Lo imperdonable tiende a perdonarse. Las horas pasan, y mientras el gobierno mexicano sigue hundido entre el lado y el estiércol de su corrupción, la orden de presidencial se desvanece en la retórica característica de su administración y Joaquín “El Chapo” Guzmán se aleja irremediablemente.
Lo lógica indica que con todo su poder y el entreguismo de las instituciones, “El Chapo” voló en cuestión de minutos, si no a su natal Sinaloa, donde su cacería fue implacable, a un sitio donde él y sus hombres seguramente se sentirán más seguros para seguir campeando en las redes de sus empresas criminales.
Y bueno, uno pensaría que voló, pero lo funcional que le ha resultado al peligroso narco moverse bajo tierra, nos hace pensar que chance y hasta viajó por pasadizos subterráneos hasta encontrar su resguardo.
Las horas pasan, y mientras Miguel Ángel Osorio Chong, el secretario de Gobernación responsable de su confinamiento en el penal de Almoloya no muestra avances en su recaptura, México sigue siendo la burla internacional.
De corrupto, (no es novedad, pero hoy más que nunca) nadie baja a México.
Y aquí, los mexicanos le damos vueltas al asunto. Los que se van por la fácil, afirman desde un principio que todo estuvo arreglado. La deducción en sencilla, se trata del narco más poderoso, capaz de comprar hasta los de mero arriba.
Pero, a quien no le gusta que lo pendejeen, quienes desechamos a priori las versiones oficiales que superan toda la ficción como “Sueño de fuga”, pasando por “Escape de Alcatraz” y hasta “Papillón”, le damos más vueltas al asunto.
De entrada: Si ya saben que tienen a quien era considerado el hombre más buscado y peligroso del mundo (experto en túneles), cómo carajos no lo vigilan como tal.
Dónde está la inteligencia que llevó a la Marina a capturar al evasivo narco que ya se le había pelado a Vicente Fox en 2001 y que Felipe Calderón no pudo atrapar, para evitar ese megatúnel que ofende la sensatez de todos.
Dónde estaban el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong (sí, en el vuelo con el Presiente, pero dónde estuvo antes); dónde estuvieron los responsables de la Comisión Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, y del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), Eugenio Ímaz.
Su trabajo no se vio, ni se ve, y si el Presidente no lo nota, serían sus puntos ciegos.
Pero esos que el Presidente no ve, o no quiere ver, se aferran a su puesto y llegan a lo imperdonable de justificar que “El Chapo” se fue porque alrededor de su vigilancia que incluía cientos de cámaras, brazaletes, vigilancia periférica y todo lo que incluye el “penal de máxima seguridad del país” había puntos ciegos.
Literalmente el ex gobernador de extracción priista Osorio Chong nos quiere convencer que dentro de ese protocolo, que permitía a “El Chapo” lavar sus enseres, y naturalmente ducharse sin vigilancia, pudo haberse escapado de cualquier prisión del mundo.
Y más retórica. Se buscará a los culpables de la fuga, se les sancionará. “No descansaremos”. “No habrá lugar para la impunidad… caerán todos los involucrados en esta fuga”. Ya corrió a directivos del reclusorio y están bajo investigación, al igual que unas tres decenas de custodios.
Pero, no admite ni sus fallas ni las de los responsables de inteligencia y de seguridad de la administración. Al contrario: “Los momentos de crisis no son para renunciar, sino para enfrentarlos”.
Pero nada dice de la gente que proporcionó los planos para la obra del túnel del “Chapo”, ese que descendía desde su regadera 10 metros y que se extendía a lo largo de un kilómetro y medio. Quién sabe cómo diablos se hizo la megaobra. Nadia sabe, nadie supo.
Su conclusión es también de película: la construcción fue “una acción de alta tecnología”.
Y ahora, el aparato de seguridad del estado mexicano pide a la sociedad que aporte datos para capturar a uno de los criminales más peligroso y sanguinario del mundo, capaz de comprar casi todo, y le pide que llame por teléfono, ofreciendo una recompensa de 60 millones de pesos.
Más ficción.
Y a la burla y la afrenta que representa para el presidente Enrique Peña Nieto la fuga del delincuente, se suma el colectivo mexicano que desde las primeras horas de la evasión echó rienda suelta a su imaginación para maquilar los famosos memes, que aún, hoy, parecen divertir a la masa.
Pero… tal parece que la dimensión no ha sido tomada en cuenta; es cierto que a falta de líderes y de personajes dignos, los villanos envueltos en capas de vencedores del statu quo suelen ser hasta venerados, pero cuando el responsable de miles de ejecuciones y desapariciones comience a actuar, la diversión habrá de transformarse en preocupación.