Esta un día El Apuntador comprando carbón para calentar su humilde casa ubicada en un Fomerrey -pues no crean que vive en la cúspide de la Sierra Madre en San Pedro Garza García, donde los pobres se ven abajo-, cuando recibió una carta que tiene que ver con la carrera de periodismo en las universidades y que retrata la realidad y la decadencia educativa en países rezagados como México.
Pero antes de entrar en ese tema, se supo que en diciembre pasado el destituido exdirector de la Facultad de Comunicación de la UANL, Mario Rojo, anduvo muy ocurrente con un regalo que mandó de manera masiva a destinatarios de buen nivel dentro de la Máxima Casa de Estudios.
En una caja cubierta con papel de regalo, moño navideño y una tarjeta personal, Rojo regaló una camiseta con una frase impresa, donde decía que había llegado el momento de que la UANL tuviera un rector independiente, o sea él.
Seguramente al ingeniero Rogelio Garza Rivera poco o nada le cayó en gracia esa iniciativa y, peor, el deseo de su excolaborador de que no se reelija este año. Pero de ese tamaño fue la puntada de Rojo, que está más frío que una paleta comprada en Chipinque.
En otro tema, que involucra al exreportero y exjefe de prensa Daniel de León Guzmán, quien en vez de estar vinculado a un proceso penal sigue de asesor del procurador de Nuevo León, Bernardo González Garza, prospecto para ser el primer fiscal general, va un poco de memoria: a fines del sexenio de Natividad González Parás y comienzos de Rodrigo Medina de la Cruz, De León Guzmán inventó una revista donde aparecían como socios dos amigos cercanos, un empleado de Apodaca y un chofer de taxi con residencia en la colonia San Bernabé de Monterrey.
En una posterior investigación de Hora Cero, el burócrata de Apodaca de nombre Eldifonso Alanís Sánchez dijo en una grabación en video que él fue invitado por De León Guzmán a ser socio de esa compañía, pero que nunca había recibido un peso.
Con esa falsa publicación se metieron facturas que sumaban cerca de 58 millones de pesos, a través de una empresa denominada Radio Tel and Publishing S.A. de C.V., sin que hasta la fecha se abra una investigación por esa fechoría.
Cuando cayó el primer procurador del actual gobierno y entró González Garza en su relevo, se supo que De León Guzmán buscó cobijo en esa dependencia y es uno de sus asesores en temas de prensa. Y ¿saben cuándo será vinculado a proceso? Pues nunca. Así el abarrote.
Pero regresando el tema del primer párrafo, la carta titulada: ¡Renunció!, vuelve a confirmar los saldos negativos en el uso excesivo de las nuevas tecnologías en todos los niveles de la educación, mismo que ha arrojado que cualquier persona que graba un video o toma una foto y la comparte, falsamente se hace llamar periodista.
Enseguida la carta:
¡Renunció!
El periodista y académico uruguayo Leonardo Haberkorn renunció el año pasado a seguir dando clases en la carrera de Comunicación en la universidad ORT de Montevideo, mediante esta carta que ha conmovido al mundo de la educación:
“Después de muchos, muchos años, hoy di clase en la universidad por última vez. Me cansé de pelear contra los celulares, contra WhatsApp y Facebook. Me ganaron. Me rindo. Tiro la toalla.
“Me cansé de estar hablando de asuntos que a mí me apasionan ante muchachos que no pueden despegar la vista de un teléfono que no cesa de recibir selfies.
“Claro, es cierto, no todos son así. Pero cada vez son más. Hasta hace tres o cuatro años la exhortación a dejar el teléfono de lado durante 90 minutos –aunque solo fuera para no ser maleducados- todavía tenía algún efecto.
“Ya no. Puede ser que sea yo, que me haya desgastado demasiado en el combate. O que esté haciendo algo mal.
“Pero hay algo cierto: muchos de estos chicos no tienen conciencia de lo ofensivo e hiriente que es lo que hacen. Además, cada vez es más difícil explicar cómo funciona el periodismo ante gente que no lo consume ni le ve sentido a estar informado.
“Esta semana en clase salió el tema Venezuela. Solo una estudiante entre 20 pudo decir lo básico del conflicto. Lo muy básico.
“El resto no tenía ni la más mínima idea. Les pregunté si sabían qué uruguayo estaba en medio de esa tormenta. Obviamente, ninguno sabía.
