
Ha trascendido en las últimas semanas que el músico Salvador Aguilar Hurtado, quien conocemos o ubicamos artísticamente como Xava Drago, está atravesando una situación delicada de salud, debido a una recaída muy agresiva de cáncer gástrico, el cual fue diagnosticado en el 2024, sin embargo, en ese año el tratamiento tuvo resultados favorables.
A él lo conocimos mientras cantaba “Aún”, un tema de la banda mexicana Coda, la cual forma parte de la banda sonora de los que vivimos la adolescencia en los años noventa. “Veinte para las doce”, “Sin Ti No Se Continuar”, entre otros temas, son fáciles de reconocer y asociar a la mencionada agrupación. Coda forma parte de las bandas emblemáticas del rock hecho en México, ya que fusionan baladas emotivas con el hard rock melódico, inspirado en Bon Jovi o Def Leppard.
Por supuesto, a raíz de esta triste e impactante noticia, la comunidad musical y los fans de Coda han mostrado su solidaridad y disposición para recaudar fondos, ya que el tratamiento que necesita Xava Drago tiene un costo aproximado de 100,000 pesos mexicanos. Se han compartido videos a través de redes sociales donde él agradece las muestras de apoyo y confirma que ha iniciado su tratamiento gracias a las donaciones recibidas.
Como el estado de salud de Xava Drago es delicado, toda la ayuda adicional es bienvenida para contribuir a su recuperación, por lo cual abre la puerta a la realidad que viven músicos y artistas como él. ¿Cuántos de ellos sí tienen acceso a los servicios de salud a través del Instituto Mexicano del Seguro Social? ¿Cuántos de ellos invierten en un seguro médico con una cobertura individual y/o familiar? La industria discográfica se beneficia de miles de pesos de los artistas (y de millones cuando realizan giras interminables alrededor del país y del mundo), por lo que los músicos deberían recibir la afiliación a la atención médica digna por parte de sus productoras.
Esta reflexión es importante ya que apenas hace unos meses, la cantante norteamericana Chappel Roan denunció en los Grammy la falta de opciones para los artistas, por lo cual no es algo exclusivo de los que viven en territorio mexicano.
Comúnmente se idealiza a los músicos con una vida glamorosa, sin embargo, la mayoría no cuenta con contratos estables y viven del rendimiento comercial de su música sin un respaldo organizado en salud o seguridad social.
Detrás de cada acorde, de cada letra, de cada escenario, de cada éxito, hay una realidad que debemos visibilizar: están quienes, con cuerpo, mente e historia, merecen cuidado. La música no se hace sola, la crean e interpretan personas. Y esas personas merecen algo más que aplausos. Debe ser un derecho garantizado para todos lo que hacen que la música siga sonando. No es un favor, es una deuda moral, laboral y estructural. Los músicos son la materia prima del negocio, así que también deberían ser prioridad en protección social.
¡Fuerza Xava Drago! Que tu voz sea la que guíe a quienes los han mantenido en el silencio de la indiferencia. Sin justicia, no hay arte que valga.
@soydeliaramirez