Estaba el otro día buscando una fórmula contra el calor que fuera buena, bonita y barata cuando me invitaron una caguama y dije ¡eureka! aquí está la solución para las broncas del verano ardiente que nos trae de encargo.
Bueno, en esas estaba cuando me dijeron que en algunas redacciones la temperatura interna está más caliente que la Explanada de los Héroes a las tres de la tarde en un día de canícula.
No están ustedes para saberlo pero en las televisoras locales está que retiembla en sus centros la tierra porque se vino un asunto fuerte, delicado y trascendental para el quehacer periodístico de las empresas.
El asunto es que se descubrió que desde algunos municipios ubicados allá por el norte de la zona metropolitana estaban saliendo importantes sumas de dinero, concretamente de las oficinas de Comunicación Social para varios medios informativos, pero no por la vía tradicional de anuncio-factura-cheque, sino en sobres con efectivo que se pasaban por debajo de la mesa.
¿Y para qué eran esos sobrecitos tan gorditos y tan amarillos? Pues para un programa de promoción para ciertos políticos, tratar de “blindar” a otros contra notas negativas y, en suma, hacer pasar información oficial (o séase boletines) como noticias.
Por supuesto, las televisoras fueron el blanco favorito de estos cañonazos de entre 15 mil y 40 mil pesos y las “víctimas” se eligieron entre la gente que puede influir en el manejo de las noticias y en el contenido de la información.
Todos los involucrados estaban muy contentitos con sus sobrecitos, pero de repente uno de ellos se sintió menos porque se enteró -vía un funcionario municipal que habló de más- que le daban 10 mil pesos menos que a su colega de la competencia.
Obviamente la envidia le llenó el corazón y se quejó de inmediato con los que estaban repartiendo la billetiza, pero como no le hicieron caso optó por filtrar la información a la otra televisora, echando de cabeza a su colega con sus jefes.
Y ahí fue donde la puerca torció el rabo. Porque cuando se enteraron unos que los otros los habían señalado como trácalas, decidieron pagarles con la misma moneda y empezó el descobije de manera mutua, en interescuadras y hasta en la modalidad de relevos australianos todos contra todos.
Entonces, como los transas no son tantos y los bien intencionados no son tan tontos, en al menos dos televisoras empezaron a jalar el hilito de la madeja y encontraron cosas harto interesantes.
Así, una investigación interna iniciada meses atrás, en la que se barajaron los nombres de algunos jefes de nivel medio, arrojó, ni más ni menos, que tenían bien identificado quiénes y cómo se aventaban esas trácalas.
Pa´ pronto se dieron despidos por todos lados. Y si no creen o no supieron, nomás chequen las ediciones anteriores donde unos salen y otros cambian.
Los despidos empezaron con Leopoldo “Polo” Villarreal, quien era jefe de Producción de Multimedios Televisión, a quien le iba bastante bien con la cosecha… pero no de mujeres, sino de embutes que recibía de algunos jefes de prensa por colar boletines sin facturar en los noticieros del 12.
Desde cabina y dejando a los conductores con la cara de ¡what!, el sussodicho ahora ex jefe de Producción de Multimedios Televisión llegó incluso a mandar notas al aire de sus alcaldes favoritos, pasándose la pauta por el arco del triunfo.
Polo fue puesto de las patitas en la calle de la empresa de mi compadre Francisco “Pancho” González, cuando se descubrió el mugrero en Canal 12. En su lugar fue puesto Víctor Martínez, extraído de Milenio Televisión.
Para tapar el hoyo en Milenio Televisión fue enviada Rosy Ramírez, ex productora del noticiero de María Julia “La Comadre” Lafuente, tomando en su lugar un reportero que ni fu ni fa: Ángel Moreno, que siendo reportero policiaco se hizo el escurridizo y no quiso cubrir una balacera, provocando la burla en la mesa de asignaciones.
Por cierto, el que está insoportable en el Canal 12 es el reportero Juan Carlos Rodríguez, pues no quiere recibir órdenes ni de su jefe José “Pepe” de la Luz Lozano.
EL MARIAJULIAZO
Ya que ando por los rumbos de la colonia Roma, ahí les va una historia macabrota que dejó con el ojo cuadrado a más de uno en las instalaciones de Multimedios Televisión.
Ahí tienen que “La Comadre” Lafuente se dio tremendo agarrón con una reportera, Liliana Cavazos, y todo porque, al parecer, la joven no llegó a tiempo a un enlace para el noticiero de la conductora de Telediario vespertino.
Pero cuando les digo que fue agarrón es porque la “Comadre” se lanzó desde la tercera cuerda en triple salto mortal y tirando a la zona baja, con una evidente rudeza innecesaria que atestiguó por lo menos la mitad de la redacción. Y digo sólo la mitad porque la otra mitad sí estaba trabajando y no escuchó cuando se armó el traca traca.
