José Ramón Fernández es un ícono del periodismo deportivo en México, sin duda, pero debo confesar que cuando supe de él, en aquellas épocas en que casi todos éramos presa de la hegemonía de Televisa en la atención de la televisión mexicana -aún más quienes vivíamos en lugares alejados para las señales televisivas como Tamaulipas y nuestras opciones se limitaban a ver un solo canal mexicano que era de esa televisora, lo que ahora se le conoce como el Canal de las Estrellas, y el resto eran canales gringos del Valle de Texas, hasta que llegué a estudiar a Monterrey y tuvimos mas opciones-, no veíamos bien que un periodista deportivo que representaba a la modesta televisión del gobierno (Imevisión) atentara contra nuestro ídolo del futbol mexicano que había triunfado en España y en todo el futbol europeo. Lo considerábamos un amargado que solo buscaba notoriedad a costa del éxito de Hugo Sánchez.
Hoy, la madurez que dan los años, el estudio y las experiencias nos permiten conocer mejor y reconocer al periodista que desafío, en épocas muy difíciles de grandes retos como enfrentar a la empresa de comunicación que representaba los intereses del estado hegemónico y que no toleraba rebelión alguna. Hoy le reconozco su valor y su aportación al cambio que busca tener una sociedad informada, pensante y deliberativa, sin imposiciones de pensamiento predirigidos al sometimiento cultural.
Supo manejar el periodismo de la rebelión a la perfección, cuando encontró en esa manía de los cronistas oficiales y complacientes de la dupla Televisa-América, su mejor material para agrupar a todos quienes no estaban de acuerdo en que el futbol mexicano se limitaba a un equipo capitalino que fuera “la neta del planeta” como trataban de hacer creer aquellos estelares de la crónica deportiva como Juan Dosal (quien siempre fue diablo de Toluca pero le tocaba alabar al América), Gerardo Peña (uno de los mejores que ha habido para narrar la dinámica del juego), o el propio don Jorge Alarcón.
Hizo de su espacio de comunicación, una escuela del periodismo deportivo más abierto a la polémica. Hoy eso es el pan de todos los días, pero en esa época, él se jugaba mucho cuando hablar claro representaba un gran riesgo para su carrera profesional y hasta, por qué no decirlo, su seguridad personal y familiar.
Recuerdo que cuando Hugo Sánchez falló el penal contra Paraguay en el Mundial México 86, José Ramón, quien no sé a ciencia cierta si fue el creador de la frase “Hugo Tarugo”, sí fue uno de los grandes promotores de su difusión y se hizo lo que ahora llamamos “trending topic”, y de ahí degeneró una gran rivalidad mediática entre Hugo y Joserra. Hoy trabajan juntos en ESPN. Así es esto.
De ésa escuela que se habla, nacieron “sus hijos” David Faitelson y André Marín, hoy consolidados cronistas que siguen apegados a la polémica deportiva como principal fuente de éxito.
SOBRE LA ENTREVISTA
El escenario, ideal, sitio relajado y bien iluminado por la luz natural del sol en un espacio que denota que ha hecho de su hogar un lugar apacible para disfrutar y darse el lujo de recibir visitas, incluso para entrevistas. Compartió su intimidad y eso es muy valioso para un ser humano. De hecho, la aceptación de conceder la entrevista significa la importancia que ha alcanzado Hora Cero en el medio periodístico, que lo es, pero me pareció más bien el alcance que tiene Hector Hugo Jiménez, con sus relaciones que ha forjado en su carrera para conseguirla.
Joserra utilizó un atuendo conservador pero elegante, él no tiene necesidad de parecer de ésta época.
Se mostró cohibido al principio. Cuando respondió el agradecimiento por haberlos recibido fue cortante, pero me pareció una reacción involuntaria de no saber “¿cómo va a salir esto?”. Pero después se soltó el pelo y vio una gran oportunidad de hablar de cosas que no había dicho antes; se relajó y disfrutó la entrevista. Sorprendente de cómo recuerda nombres y fechas, yo a mi edad, ya no me acuerdo de todo (jajaja).
Me gustó mucho cuando dijo: “Mis zapatos son chiquitos”, pues denota que ha alcanzado una madurez que no requiere auto alabarse, pero lo que me pareció el momento cumbre de la entrevista fue cuando habló, con sobriedad, del momento más difícil de su carrera que fue el separase después de tantos años de su empresa televisora en la que labró sus mayores éxitos. Y sobre todo cuando reveló que su liquidación la declinó. Tuvo la elegancia del caballero de salir hablando bien de su ex jefe de TV Azteca, Ricardo Salinas Pliego.
Muy loable que haya decidido no cancelar la entrevista el día que falleció su hermana.
No sé si Hector Hugo es un aficionado y conocedor del futbol, o si se tuvo que preparar a conciencia sobre datos específicos como la aportación de Joserra en la investigación periodística que dejó a México fuera de la Copa del Mundo de Italia 90 (dato que yo desconocía, que la investigación fue de él), o la experiencia del bombazo de Atlanta 96, pero me queda claro que se hizo la tarea.
Excelente entrevista amigo, felicidades.