
En el Congreso de Nuevo León solamente un diputado está perfilado para pedir licencia y “chapulinear” en busca de una alcaldía de la zona metropolitana que agrupa a siete municipios. Se trata de Francisco Cienfuegos, que tiene la mira en Guadalupe por parte del Partido Revolucionario Institucional y con la bendición del dirigente estatal de la CTM, Ismael Flores.
Otros municipios como Juárez y García son más rurales que urbanos, aunque no falta mucho tiempo para que tengan la etiqueta de pertenecer a la metrópoli, sin embargo hay que mencionar que otro legislador tricolor, Carlos Barahona, tiene su mira en García donde ya fue alcalde años atrás.
Barahona corrió con suerte con la renuncia al PRI de Jaime “El Bronco” Rodríguez, quien pudo haber sido conformado por los dirigentes de su ex partido y ser postulado otra vez para disputar esa posición que la hubiera ganado de calle. Pero aventó el arpa y dejó el camino pavimentado al diputado.
Edgar Romo, pastor de la fracción priista, se dio por vencido buscando colarse entre los aspirantes a alcaldes, asegurando la candidatura de una diputación federal por mayoría.
Otros legisladores del PRI tienen su mira en abanderar las causas en busca de alcaldías de municipios rurales que representan, aunque hay funcionarios del gabinete de Rodrigo Medina de la Cruz que están dispuestos a estropear sus planes.
Una de ellas es Lorena de la Garza, directora general de la Corporación para el Desarrollo Turístico de Nuevo León, que busca ser candidata en Salinas Victoria, un cargo que ocuparon alguna vez su padre y otro familiar directo.
Ese municipio localizado al norte de la zona metropolitana es estratégico para el desarrollo del Estado. Basta recordar el proyecto del Interpuerto, que busca ser el centro logístico más importante de Latinoamérica con una inversión inicial de 130 millones de dólares y que pretende dar empleo a 50 mil personas.
De la Garza, que tuvo que sortear obstáculos a su llegada a la dependencia y el fuego amigo de su antecesora Patricia Aguirre, es joven y pudiera ser requerida por su partido para una diputación local, donde sumaría experiencia política para lo que se ofrezca en 2018.
Aunque el presidente Enrique Peña Nieto está más preocupado en apagar el incendio de su presidencia de la República, el asunto de Nuevo León está entre sus prioridades y sigue deshojando la margarita.
Si bien la apuesta de Medina de la Cruz, según los más enterados, es que la senadora Ivonne Álvarez sea la candidata a sucederlo en las elecciones del próximo año, desde Los Pinos la carta marcada es todavía el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo.
Pero en la Ciudad de México hay bastante preocupación sobre los bajos niveles de popularidad de Guajardo, que sería un foco rojo y un factor que pudiera permitir al Partido Acción Nacional a recuperar el Palacio de Cantera.
Pocos dudan de la capacidad del titular de Economía, pero Peña Nieto no duerme cuando ve las encuestas, claro, aunque tiene otros mayores razones para que desde hace más de 60 días sus ojeras hayan aumentado de intensidad y las canas sean más notorias: el deterioro de su imagen, el de su esposa y los niveles de su popularidad en los mínimos por el caso Ayotzinapa.
Y si Guajardo es requerido por el mandatario para seguir en su gabinete, la decisión quedaría entre Álvarez y su compañera en el Senado: Cristina Díaz Salazar, dirigente nacional de la CNOP.
Quién se iba a imaginar que hace ocho años cuando en Guadalupe la alcaldesa era Díaz Salazar y la directora del DIF era Álvarez, en 2014 las iba a confrontar para buscar la gubernatura de Nuevo León. Vueltas que da la vida. O caprichos de la política.
Mientras sale el humo blanco en el PRI, las dos senadoras aceptan todo tipo de invitaciones para apoyar a personas necesitadas, apadrinar generaciones, entregar despensas, tortas, refrescos y tamales, mientras el secretario de Economía recibe órdenes de Peña Nieto antes de aterrizar en el Estado.
Según las fechas marcadas en el calendario electoral, Díaz Salazar, Álvarez y Guajardo tendrían que pedir licencia a sus cargos con fecha límite 6 de diciembre, y quien no lo haga estará descartado y dejará el camino libre a escogido por el Todopoderoso Peña Nieto.
Y quien también está por ausentarse de su cargo como alcaldesa de Monterrey es Margarita Arellanes, dejando en la alcaldía a la regidora Paola Mata que, coincidencia o no, tienen un “outfit” muy parecido, empezando con la cabellera rubia. ¿Será una estrategia del PAN?
Con la licencia de Arellanes pocos cambios habrá en el ayuntamiento. Se mantendrán los mismos funcionarios, salvo algunos pocos que irán a apoyarla en la contienda interna, para posteriormente -si gana que es casi seguro- empezar la guerra por la gubernatura.
Parece que salvo Santa Catarina y Escobedo, en el resto de los municipios todo está planchado en cuanto a los futuros candidatos a alcaldes albiazules: en Guadalupe irá Alfonso Robledo; en Monterrey va Felipe de Jesús Cantú; en San Nicolás de los Garza el ungido es Víctor Fuentes; en San Pedro de nuevo va Mauricio Fernández, y en Apodaca será un volado entre Braulio Martínez o Sandra Ramones.
Por el PRI las posiciones para las alcaldías se definirán después de la designación del candidato o candidata a gobernador, aunque en las encuestas, no las de Milenio que son una broma, ya se perfilan algunos que difícilmente serán bajados del barco.
Van siguiendo la escuela de otros alcaldes panistas quienes en la década de los 90 del siglo pasado fueron los primeros en estrenarse como “chapulines”. Nos referimos a Jesús María Hinojosa quien dejó la alcaldía de Guadalupe para buscar y ganar la de Monterrey. Y de Jesús Hinojosa Tijerina, quien brincó de San Nicolás de los Garza para irse por Monterrey; el actual munícipe de Santa Catarina, Víctor Pérez Díaz, pediría licencia para ser nominado diputado federal plurinominal.
César Cavazos, alcalde priista de Escobedo, y su homólogo de Apodaca Raymundo Flores Elizondo, dejaría también sus cargos para ser candidatos del tricolor a diputaciones federales, mientras que el munícipe de Guadalupe afirma y amenaza que se quedará a terminar su periodo.
Esta osada decisión sin duda tendrá efectos devastadores para el PRI por la cuestionada gestión de César Garza Villarreal en territorio guadalupense, que no sale de una para entrar a otra entre denuncias de corrupción de funcionarios, excesos de sus policías contra la población y los servicios primarios descuidados.
Por cierto, ¿cuánto le habrá costado a Garza Villarreal pagar un reportaje en Punto de Partida el jueves 27 de noviembre, en Televisa México, relacionado con la Policía pastoreada por los cristianos, donde apenas hubo una mención con su nombre y ninguna imagen de su rostro?
Y seguramente le vale un soberano cacahuate que su director de comunicación social, Daniel de León, sea exhibido haciendo transas con el erario consiguiendo facturas con precios fuera de la realidad de un servicio contratado en una página web “patito” (abrir www.horaceronl.com ).
El domingo 7 de junio de 2015 seguramente los electores de Guadalupe no le perdonarán al PRI las corruptelas de su administración. Por eso hubiera sido mejor irse de legislador, al menos siendo local dedicaría tiempo a intentar limpiar la mugre de sus cuentas públicas.