Por ahí andaban trabajando los reporteros Ricardo “Richi” Alanís, Francisco “Paco” Zúñiga, Dora Irene Rivera, Juan Carlos Rodríguez, la asistente de Héctor “El Arqui” Benavides llamada Tania Romero, la entonces productora del Telediario vespertino, Rosy Ramírez y otros editores, coeditores, redactores y hasta gente de limpieza y todos ellos saltaron del susto cuando se escucharon los estentóreos gritos de la señora Lafuente.
En medio de la redacción “La Comadre” se olvidó de la compostura, de la humildad, de la tolerancia y el respeto que siempre predica en sus apariciones a cuadro y en las cápsulas que graba para el gobierno del Estado.
Tan subido de tono se puso el reclamo -ya para entonces era desfiguro- que tanto Liliana Cavazos como la conductora de Telediario vespertino tuvieron que irse al baño, donde María Julia -sin importarle la presencia de otras empleadas- pasó otros 30 minutos en plan de pandillera verbal regañando a la reportera, quien salió de ahí con los ojos llorosos y así tuvo que ponerse a trabajar.
¿Cómo explicarle a la señora Lafuente que esos no son modos de tratar a los compañeros? Y digo compañeros porque “La Comadre” ni siquiera es la jefa de los reporteros, en todo caso un regaño le correspondería a Agustín Serna o a José de la Luz Lozano.
Lo peor del caso es que no es la primera que hace la señora de los broches y prendedores. A la misma Liliana Cavazos la “saluda” al aire haciendo una aclaración al auditorio: “a ella no le gusta que le digan Lili ¡pero yo le digo Lili!”.
A la productora del Telediario vespertino, Rosy Ramírez, no la quería y fueron muy comentados los regaños que le hizo al aire hace unos 3 años. Imagínense cómo estarían que a la estrellita marinera ¡me la suspendieron tres días! Esa vez mi compadrito Pancho González sufrió con el castigo pero no le quedó otra porque, según me dijo, era por el bien de “La Comadre”, para que ya no regara el tepache.
Lástima que no entendió, porque siguió haciendo la vida de cuadritos a otras personas, como a Lía Díaz, una chica que estuvo en el escuadrón vial y también le demostró qué tan enemiga puede ser hace años, cuando Lía apenas iniciaba su carrera. A Jorge Lugo se lo quitaron también de productor porque éste se quejaba de lo diva que se portaba María Julia con él.
Peeero si creen que ahí acaba la cosa ¡no, mis niños! Apenas empieza porque a otras de sus compañeras como la reportera Daniela Mendoza, la trata con evidente desdén y a otra reportera, Dora Irene Rivera, simplemente no la quiere a cuadro y así lo ha hecho saber a los productores y en la mesa de asignaciones.
¿Será que tiene un problema con las mujeres? porque al menos de dientes para afuera “La Comadre” siempre se queja de las injusticias y defiende a las mujeres pero parece que es candil de la calle porque en su casa laboral las cosas están muy oscuras.
Ya veremos de qué lado masca la iguana y les platicaré si recapacita o sigue montada en su macho.
Seguro “La Comadre” Lafuente se siente todopoderosa al conocer que su noticiero está muy por encima de la competencia. Y para muestra basta el Dios rating: el jueves 27 de junio pasado su Telediario registró 12 puntos, por 6.2 de Lety Benavides de TV Azteca y un ridículo 4.0 de Las Noticias de Jannet Suárez.
Tres a uno en rating del Telediario por encima de Televisa, en serio, es una vergüenza para la empresa que dirige Eugenio Azcárraga, donde las calabazas aún no se acomodan tras la salida de Francisco Cobos de la gerencia de Noticias.
Y hablando de la televisora de la Privada Pipo, a qué inteligente se le ocurrió mandar de vacaciones ¡al mismo tiempo! a los conductores titulares de Las Noticias de la mañana, Gregorio Martínez y Lila Cortés, dejando en su lugar a Karla Minaya y a un completo desconocido. Como diría El Chavo del Ocho: “Si serás, si serás…”.
MISCELÁNEA
¿Qué le pasó al Canal 7 de TV Azteca en su versión digital, que estuvo fuera del aire al menos tres días? No están ustedes para saberlo pero en cuanto salieron las pantallas LCD-HDTV e incluso las KGB-NFL y no sé qué más siglas les ponen, yo tiré todas las teles “normales” que tenía a la basura para comprarme unas nuevas en pura alta definición.
Entoooonces me quedé como 3 días sin ver el 7 digital, porque en su versión convencional llegaba la señal muy pobre. Voy a averiguar cómo le hicieron para calmar a los anunciantes y les platico.
