gobernador, de meter a la cárcel a “todas las ratas”, incluyendo por su puesto al hoy ex gobernador Rodrigo Medina y a su familia, se haga realidad.
La mayoría espera que efectivamente el transporte sea gratis para los estudiantes, que meta en cintura a los empresarios y centrales obreras que monopolizan y hacen lo que quieren con el negocio de la movilidad.
La raza quiere seguridad, esa que les fue robada durante las gestiones de Natividad González Parás y Rodrigo Medina. La raza quiere que se concluya la línea 3 del Metro y que haya más infraestructura de ésta hasta Apodaca, Santa Catarina, San Bernabé y el sur de Monterrey, por mencionar algunos puntos.
Quienes le dieron el voto al hoy gobernante quieren que efectivamente elimine la tenencia, aunque algunos de sus ya correligionarios y los que saben que esto no es recomendable bajo el contexto financiero del estado, habrán de solidarizarse con él y sostendrán que no hay otra y que hay que seguirla pagando.
La raza entenderá y quizás hasta le valdrá que en educación Rodríguez Calderón no haya nombrado a un profesor de carrera y que como en muchas áreas, esté pagando las facturas a sus amigos y padrinos.
Chance y hasta avalen que en tres años Jaime, arropado por los empresarios que le dieron su apoyo y otros que se han venido sumando, lo lancen por la Presidencia de la República; se sentirían, en apego al sentir regio, orgullosos de su “Bronco”.
Pero antes, el gobernador que apenas se está acomodando tiene que cumplirle a la raza en las promesas torales. Si no lo hace tendrá que atenerse porque los regios así como votan, botan.
Si no, pregúntenle a los panistas y a los priistas.