Por Oscar Cantú García
Dentro de mis experiencias de vida destaca la formación que recibí en el equipo de Borregos Salvajes del ITESM. Es una de las mayores satisfacciones, ya que para pertenecer a esta gran escuadra fue necesario participar en los try outs a los que convocaba el coach Frank González, y en los cuales habían muchos estudiantes interesados en pertenecer al equipo.
Jugar en los Borregos Salvajes del ITESM fue una experiencia emocionante y enriquecedora. El equipo de futbol americano es conocido por su excelencia en el deporte y por representar a una de las instituciones educativas más prestigiosas del país.
Los Borregos Salvajes tienen una larga historia de éxito en el futbol americano colegial en México. Ganar campeonatos y competir a un alto nivel es parte de su legado. Jugar en el equipo te brinda la oportunidad de desarrollar habilidades de liderazgo, trabajo en equipo, disciplina y resiliencia.
Estas habilidades son valiosas no solo en el deporte, sino también en la vida cotidiana y en tu futuro profesional.
Para mí ha sido una gran satisfacción formar parte de un equipo deportivo que te permite establecer relaciones sólidas con tus compañeros. Fomenta la importancia de confiar en tus compañeros de equipo y desempeñar un papel clave en el logro de objetivos comunes.
El entrenamiento riguroso y la preparación mental son esenciales en el futbol americano. Los jugadores aprendimos a valorar el esfuerzo y la dedicación que se requieren para alcanzar el éxito, lo que se tradujo en una ética de trabajo fuerte en otros aspectos de la vida.
Las amistades que se forjan en el campo de juego duran toda la vida.
Jugar en los Borregos Salvajes te expone a una competencia de alto nivel y te brinda la oportunidad de enfrentarte a otros equipos destacados, lo que te ayuda a mejorar tus habilidades y a crecer como jugador.
Representar al ITESM Campus Monterrey en el campo de juego es un honor y una fuente de orgullo. Te conviertes en un embajador de tu universidad y de su tradición deportiva.
Todos los valores que recibí son hoy fuente de orgullo y satisfacción que me han permitido trascender en otros ámbitos como el ejercicio del derecho y la política. Ese trabajo de unión y esfuerzo me permitió ser diputado y alcalde de Apodaca.
Representar a tu alma mater en el campo de juego y formar parte de esa tradición deportiva es algo de lo que definitivamente llena de orgullo y lo llevas a través de toda la vida.
El autor fue jugador de los Borregos Salvajes y ex alcalde de Apodaca