Los pre pre precandidatos presidenciales del PAN, Josefina Vázquez Mota y Santiago Creel, no le tienen nada de confianza a su presidente, Felipe Calderón, y tienen la firme certeza que los dados están cargados para favorecer al ex de Hacienda, Ernesto Cordero.
Esto llevará al PAN a una división y a una fractura partidista que mucho podría costarle a Felipe Calderón en su intento por mantener al panismo en el poder en la persona de Ernesto Cordero.
La desconfianza es el principal motivo por el cual tanto Vázquez Mota como Creel están pidiendo elecciones abiertas. Ellos saben que participar con comicios cerrados sólo les permitiría acudir de comparsas a una elección a modo para el candidato presidencial.
La diputada federal y el senador con licencia no lo han querido gritar, pero saben que se aproximan a una elección presidencial por “dedazo” o “cupulazo”, método por siempre criticado por los panistas, aunque sea el más socorrido por los hombres del poder del panismo para definir candidatos.
El mismo Calderón sabe que competir con un consejo cerrado significa una derrota anticipada. La fórmula de Calderón en 2006 fue empujar una elección abierta, la cual le funcionó porque, ingenuamente, Vicente Fox creyó que así ganaría su candidato Santiago Creel, pero nunca se imaginó que Calderón le madrugaría haciendo alianzas con Elba Esther para llevar acarreados a la votación.
El presidente en turno sabe del ritual, pero también sabe que hasta hoy ningún inquilino de Los Pinos ha sucumbido a la tentación de tratar de imponer a su sucesor. Calderón no es la excepción y pretende a toda costa llevar hasta la candidatura presidencial a Cordero.
Para muchos esta historia es Puro Cuento, pero no para muestras, ahí está la decisión de Calderón de quitar del camino a los otros aspirantes a la presidencial, Lujambio y Lozano Alarcón para dejar sólo a Cordero con la posibilidad de ganar la candidatura.
Pero, dentro del PAN, los del otro huacal, Vázquez Mota y Creel andan sueltos y sin que Calderón tenga algún interlocutor que pudiera entrar en contacto para negociar ir en unidad para enfrentar al PRI y al PRD en la elección presidencial.
Mientras eso ocurre con los panistas, en el PRI las cosas se cocinan de otra manera. Los punteros, Enrique Peña Nieto y Manlio Fabio Beltrones avanzan sin golpearse. Ambos se conocen y ya hasta han tenido acercamientos para negociar qué le toca a cada quien.
Por el lado del PRD cada vez se ve más claro que el candidato será Marcelo Ebrard y que Andrés Manuel López Obrador se tendrá que conformar con ser el candidato de MORENA, que aglutina a los partidos chicos de la contienda.
De persistir las condiciones actuales, los únicos fortalecidos son los candidatos del PRI que verían que su regreso a Los Pinos cada día está más cerca. v