Debo reconocer que, a nivel personal, las elecciones me importan menos que un pepino.
Es cierto, en mi labor como reportero tengo la obligación de estar enterado, medio entenderle y seguir todo lo relacionado con la política internacional, nacional y local.
Sin embargo como persona, vomito todo lo relacionado con la política y los políticos, pues considero que es una actividad demasiado cara para los beneficios que regresan a los ciudadanos.
La grilla, para ponerlo en términos más sencillos, es algo que me molesta, pues encuentro en ella muchos de los vicios y horrores de la condición humana como lo son la mentira y la traición.
Es más, si hubiera estado en mis manos (soñar no cuesta nada), al arranque de esta pandemia yo ya les hubiera cortado en un 75 por ciento los presupuestos para los partidos políticos y el Instituto Nacional Electoral, organismos demasiado onerosos que, a mi visión personal, nomás sirven para dos cosas.
¿Existe alguien en este país que considere que los millones de pesos que se gastan para organizar los procesos electoral han sido bien invertidos? ¿Habrá alguien que diga: ‘claro, los 28 mil millones de pesos que se gastaron en la pasada elección presidencial valieron la pena, qué bueno que los pagamos todos los mexicanos’?
Por eso cuando veo los resultados del ejercicio realizado por Hora Cero que se publica en esta edición, no puedo más que mostrar una enorme sonrisa.
Como seguramente ya lo leyeron, la mayoría de las personas a quienes se les solicitó por diferentes vías que nos detallaran cuáles serán sus prioridades para el resto del año y el 2021, nos dijeron que el proceso electoral que está próximo a realizarse en Nuevo León es la última de las cosas en las que están pensando.
Para estos 250 amigos y conocidos, es mucho más importante estar sano, evitar el desempleo, pagar las deudas e, incluso, cubrir las colegiaturas de sus hijos que andar pensando quién o quienes van a ser los candidatos de los partidos políticos para alcalde, diputados locales y gobernador.
No puedo decir que los resultados me sorprenden, durante mucho tiempo participé activamente en los trabajos de campo de Hora Cero Encuestas y salvo contadísimas excepciones, siempre encontré un fastidio ciudadano con todo lo relacionado con los procesos electorales.
En condiciones “normales”, cuando no había un bicho matando a cientos de personas en Nuevo León, mucha gente no tenía empacho en mandar a freír espárragos a un pobre encuestador que quería preguntarle si hoy fueran las elecciones para gobernador o alcalde ¿por quién votaría?
Hoy que el Coronavirus avanza rampante sobre el estado, la gente tiene muy claro qué es realmente lo importante en sus vidas… y preocuparse por las ambiciones personales de un grupúsculo no se encuentra dentro de ellas.
Conforme veo los resultados de esta muestra de opiniones (insisto, no es ni una encuesta o un sondeo), no puedo dejar de sonreír pues finalmente los ciudadanos le están mostrando a los políticos qué es lo que piensan de ellos.
Cualquiera en su lugar estaría entrando en pánico. ¿Cómo van a justificar la millonadas que se gastan en las campañas cuando vemos que a la mayoría de la población el proceso electoral los tiene sin cuidado?
Hoy que la gente los repudia ¿a quiénes van a decir que representan?
Es obvio que todos los que en un año quieren aparecer en las boletas tienen (ahora sí) mucho trabajo por delante, pues deben de convencernos de que la chamba que hacen y las maromas que se tiran en ese circo llamado la grilla tienen algún tipo de sentido.
La verdad no se cómo le van a hacer para convencernos de eso.
Ahora que si me lo preguntan, tampoco me importa averiguarlo.