Dicen en el rancho que “A cada santo le llega su fiestecita” y también que “No hay plazo que no se cumpla, ni fecha que no se llegue”…
Y esto lo dicen quienes están esperanzados en que algún momento de su peregrina existencia, al ex alcalde de Guadalupe César Garza Villarreal deba ir a parar a donde el destino y sus errores administrativos como funcionario público lo lleven.
Hay quienes aseguran que de haber llegado a la alcaldía de ese municipio el panista Alfonso Robledo, César ya tendría un pie y medio en una celda del Penal del Estado.
Evidencias sobre sus desfiguros, desvíos, latrocinios y raterías hay suficientes –de las cuales Hora Cero ofreció pruebas contundentes en su oportunidad–, y sólo será cuestión de tiempo para que la cuerda se rompa por la parte más delgada… o gastada.
Mientras tanto, el ex edil guadalupense podrá seguir paseando por ahí su ahora esbelta figura a bordo de su bicicleta.
Y bueno, mientras pueda que aproveche, porque como aún no están aprobadas las cuentas públicas de ese municipio, no vaya a ser que cuando les pongan lupa, vaya a tener que hablar con la dirección de los penales de Topo Chico o Cadereyta para que le vayan montando una bicicleta de spinning –para no perder la costumbre– y seguir pedaleando duro, pero sin poder ir a ningún lado.
EN CRISIS EL TRICOLOR
Y por los rumbos del partidazo tricolor, las cosas pintan cada vez más desteñidas.
Aseguran que ni por aquellos años de 1997 cuando Fernando Canales llegó al Palacio de Gobierno por segunda ocasión –es que, si usted no mal recuerda, la primera vez llegó en 1985, pero lo sacaron cargado “de aguilita”– el PRI estatal de Nuevo León se vio tan desvencijado como ahora que tomó las riendas César Cavazos Caballero.
Los viejos lobos de la grilla regia, en sus pláticas de café por los rumbos del AL y el Palax o el Manolín, todavía recuerdan aquella ocasión en que Manuel García Cirilo, el entonces dirigente estatal, inclinó la cabeza ante el nuevo mandatario albiazul y le dijo: “Señor gobernador, el PRI está a sus órdenes”.
No sabemos qué quiso decir o para qué le servirían a Canales las “fuerzas vivas” tricolores, pero dice la historia que así ocurrió.
Bueno, ni en aquellos aciagos tiempos de vacas flacas pasó lo que ahora ha tenido que enfrentar Cavazos Caballero.
El tema es que el edificio de Pino Suárez y Arteaga volvió a convertirse en un elefante blanco que apenas respira.
La crisis está durísima y ya le está pegando en las arcas vacías del instituto político que, por no tener en este momento subsidios oficiales –vía Estado o Federación– deben depender de las cuotas de sus militantes, cosa que no sucederá a menos que sus distinguidos miembros vean en el horizonte una posibilidad de “recuperar” algo en un futuro si no inmediato, por lo menos cercano… y eso no se ve como para cuando.
Entonces, la que se les viene encima es una reducción de la mitad de sus sueldos y honorarios para el escaso personal que ya queda en el edificio tricolor al que, quien lo visita, siempre espera a alguien más para entrar acompañado porque de tan solo que está, tienen miedo que entre piso y piso alguien los asalte. Dicen que está más solo que cuando jugaba el Necaxa en el Estadio Azteca contra el Toros Neza en donde eran más los vendedores de tortas y cheve, que los aficionados.
DUDAS Y RECONTRADUDAS
La medida es aparentemente correcta y necesaria. También benéfica para miles de familias neoleonesas. Y las intenciones pues, también son positivas y sin que esto sea sólo ganancia política para un gobernante, un partido político o una central sindical. Pero siempre habrá asegunes, dudas, cuestionamientos.
La implantación del transporte gratuito para personas de la tercera edad, discapacitados y un segmento del gran universo de estudiantes que hay en Nuevo León, no sólo implicará la resistencia natural de los prestadores del servicio, sean concesiones privadas o permisionarios ligados a la CROC, CTM y Tierra y Libertad (Sí, Alberto Anaya tiene un coto de poder metido en este sector), sino principalmente de quienes no serán los beneficiados y deberán pagar el plato roto: los ciudadanos.
Preguntas de las que aún se desconocen las respuestas: ¿De dónde sacará el gobierno los recursos para pagar a los transportistas el gasto corriente que generara el programa? ¿Durante cuánto tiempo aplicará, y si es que no se corre el riesgo de modificarse en los próximos años? ¿Cómo se seleccionará a los estudiantes que serán los beneficiados? ¿De qué institución? ¿Se ampliará el programa a todo el universo de estudiantes o sólo será sectario?
Otra gran duda que viene a colación y es contrastante con lo que se acaba de legislar en el Congreso a petición del gobernador Jaime Rodríguez Calderón: ¿Y el de Metro gratis los domingos regresará? Recuérdese que este servicio se canceló porque el gobierno dijo tener un hoyo financiero de 50 millones de pesos anuales, cantidad que al parecer será mucho menor a los recursos que serán invertidos en el programa de transporte público a estudiantes, personas de la tercera edad y discapacitados.
Incongruencias de la política.
APENAS UNAS CUANTAS GOTAS DE LLUVIA
El clima errático del noreste mexicano parece que le dará a las autoridades de Nuevo León mucho trabajo en los próximos meses, y eso que apenas empiezan las contingencias ambientales: incendios en zona sur y norte y fuertes lluvias en la zona conurbada de Monterrey.
Mientras se presentaron los siniestros en zonas boscosas, con daños mínimos hay que destacarlo, durante fines de marzo e inicios de abril, aunado a las recientes lluvias torrenciales que anegaron calles y avenidas de varios municipios, pusieron de manifiesto la descoordinación existente entre Protección Civil del Estado y las corporaciones municipales de seguridad.
¿Disputas por el control de las situaciones de riesgo? ¿Machos alfa peleando el control territorial? Al parecer no, sino que sencillamente ha faltado una comunicación más directa entre los mandos estatales y los municipales, así como reuniones de planeación que ayuden a evitar roces y, sobre todo, tardanzas o fallas en la atención de emergencias.
Recuerden que la temporada de huracanes apenas empieza y pues las tormentas que se vivieron hace unos días no se comparan, en nadita, a lo que la Madre Naturaleza y el Golfo de México nos receta de cuando en cuando.