
Poco a poco se va confirmando el posible gabinete del gobernador electo Jaime Rodríguez Calderón, donde los bien amarrados son Fernando Elizondo Barragán, para la secretaría de Finanzas, y Manuel González Flores, para la General de Gobierno.
González Flores, quien figuró en el sexenio del gobernador Jorge Treviño Martínez, funge como coordinador general del equipo de transición y es de todas las confianzas de “El Bronco” desde que empezó algo que parecía imposible: derrotar al bipartidismo.
Por cierto, qué necesidad tenía González Flores de reunirse con el operador panista Zeferino Salgado, dos días después de hacerlo con el dirigente estatal del PAN, José Alfredo Pérez Bernal.
La comida tuvo lugar en el Hotel Ancira el jueves 9. Quienes los reconocieron seguramente se preguntaban si Salgado merecía tan grande distinción por parte del enviado del futuro gobernador. ¿O ese encuentro tiene que ver con el relevo en la presidencia?
Otros que en estos días entran y salen de dependencias estatales preparando la transición, son Jorge Arrambide, Carmen Sada, Gerardo Guajardo, Fernando Turner, Miguel Treviño, Fernando Canales, Consuelo Bañuelos, Eduardo Santos, Lorenia Canavati y Roberto Flores.
No cabe duda que la mayoría de ellos ocuparán los principales puestos como secretarios o subsecretarios del primer gobierno en Nuevo León independiente, una vez que Rodríguez Calderón tome protesta el 4 de octubre próximo.
También forma parte de este grupo Carlos Pacheco, encomendado a la transición en las diferentes dependencias de la Secretaría de Desarrollo Social, junto con Santos.
Pacheco es originario de Matamoros, Tamaulipas, donde estudió hasta la secundaria y la preparatoria antes de viajar a Nuevo León donde cursó la universidad. Y en la campaña de “El Bronco” fue el encargado de organizar el trabajo territorial.
En varias campañas electorales en Tamaulipas donde Pacheco participó los resultados que obtuvo fueron suficientemente amplios para ser recomendado a otros Estados, entre ellos Durango.
Por otro lado, en la columna pasada se publicó que una empresa propiedad de los hijos del ex procurador de Justicia de Nuevo León, Rubén Zarazúa Rocha, hizo encuestas para Ivonne Álvarez García durante los tres meses de campaña por la gubernatura.
Pues bien, el mismo ex funcionario retirado aclaró en una charla de banqueta que Rafael Zarazúa Olvera, uno de sus vástagos, efectivamente estuvo involucrado como secretario de organización del PRI estatal.
Zarazúa Rocha envió una carta a Hora Cero (publicada en este ejemplar), afirmando que ni Roberto ni Rubén conocieron a Álvarez García, ni hicieron encuestas, ni tuvieron contacto con el equipo, ni con los financieros de la campaña.
Era Rafael quien ese domingo negro en el salón Nuevo León del Hotel Crown Plaza, pasadas las seis de la tarde, dijo en voz alta junto al delegado especial del CEN tricolor, Enrique Jackson, que la entonces candidata estaba tres puntos arriba de “El Bronco” en las encuestas de salida.
Esa falsa información fue parte del breve discurso de Álvarez García ante los medios de comunicación, cuando en otras proyecciones Jaime Rodríguez Calderón iba como caballo de hacienda, sacando muchos cuerpos de ventaja a su contrincante.
Lo que sí es cierto es que Roberto y Rubén Zarazúa Olvera son propietarios de SECTEC Servicios de Consultoría y Tecnología Especializada S.A. de C.V.
Con domicilio en la calle Mitla 406 de la colonia Mitras Norte de Monterrey, SECTEC ofrece diversos servicios de asesoría, es decir, no es una empresa fantasma, pues existe y está debidamente constituida.
Tampoco SECTEC comete un delito al tener como clientes a dependencias oficiales o que reciben dinero del erario público, como el Congreso del Estado y la Comisión Estatal Electoral (CEE), en esta última con un contrato vigente por 414 mil pesos que vence el 31 de enero de 2016.
