De un par de años a la fecha la figura de Samuel García Sepúlveda ha crecido como la espuma en la política de Nuevo León.
Con apenas 31 años de edad, este joven lo tiene todo para ser una estrella de las urnas y el servicio público. Es un abogado con doctorados y un enorme éxito económico que lo hace gozar de una vida privilegiada que no duda en presumir en las redes sociales.
Su presencia en la vida cibernética le ayudó a irse formando una imagen que poco a poco le fue ganando simpatías en la política local.
Algo tiene García Sepúlveda que fascinó a los regiomontanos: quizás era su aspecto físico, su vida llena de lujos, su carácter tan de estos rumbos…
La realidad es que poco a poco este joven se fue ganando espacios y, de pronto, se convirtió en diputado local. Ahí fue donde su carrera despegó.
Desde el Congreso agarró un protagonismo que nadie le pudo robar y cuando muchos pensaban que el PAN iba a reclutarlo para sus filas -muy pocos en la entidad cumplen con el casting panista como García Sepúlveda-, decidió unirse a las filas del Movimiento Ciudadano junto con sus amigos y socios Luis Donaldo Colosio Riojas y Agustín Carlos Basave Alanís.
Colosio Riojas llegó al Congreso Local, Basave se quedó en el intento, pero García Sepúlveda hizo lo que muchos consideraban imposible: ganar la elección para el Senado la República desplazando al segundo lugar al Partido Acción Nacional.
Antes de la pasada elección federal, muy pocos apostaban su quincena a las posibilidades del joven político quien, gracias a las redes sociales y su imagen de norteño/fresa/entrón, se colocó en el gusto de los electores.
Su llegada al Senado no fue sencilla. Primero le lanzaron un dardo envenenado que llevaba como dirección el corazón cuando le recordaron sus lazos familiares con un viejo narcotraficante de Tamaulipas.
Sin embargo, el golpe sonó bofo. Casi sin despeinarse, García Sepúlveda desvió el misil que le lanzaron sus adversarios políticos.
Luego tuvo que encabezar una lucha legal cuando el PAN quiso quitarle la senaduría por un tecnicismo. Volvió a salir avante.
Para entonces la imagen del “Senatore”, como se llama a sí mismo García Sepúlveda, ya era una de las más fuertes en la política de Nuevo León. Un fenómeno similar al de “El Bronco”, quien supo usar las redes sociales a su favor para ganar popularidad entre los ciudadanos.
Pero a un año de la luna de miel, la noche cayó sobre el joven legislador y sus adoradas redes sociales se convirtieron en un inesperado verdugo que lo mantienen a la defensiva, sobre las cuerdas, desconcertado.
Algunas publicaciones en Instagram, Facebook y Twitter, donde García Sepúlveda presume sus viajes a lugares tan exóticos como Qatar, sirvieron de munición para que algunos usuarios de las redes sociales armaran una campaña de burla, descrédito y condena para el político neolonés.
Poco a poco las críticas fueron creciendo, y aunque en un principio el “Senatore” quiso burlarse de ellas, lentamente se fue hundiendo como en arenas movedizas.
No pasó mucho tiempo para que sus publicaciones fueran usadas en su contra, sus videos se convirtieran en memes, sus explicaciones fueran ignoradas.
Las mismas redes sociales que hace apenas unas semanas eran el mayor activo del joven político, hoy se han vuelto sus verdugos.
Curiosamente, estar en esta posición lo ha desconcertado, se ve errático, preocupado y fuera de centro, intentando sacudirse los golpes que le están cayendo por todos los flancos.
El problema para García Sepúlveda es que esta reacción ha desvelado la que podría ser la “kriptonita” que sus adversarios políticos estaban buscando para sacarlo de la carrera por el 2021 en Nuevo León.
Lo que está demostrando el “Senatore” es que si un día sus adversarios quieren descarrilarlo, sólo tienen que armar una campaña en su contra en redes sociales y ver cómo el joven político se pierde.
Las redes son importantes, nadie lo duda; sin embargo, cuando se les da mucha más importancia de la que realmente tienen, los efectos pueden ser devastadores.
García Sepúlveda tiene tiempo para aprender la lección, dejar a un lado el iPhone y ponerse a hacer política, si es que en verdad quiere seguir trascendiendo en el 2021.