¿En que se parecen el Cruz Azul, las Chivas y la selección mexicana varonil mayor?
En que los tres equipos están podridos por dentro.
Las circunstancias son distintas, pero la constante es la irregularidad, la indisciplina y un nauseabundo tufo a intereses extracancha que por años ha florecido dentro de dos de los equipos mal llamados “grandes” de la primera división y del representativo nacional más influyente en el deporte mexicano.
La exhibida que la selección recibió en Honduras confirmó lo que desde hace mucho tiempo se ha sabido del entorno del equipo nacional. La irregularidad parece que es parte ya del DNA del equipo mexicano, que fiel a su costumbre da una de cal por dos de arena.
Parte de esos bandazos se originan en el desastre que por años ha sido el manejo directivo de la federación mexicana de futbol, que entre la corrosiva, antaña, influencia del grupo Televisa y la lucha de poderes entre los grupos de dueños se han preocupado más por hacer partidos en Estados Unidos y facturar comerciales con las caras bonitas que, aprovechando su poder comercial, se apoderaron del vestidor para definir quien los acompaña o no en las convocatorias y probablemente hasta en la dirección técnica.
Mientras las cosas sigan como hasta hoy, ni con Scaloni, Angelotti o Guardiola como técnico, y ni nacionalizando a medio equipo las cosas van a cambiar para bien en el seleccionado.
Lamentablemente, entre los comerciales patrioteros, los analistas paleros y la ilusión permanente del “si se puede”, el aficionado olvida rápido y perdona fácil y vuelve a inflar el globo que de seguir así se va a reventar muy feo en la Copa América.
Chivas es el equipo más popular de México porque allí solo juegan mexicanos. Apapachado por una buena parte de los medios de la capital del país que le solapan su mediocridad con el argumento de ser “grande”, el Guadalajara no deja de ser noticia por el comportamiento de sus jugadores fuera de las canchas.
Algo raro pasa en el entorno de las chivas que de a poco corrompe a sus jugadores. Algunos dicen que es la vida social de Guadalajara y sus personajes, pero seguramente esto también ocurre en Monterrey y la CDMX, así que algo siniestro pasa en el club y en la ciudad que descompone a los débiles y debilita a los fuertes mientras sus directivos, que ya han sido varios, no simplemente no han podido con el caos.
Cruz Azul se ha convertido no solo en el hazmerreir del futbol profesional varonil con las famosas “cruzazuleadas” que los han dejado humillados en no pocas ocasiones. El equipo cementero es una puerta giratoria de técnico, directivos y jugadores que, hasta donde se conoce, podrán quejarse de todo menos de que no ganaron dinero.
Con exdirigentes prófugos y anécdotas de promotores insaciables asegurando su vejez en comisiones con jugadores “petardos” que han sangrado por años a un club que entre sus luchas de poder de cooperativistas y manejos turbios han contagiado de mediocridad a los muchos -incluyendo a estrellas- que han llegado.
Difícil se ve que las cosas vayan a cambiar pronto en los tres equipos para desfortuna de sus aficionados.v
Horacio Nájera es Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la UANL y cuenta con maestrías en las Universidades de Toronto y York. 30 años de experiencia en periodismo, premiado en Estados Unidos y Canadá, y coautor de dos libros. @Najera13