“Les pregunté si conocían quién es Almagro. Silencio. A las cansadas, desde el fondo del salón, una única chica balbuceó: ¿No era el canciller?
“Así con todo. ¿Qué es lo que pasa en Siria? Silencio.
“¿Qué partido es más liberal, o está más a la ‘izquierda’ en Estados Unidos, los demócratas o los republicanos? Silencio.
“¿Saben quién es Vargas Llosa? ¡Sí!
“¿Alguno leyó alguno de sus libros? No, ninguno.
“Lamento que los jóvenes no pueden dejar el celular, ni aún en clase. Conectar a gente tan desinformada con el periodismo es complicado. Es como enseñar botánica a alguien que viene de un planeta donde no existen los vegetales.
“En un ejercicio en el que debían salir a buscar una noticia a la calle, una estudiante regresó con la noticia de que todavía se venden diarios y revistas en las calles….
“Llega un momento en que ser periodista te juega en contra. Porque uno está entrenado en ponerse en los zapatos del otro, cultiva la empatía como herramienta básica de trabajo.
“Y entonces ve que a estos muchachos -que siguen teniendo la inteligencia, la simpatía y la calidez de siempre- los estafaron, que la culpa no es sólo de ellos. Que la incultura, el desinterés y la ajenidad no les nacieron solos.
“Que les fueron matando la curiosidad y que, con cada maestra que dejó de corregirles las faltas de ortografía, les enseñaron que todo da más o menos lo mismo. Entonces, cuando uno comprende que ellos también son víctimas, casi sin darse cuenta va bajando la guardia. Y lo malo termina siendo aprobado como mediocre; lo mediocre pasa por bueno; y lo bueno, las pocas veces que llega, se celebra como si fuera brillante.
“No quiero ser parte de ese círculo perverso. Nunca fui así y no lo seré.
Lo que hago, siempre me gustó hacerlo bien. Lo mejor posible. Y no soporto el desinterés ante cada pregunta que hago y se contesta con el silencio. Silencio. Silencio. Silencio.
“Ellos querían que terminara la clase.
“Yo también”, concluye su misiva Leonardo Haberkorn.
EL DEDO ACUSADOR
Multimedios Televisión la ha emprendido siempre contra todo lo que se mueva: si hay contaminación, es culpa del gobierno porque no revisa cada una de las 300 mil empresas; si hay ausentismo escolar por bajas temperaturas, la responsable es la Secretaría de Educación por tener escuelas sin calefacción.
Vaya, hasta si hay inseguridad y roban el bote de basura de doña Chonita, es porque los policías no fueron a cuidar su casa, lo cual demuestra la incapacidad de las autoridades. El hecho es que en los noticieros de Multimedios sus comentaristas y lectores de información siempre tienen a quien culpar.
El más reciente caso lo mostró Josué Becerra en el Telediario matutino del lunes 22, cuando con una expresión que rayaba en el pánico, advirtió a la ciudadanía de un grave problema social: el caos vehicular generado por los estudiantes de la Universidad Autónoma de Nuevo León, que ese día iniciaron actividades académicas.
¿Acaso nada más los de la Uni tienen vehículos o usan el transporte público? Cuando regresan los del Tec, UdeM, U-Erre y las otras 50 universidades a clases ¿a poco no aumenta el parque vehicular?
En la lógica de quienes manejan los contenidos periodísticos de la empresa de mi compadre Francisco González, el caos vehicular de las avenidas Gonzalitos, Manuel L. Barragán, Alfonso Reyes y Lázaro Cárdenas, es provocado por los alumnos y maestros que van a las unidades Mederos, Médica y el campus principal de la Máxima Casa de Estudios, mostrado en exceso con los drones e imágenes por sus reporteros.
Este Apuntador nunca vio en semanas pasadas que se hicieran enlaces en vivo a los telediarios, notas o reportajes denunciando con dedo acusador el exceso de tráfico que se genera en, digamos, avenida Lázaro Cárdenas en los sectores donde están Tec Milenio o el edificio de la escuela de negocios (EGADE) del ITESM; o por Eugenio Garza Sada, en donde están el campus principal del Tec de Monterrey o en la zona de la Purísima y Pino Suárez, donde se ubican los edificios de la U-Erre y del CEU.
De plano eso de buscar y hallar culpables se les da muy bien a los de Multimedios.
