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o hay duda de que las redes sociales se han vuelto relevantes.
Ahora, ¿qué tan importantes son?, eso depende de cada uno de nosotros.
Existen quienes sobreviven ignorando la tentación de ver qué es lo que piensan, comen o hacen sus amigos, sean reales o del ciberespacio.
También sé de personas quienes literalmente no pueden vivir sin las redes sociales, toda su existencia gira alrededor de compartir con sus seguidores los detalles de su día a día.
Lo que cada uno hace con su tiempo es completamente respetable y no somos nadie para opinar al respecto.
El problema que he encontrado -y este sí es para preocuparse-, es cuando un gobierno decide que las redes sociales son su prioridad y basa sus decisiones más importantes al ritmo que marcan el Instagram, Facebook y TikTok.
Mucho se ha dicho, escrito y criticado respecto al gusto del gobernador del Estado, Samuel García Sepúlveda, de utilizar las redes sociales para comunicarse con los ciudadanos, sean sus seguidores o no.
En repetidas ocasiones he encontrado que faltando horas para un anuncio oficial, agendado por el gobierno del Estado, el mandatario da toda la información y detalles del hecho en sus historias de Instagram.
Así pasó con el anuncio de la construcción del nuevo estadio de Tigres, por mencionar solamente un ejemplo.
Esta fascinación por las redes sociales es compartida por los más cercanos colaboradores de García Sepúlveda.
Un ejemplo es Glen Villarreal, titular de Comunicación Social en el gobierno estatal, quien suele utilizar su perfil de TikTok para ofrecer sus explicaciones de ciertos asuntos en la agenda… aunque al hacerlo siempre lo haga con las peores y más desafortunadas referencias al universo de Star Wars, Marvel o hasta el Señor de los Anillos.
Qué tan conveniente es que un funcionario público de primer nivel use las redes de esta forma, es algo digno de discutirse.
Sin embargo, lo que he observado con preocupación, es la forma en la que las redes sociales se han vuelto protagonistas en el modo que opera y reacciona el aparato del gobierno del Estado encabezado por Samuel García Sepúlveda.
De un tiempo a la fecha, basta que un tema se vuelva viral en las redes sociales para que el gobernador voltee a verlo y ordene una solución que, invariablemente, es inmediata.
Así pasó con el lamentable caso de la niña que fue golpeada por la pareja de su madre o la mujer que fue vejada por un hombre al interior de un auto. Bastó que alguien arrobara al gobernador del Estado para que éste, en una historia de Instagram, manifestara su indignación y ordenara a Fuerza Civil y la Fiscalía actuar de inmediato.
Y eso fue lo que ambas corporaciones hicieron pues, en cuestión de horas, ambos presuntos responsables estaban detenidos y tras las rejas.
¿Qué importa que en Nuevo León, como en el resto de México, miles de delitos denunciados ante el Ministerio Público permanezcan impunes, sin muestra alguna que serán aclarados?
¿Acaso será necesario que estas miles de víctimas arroben al gobernador para que la Fiscalía y Fuerza Civil les hagan caso?
Es triste reconocerlo, pero es verdad, de no haber sido por la atención que levantó en redes sociales la hoy infame fotografía de la joven Debanhi parada en la carretera viendo al horizonte, el caso hubiera pasado como uno más de las miles de muchachas que han desaparecido o han sido asesinadas en esta entidad.
No fue sino que hasta el tema se volvió viral, que esta administración decidió ponerse a trabajar y atendió los llamados de auxilio de los familiares.
Así como sucede con estos casos policiacos, se puede mencionar quejas de falta de agua y fallas en servicios públicos… basta que alguien arrobe a Samuel García para que todo el aparato de gobierno se mueva y solucione el asunto.
¿Así es como este gobierno quiere que sea su relación con los ciudadanos?
Si es así, al menos que se lo informe a toda chiquillada del aparato burocrático, quienes no son tan prontos para responder cuando un ciudadano quiere contactarlos por sus redes sociales.
El 6 de junio de este año le envié a Agua y Drenaje de Monterrey un mensaje vía Messenger con la denuncia de una impresionante fuga de agua. Lo hice pensando que el tema era prioritario, considerando el discurso de las autoridades de un tiempo a la fecha.
Siete semanas después, nadie en la cuenta de Facebook de Agua y Drenaje ha siquiera abierto el mensaje, mucho menos ofrecido algún tipo de respuesta.
Considerando lo anterior ya no entiendo ¿Hacen o no hacen caso cuando algo se denuncia vía las redes sociales?
¿O será acaso que tuve que haberle mandado el mensaje al dueño del circo, en lugar de andar intentando hablar con los payasos?
Que alguien me explique por favor.v