Aclarado el punto y pasando a otros temas, quien está bien amarrado para ser el próximo secretario del Ayuntamiento de Monterrey es Rolando Zubirán Robert, quien fungió un día sí y el otro no como coordinador de campaña de Álvarez García.
Y después de una traumática experiencia, donde nunca operó a sus anchas ya que la candidata prefería escuchar los consejos de Alberto Almaguer Rocha, Zubirán Robert será uno de muchos amigos de Rodrigo Medina de la Cruz que se incrustarán en la administración de Adrián de la Garza Santos.
Otro que tiene las puertas abiertas en el Palacio de Cristal es un concuño de Medina de la Cruz de nombre Edgar Federico Guerrero Martínez, quien fue director general de FOCRECE, organismo que dependía de Zubirán Robert cuando fue titular de la Secretaría de Desarrollo Económico.
En cuanto a la Secretaría de Desarrollo Social de Monterrey en los próximos tres años a partir del 1 de octubre, todavía no sale humo blanco sobre el nombre, pero se sabe que está reservada para alguien cercano(a) a la senadora Marcela Guerra de Tijerina.
Quien se pasa tomando café en Starbucks muy quitado de la pena es precisamente Almaguer Rocha, de quien se dice le quedó muy grande la campaña a la gubernatura de Nuevo León.
Y quien se niega a dejar la delegación estatal de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes es Heriberto Treviño Cantú, el candidato perdedor a la alcaldía de Juárez.
Gente muy cercana al candidato perdedor aseguran que está sumido en una profunda depresión y se niega a recibir llamadas de su jefazo Gerardo Ruiz Esparza, titular federal de la SCT, quien está solicitando su renuncia.
Mientras Américo Garza Salinas, el futuro alcalde de Juárez, se tomó sólo un fin de semana de vacaciones en el Valle de Texas, regresó para un funeral y se puso a chambear porque el actual edil, Rodolfo Ambriz Oviedo, dejará un tiradero en su administración, aparte de un fuerte hedor a corrupción.
Garza Salinas sigue siendo el mismo y no ha perdido el piso después de su victoria por un puñado de votos ante Treviño Cantú, porque recibe currículum y atiende visitas en su restaurante ubicado sobre la carretera libre a Reynosa.
Regresando a Monterrey, hay mucha preocupación en el equipo de De la Garza Santos porque la alcaldesa Margarita Arellanes tiene casi medio año que no les paga a los proveedores, entre ellos a medios de comunicación.
Con la excusa de que la baja en los precios del petróleo disminuyó las participaciones federales, Arellanes ha incumplido con ese compromiso, arriesgándose mucho porque viene el PRI a tratar de poner el último clavo al ataúd del PAN.
Porque eso de De la Garza Santos ya pactó con ella es un cuento chino. El ex procurador sabe de perseguir delincuentes y en una primera rascada puede saltar la pues cuando se ordene una auditoría.
Eso por un lado en cuanto al regreso de los tricolores a Monterrey, pero falta la promesa de “El Bronco” de meter a la cárcel a cualquier funcionario que haya incurrido en ilícitos sin distinción de partidos políticos.
Por eso Arellanes debe estar muy atenta en pagar las dedadas antes de irse, porque también su futuro político es bastante incierto, sobre todo cuando su protector Gustavo Madero Muñoz abandone la dirigencia nacional del partido albiazul.
En cuando al futuro alcalde regio, el lunes 13 De la Garza Santos retomaría su trabajo para reunirse con su equipo de transición una vez terminadas sus vacaciones en el extranjero.
Otro que también se fue de descanso con su familia fue Francisco Cienfuegos, alcalde electo de Guadalupe, quien todavía deberá superar un obstáculo interpuesto en los tribunales electorales por su adversario panista Alfonso Robledo.
Para terminar una pregunta: ¿será cierto que el alcalde de Apodaca, Raymundo Flores Elizondo, se puso a disposición de un alcalde electo -que no es del PRI- para ofrecer sus servicios?