
Para nadie es un secreto que la piratería es uno de los problemas más graves de internet, y tanto los productores de contenido como legisladores y expertos en el tema coinciden en que deben existir herramientas legales para la ciberseguridad.
“El uso no autorizado de un producto con derechos reservados ha alcanzado proporciones terribles”, señala Jim Crowne, director de asuntos legales de la Asociación Legal de Propiedad Intelectual de Estados Unidos (AIPLA, por sus siglas en inglés).
Digamos que ese es el pretexto ideal para la creación de la ley SOPA, la cual cuenta con dos versiones: una en el Senado titulada Protección a la Propiedad Intelectual (Protect IP, en inglés) y otra, en la Cámara de Representantes, que se conoce como el Acta para Frenar la Piratería Online (SOPA, por sus siglas en inglés).
Ambas leyes han generado una gran controversia entre las empresas y usuarios de internet desde que se pusieran sobre la mesa en octubre del año pasado. Incluso hay quienes creen que la legislación sobreprotege la propiedad intelectual e incluye limitaciones a la libertad de expresión y al comercio electrónico.
Cabe mencionar que la propuesta legislativa contempla que los proveedores de internet, “vigilen y detecten” páginas que compartan contenido considerado “ilegal”, en rubros como fotos, música, videos o textos; y obligaría a los buscadores a eliminar esas páginas.
Además permitiría al gobierno de EEUU cerrar sitios alojados en servidores sin orden judicial, e incluso muchos usuarios estarían en riesgo de ir a la cárcel por compartir vínculos protegidos en sus páginas personales, redes sociales y/o correos electrónicos.
Y como en todo conflicto, que se desarrolle a nivel político, legislativo y/o económico, las principales víctimas son los usuarios mortales, sí, esos que respetan las leyes, tanto del mundo real como el virtual, comparten uno que otro link con el prójimo, y por supuesto aprovechan uno que otro servicio gratuito que ofrece internet.
En esta primera batalla las víctimas son los usuarios de Megaupload que, a unas semanas del cierre, se siguen preguntando cómo van a recuperar el dinero de sus suscripciones y su información personal.
Algunos simpatizantes con la ley SOPA afirman que sería peligroso y problemático que las plataformas que sirven de puerta a la información sesguen los hechos para incitar a los usuarios a apoyar sus intereses corporativos.
Y en cierto modo tiene razón, el usuario final es el que está en medio de este conflicto; por una parte la industria de entretenimiento no acepta que su modelo de negocio debe actualizarse, y por otra parte las nuevas plataformas quieren el pastel completo.
¿A caso usted cree que empresas como Google, Amazon, Wikipedia, y las más de 60 mil páginas que protestaron, lo hicieron por el sincero deseo de una política pública sensata? ¿O lo hicieron para proteger sus propios intereses comerciales?
¿Usted cree que la ira popular, que se puso de manifiesto en las redes sociales, contribuyó a posponer las iniciativas?, ¿o más bien la industria tecnológica mostró que tiene peso e influencia entre los legisladores de EEUU?
Y eso no es todo, algunos críticos de la iniciativa prevén que la imposición de bloqueos a sitios forzará a los usuarios a buscar proveedores en el extranjero, lo que le abrirá las puertas a más fraude electrónico e invasión de virus y programas malignos en internet.
¿Quién cree que será el principal perjudicado?
Hasta la próxima. v