Por cierto, quien anda cacareando el huevo antes de empollarlo es Mauricio Alatorre, quien se la pasó sube y sube fotos un día sí y otro también a su Facebook e Instagram de los trabajos que anduvo haciendo en la CDMX con el nuevo canal de televisión que, por fin, verá la luz, cumpliendo el sueño de más de 50 años de la empresa que nació en Paricutín y 2 de Abril.
Para este proyecto regresó a trabajar Carlos Zúñiga, luego de haber estado separado un tiempo de la empresa, concretamente de Milenio TV.
Ahora, Zúñiga será quien eche a andar la maquinaria para tener el canal en señal abierta y no sólo de manera restringida vía cable, como ha anhelado por más de 15 años la familia González.
La ventaja ahora para la empresa de origen regiomontano, pero que en la capital del país cambiará el aroma de machaca y cabrito por el del atole y las tortas de tamal, es que si bien no les dieron la cadena nacional (o más bien, que no buscaron) tendrán la opción de que puedan ser vistos en muchas plazas del país por los acuerdos que hagan con los cableros locales.
A LA MALA
La primera vez que anunció su salida le pidieron que se quedara porque se sentían a gusto y en confianza con su desempeño como reportera. Ella aceptó gustosa.
Después, ante la posibilidad de mejorar tanto en el aspecto profesional como el económico y personal, volvió a decirles que renunciaba, pero fue convencida de que se quedara unos días más, pues prácticamente dejaría sin reporteros al programa en pleno diciembre, tras la salida voluntaria de otro compañero.
Todo parecía bien, hasta que de buenas a primeras, sin decir agua va, la despidieron, sin importar que ella rechazara dos ofertas de empleo por petición de la empresa. Sin más, a Cynthia Mexquitic le dijeron adiós en Dominio Radio.
En Milenio Diario de Monterrey ya se formalizaron los bandos de guerra: por un lado está el de la jefa o coordinadora de información, Daniela Mendoza y por el otro, el del subdirector Javier Sepúlveda.
Parados uno en cada esquina del cuadrilátero, ambos dos pretenden y buscan, un día uno y al siguiente la otra, imponer agenda de contenidos y darle relevancia al o a los temas que creen interesan a los lectores. Dicen los que están ahí cerquita, que pese a la corresponsabilidad que tienen, no se dirigen la palabra, cual si estuvieran en un salón de párvulos.
Los cambios de señales y contradicciones en la asignación de temas a veces tiene paralizados a fotógrafos y reporteros, y no se diga a editores y diseñadores de páginas, quienes tienen que esperar cuál, si Sepúlveda o Mendoza, dan el primer paso o bien si, dándolo el otro, se tienen que regresar.
Hagan de cuenta como un matrimonio disfuncional en proceso de divorciarse que está viendo quién se queda con el perro y quién con el perico.
Parece que las relaciones de Jaime Rodríguez Calderón con algunos medios que en 2015 jugaron salvajemente en su contra estando de lleno a favor del PRI y haciendo hasta lo imposible para que perdiera la gubernatura, han cambiado drásticamente.
Así lo confirma una foto que subió el aspirante presidencial independiente en su gira por Querétaro, recabando firmas, en donde se ven viajando a su lado a Eduardo González y Gonzalo Estrada Sáenz, directivos del periódico ABC y Grupo Radio Alegría (GRA).
González es gerente de relaciones institucionales y Chalo director corporativo de la misma área. O sea, el mero mero petatero y subalterno. Vueltas que da la vida.
La abuelita del Apuntador llamaba a estas personas con habilidades de cambiar de trapecio como “chaqueteros”.
El ABC y GRA, por si la memoria no les alcanza, favorecían a Ivonne Álvarez García igual, o peor, que Multimedios, TV Azteca y Televisa Monterrey, entre otros medios nacionales.
Y la pregunta tan esperada: ¿por qué el fotógrafo José Luis Macías, suspendido por conducta inapropiada a por la Liga MX en la final de vuelta de Monterrey contra Tigres, escribe en sus redes sociales que dejará ese oficio si no le levantan el castigo de un año?
Mejor que Macías aplique el dicho de que “calladito se ve más bonito” y agradezca a sus empleadores que no lo despidieron. Y recuerde: nadie es indispensable en esta vida. Menos un fotógrafo.
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