
Cuando faltan unos ocho meses para que el PRI y el PAN de Nuevo León designen a sus candidatos a la gubernatura, las encuestas de dudosa manufactura y peor procedencia empezaron a circular a través de Internet, en un intento de influir al interior de los dos partidos con mayores opciones de ganar las elecciones de 2009.
Un ejercicio de opinión pública que cumple perfectamente con estas características se denomina Impulso Democrático Capítulo México S.C., que hace dos semanas envió los resultados de una encuesta supuestamente realizada a mil 133 ciudadanos de los 51 municipios de Nuevo León.
La primera observación en su contra es que al consultar Internet no existe página web de esa agrupación, compañía de opinión pública o charlatanes que tratan de confundir haciendo un traje a la medida para quienes puntean los resultados.
Por lo tanto, Impulso Democrático no se puede tomar en serio; sin embargo por pura curiosidad me voy a permitir publicar en este espacio los resultados finales de su encuesta, advirtiendo que no seré culpable si algún lector puede sufrir un ataque de risa con graves consecuencias.
Supuestamente la muestra se levantó entre el 13 y el 24 de mayo pasado, para conocer las preferencias de los ciudadanos sobre los aspirantes de los diferentes partidos políticos para los comicios del domingo 5 de julio del próximo año, cuando se renovará la gubernatura, alcaldías, diputaciones locales y federales.
Pero antes se preguntó telefónicamente a los encuestados sobre el desempeño del gobernador de Nuevo León, Natividad González Parás, con los siguientes resultados: 82 por ciento contestó que su trabajo ha sido bueno, 9 malo, 5 no supo responder y 4 por ciento omitió su opinión.
En lo personal, creo que esta parte del ejercicio es lo más apegado a la realidad, sobre todo por las acciones que ha encabezado en lo que va del sexenio González Parás en materia de obra pública.
Estoy convencido que obras populacheras como el Paseo Santa Lucía, la ampliación del Metro –y las nuevas instalaciones dentro del Parque Fundidora que sirvieron para el Fórum Universal de las Culturas-, serían decisivas para el PRI, buscando retener el poder Ejecutivo en el Estado.
Como para el PAN y sobre todo para Adalberto Madero Quiroga podrían jugar a su favor dos aspectos: el nuevo rostro vial en el sector Cumbres, donde se concentra un número considerable de electores definitorios de unos comicios, así como la desenfrenada inseguridad en Nuevo León.
Bueno, pero regresando a la dudosa encuesta. En la pregunta sobre cuáles de los aspirantes del PAN garantizaría un gobierno eficiente, honesto y de calidad, aquí hay poco que cuestionar, ya que el orden de los resultados se asemeja a la realidad.
El 27 por ciento respondió que el senador Fernando Elizondo Barragán, el 26 que Adalberto Madero Quiroga, el 18 que Fernando Margáin Berlanga (para quienes no sepan qué hace, es el alcalde de San Pedro Garza García), mientras que el 10 por ciento dijo que Fernando Larrazábal Bretón, ex alcalde de San Nicolás y actual diputado local.
Que el senador supere con un punto al alcalde de Monterrey tiene su lógica, sobre todo cuando la honestidad y prácticas de algunos funcionarios públicos de la capital regiomontana no son la mejor carta de presentación de Madero Quiroga.
Pero donde realmente los resultados causarían un ataque de risa es en lo referente a los precandidatos del PRI que buscan suceder a González Parás.
En serio que Impulso Democrático se excedió en dimensiones al hacer el traje a la medida al colocar arriba al senador Jorge Mendoza Garza, con un 36 por ciento, muy por encima de Eloy Cantú Segovia con 20, Ricardo Canavati Tafich con 14 y Benjamín Clariond Reyes-Retana con 12 por ciento.
Aunque no sea santo de la devoción de algunos, es irreal que en la encuesta Abel Guerra Garza, dos veces ex alcalde de Escobedo y ex contendiente a la presidencia municipal de Monterrey en 2006, figure sin nombre dentro del 9 por ciento que respondió a favor de “otros” aspirantes del Revolucionario Institucional. Igual pasó con Rodrigo Medina de la Cruz, actual secretario de Gobierno.
Ni en la vida y mucho menos en la política –se dice- existen las coincidencias, y sacar de la jugada en esa encuesta a Abel Guerra Garza y a Rodrigo Medina de la Cruz fue enseñar feo el cobre. O lo que es lo mismo: se volaron la barda.
Así está la guerra de baja intensidad al interior de los partidos, ésa que no se ve. ¿Qué será cuando afloren los odios entre los Caín y los Abel, azules, amarillos, rojos y tricolores?