Y a otra cosa, mariposa. Un triunfo se anotaron los reporteros de Milenio Diario con dos notas: la de los agentes de Tránsito ejecutados en la colonia Cañada Blanca y el cese de policías del municipio de Juárez.
Los pupilos de José de la Luz se pusieron las pilas y desde el principio informaron que las tres víctimas eran servidores públicos en Guadalupe y ganaron la primicia del cese de los uniformados que no pasaron las pruebas de confianza en Juárez. Lo malo con la inseguridad es que las notas no suelen llevar crédito, así que la felicitación es para todos.
Ya que ando por los rumbos de los policiacos les cuento que en las escuelas de periodismo están simplificando la redacción de noticias relacionadas con la nota roja en tiempos de narcotráfico y reparten un machote muy sencillo que empieza con el patrullaje de un convoy policiaco/militar, el cual le marca el alto a vehículos sospechosos que hacen ocaso omiso y se dan a la fuga y se desata la balacera. Y tan-tan, fin de la historia.
Ese es el machote y ya nada más se trata de llenar los espacios con los datos del evento en turno. Tristemente así están ahora las redacciones de los noticieros y periódicos de nuestra ciudad. Y no crean que es por pura culpa de los reporteros, también es cuestión de seguridad y de qué se puede decir.
Lo que sí les puedo decir es que Enrique García, conductor de deportes en TV Azteca se está pareciendo mucho a Ernesto Chavana, el conductor de Multimedios TV que es todo un ejemplo de cómo se puede ganar rating con programas de mala calidad donde todos hacen el ridículo.
Porque ahora resulta que “Quique” García está haciendo con su programa una copia mala del programa malo de Televisa. Al principio a Enrique le dio por hacer regalos, en especie o en efectivo, a quienes le respondieran preguntas alusivas a Tigres o Rayados y hasta ahí iba bien.
Lo malo es cuando saca a las chicas modelos que –aclarando y siendo justos- están de muy buen ver pero entonces el programa ADN empieza a chafear feo… y entonces me pregunto, como diría Juanga ¿pero qué necesidad?
Bueno, ahí te lo dejo de tarea, Enrique. No eches a perder tu chamba imitando a otro, y si lo vas a hacer al menos sube más la mira.
Antes de que se me olvide, le mando saludos a Luis Castro, José Antonio Plascencia, Daniel Flores, Mario Álvarez y Paco Ordaz, de las fuerzas de batalla de El Norte y que entre todos reúnen bastantes años de cárcel ¡perdón! de experiencia, quise decir de experiencia porque en ese grupito el más chimuelo masca tuercas y el más pelón se hace trenzas.
Otro que también es una Chucha cuerera para eso de la investigada es Juan Cedillo, el corresponsal del periódico El Universal y la agencia EFE, quien en días pasados anduvo de gira por la Ciudad de México presentando su nuevo libro “La cosa Nostra en México” y que le acaba de sacar al público su editorial.
Como buen historiador, Cedillo se tiró de cabeza entre montones de archivos y descubrió que Monterrey y una bella y extranjera mujer jugaron un puesto muy importante durante la época de la prohibición del alcohol en los Estados Unidos, que dio origen a los actuales grupos delictivos. De verdad no tiene desperdicio el libro y les adelanto que ya viene la presentación en Monterrey, así que espérenlo.
Dejen les platico que me llegó un correo electrónico (¿a poco hay de otros?) donde se quejan del manejo que ha hecho últimamente El Norte de algunas notas policiacas. Se los paso al costo sobre una nota de hace como un mes donde se habla de un “narcolaboratorio” donde se “cocinaba” a las víctimas.
Ya les había comentado antes de esas buenas intenciones del acuerdo de medios para no usar ese tipo de lenguaje, y les dije que se iba a quedar en eso, en intenciones. Bueno, los lectores ya lo notaron y se quejan al portal y a esta columneja.
Va de ahí: “Muy ordinarios y ofensivos los términos de El Norte para ofender a inocentes que han sido presa… “narcococina” acaso tú, redactor, te comes a las victimas? porque sólo se cocina lo que se va a ingerir, si no el término pierde el sentido. Si fuera tu familiar, a ver ¿qué adjetivo se te ocurre?”.
Bueno, me despido en esta edición con dos preguntas: La primera: ¿en qué televisora está más de uno poniendo sus barbas a remojar porque viene la tijera de los recortes a causa de grillas y baja productividad?
La segunda: ¿en qué televisora un ejecutivo que recomendó el reciente ingreso de otro ya está arrepentido de haberlo hecho?
Chismes, datos e invitaciones a quitarse el calor con bebidas espirituosas enviarlas a:
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