Para cuando esta edición de Hora Cero esté en manos de los lectores es muy probable que el doctor Jesús Zacarías Villarreal engrose las estadísticas del desempleo en México, pues sus horas estaban contadas al frente de la Secretaría de Salud de Nuevo León.
Quien también fue titular de Salud en la gestión panista de Fernando Canales Clariond llegó al gabinete de Rodrigo Medina de la Cruz impuesto desde México, por compromisos asumidos durante la campaña de 2009, porque solamente de esa manera se entiende su nombramiento.
Zacarías Villarreal fue negociado por el senador Fernando Elizondo Barragán, el candidato del PAN perdedor frente a Medina de las Cruz, para que ocupara una de las dependencias, quizá la número uno, con un presupuesto que se ocupa no sólo para ofrecer servicios, sino para mantener a una bola de zánganos.
El doctor y ex director del Hospital Universitario creyó que no era el titular, sino el dueño de una dependencia estratégica para cualquier gobierno estatal, para lo cual se rodeó de amigos funcionarios que creyeron que podían manejar a su antojo cientos de miles de millones de pesos.
Hace meses fueron ventiladas en los medios de comunicación anomalías en el Hospital Materno Infantil, en la construcción de una nueva clínica sobre la carretera en el municipio de Santiago, y el escándalo más reciente se refiere al pago de cientos de supuestos trabajadores de la Secretaría de Salud fuera de nómina, y lejos del alcance de transparencia gubernamental.
Uno que suspira en ocupar la titularidad de la dependencia es un allegado a la familia de Medina de la Cruz, de nombre Francisco González Alanís, actualmente subsecretario de Prevención y Control de Enfermedades, aunque tampoco está descartado Donato Saldívar Rodríguez.
El doctor González Alanís es hermano de Francisco, actualmente subsecretario de Gobierno de Nuevo León, algo que pudiera ayudarle a escalar en Salud, pero dentro de ese edificio la grilla no es su mejor aliado, vaya, hasta se habla de que también podría hacer sus maletas.
Saldívar Rodríguez fue también director del Hospital Universitario, puesto al cual renunció cuando tenía amarrada la Secretaría de Salud de Tamaulipas (porque es originario de Ciudad Mante), pero no llegó a ocuparla tras el asesinato de su amigo, el entonces candidato del PRI a la gubernativa de ese Estado, Rodolfo Torre Cantú.
Su único gran pecado es la cercanía que tiene con Zacarías Villarreal. Hay que recordar que éeste último le heredó a Saldívar Rodríguez la dirección del Hospital Universitario cuando fue invitado al gobierno panista de Canales Clariond.
Lo único que podría salvar a Zacarías Villarreal de la guillotina es que a Medina de la Cruz le hagan manita de puerco desde la Secretaría de Salud federal, pero hay quienes dicen que ni eso podría salvarlo, pues es mucha la suciedad en Salud.
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Cambiando de aires, algo le pasó al gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina de la Cruz, pues a la hora de agradecer la presencia de sus invitados al Segundo Informe de Gobierno en palacio, la noche del 12 de octubre, ignoró olímpicamente a la diputada federal, Cristina Díaz.
Los malpensados no pueden dejar de meter jiribilla, pues la actual secretaria nacional del PRI estaba en los lugares privilegiados designados para los invitados especiales como el presidenciable Enrique Peña Nieto, a quien le rindieron la más sonora y prolongada ovación.
Medina de la Cruz se dio tiempo para mencionar a Humberto Moreira y demás “caballos” del Revolucionario Institucional, pero cuando pasó por la ex alcaldesa de Guadalupe simplemente no la mencionó.
Y cuando un sector de los asistentes pensaron que el error se limpiaría cuando alguien le pasó una tarjeta al góber, éste leyó el nombre ¡de la gobernadora de Yucatán!, Ivonne Ortega.
A pesar de esa omisión y que al principio se le apagó la pantalla por un “error técnico”, esta vez le fue mejor a Medina de la Cruz porque cuando menos no hubo balaceras y bloqueos como hace un año -¿se acuerdan?- en su Primer Informe de Gobierno.
Por cierto, el que no quiso robarle reflectores a Peña Nieto fue el sonorense Manlio Fabio Beltrones, quien no apareció por ningún lado y con eso el ex gobernador del Estado de México estuvo en el mejor lugar de todos: junto a la primera dama, Gretta Salinas.
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Un duro revés sufrió el ego de Jorge Domene Zambrano cuando el gobernador dio marcha atrás a un anuncio que el vocero hizo el 10 de octubre, relacionado con el nombramiento de Jorge Alberto Arizpe como encargado de la Fuerza Civil (Policía Estatal).
Pues resulta que Rodrigo Medina salió a desmentir la noticia y lo hizo categóricamente en todos los medios habidos y por haber. Como quien dice, el ejecutivo estatal se curó en salud antes de cometer otra pifia.
Resulta que Arizpe fue señalado en 2009 como el hombre que imponía las cantidades de dinero que cobraban los agentes de Tránsito del municipio de Monterrey.
Cuando Fernando Larrazábal Bretón llegó a la alcaldía, Arizpe era el segundo de a bordo y quedó mal parado al momento de correr a decenas de agentes que soltaron la sopa.
Arizpe fue despedido por Larrazábal y cobijado por la gente de Rodrigo Medina en cuestiones de seguridad y en el C5.
¡Qué amiguitos!
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Y ya que estamos en el “show”, pues habría que proponerle al ex alcalde que hiciera un programa de televisión (si Poncho De Nigris lo tiene, ¿por qué Maderito no?) donde comparta las recetas para mantener la línea.
Y es que Maderito vende, si no, pregúntenle a los editores de periódicos que el lunes por la mañana presentaron a ocho columnas la detención del susodicho en lugar de hablar de los muertos y la destrucción que dejó la intensa lluvia del domingo 9.
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Pedro Garza salió bien librado del primer ataque en su contra porque los medios de comunicación no le dieron seguimiento a una demanda presentada por agricultores de Anáhuac.
El ex alcalde de Guadalupe, quien aspira a recuperar ese trabajo, se mantiene haciendo campaña de bajo perfil, escuchando a personas que tienen cierta influencia y esperando los tiempos.
Se dice que Pedro quiere sumar a la gente, pero no en el concepto falso de la “unidad” que nunca se ha dado. Pues dice que si se trata de sumar, lo mejor es ir bajando el juego en la partida de póker, es decir, dejando menos aspirantes.
Su proyecto sigue en pie, pero a nivel electoral, pues confía que muy pronto se van a poner de acuerdo todos los actores que suspiran por este castigado municipio
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Oscar Cantú, secretario del Ayuntamiento de Apodaca, acaba de recibir una camioneta Ford blinada, doble rodado y para uso oficial, con un valor cercano al millón 200 mil pesos.
Dicen que cuando el también aspirante a la candidatura del PRI a la alcaldía llega al estacionamiento que le corresponde en la presidencia municipal, quienes lo conocen le dicen que ahora sí anda bien protegido.
“Sí, ando bien blindado…pero contra el fuego amigo”, responde Oscar Cantú en alusión a quien o quienes buscan descarrilarlo dentro del mismo Ayuntamiento.