
Cada 24 horas los cárteles de la droga en México generan ventas internas y de exportación por algo así como 100 millones de dólares, y una parte de ese dinero fue a parar a las campañas de estas pasadas elecciones.
La comercialización de estupefacientes le representa al crimen organizado ingresos por unos 12 mil millones de dólares anuales, según estimaciones de la Escuela de Graduados en Administración Pública (EGAP) del ITESM.
Sin embargo, las agencias federales estadounidenses antidrogas calculan que los ingresos para los traficantes mexicanos por la venta de enervantes ascienden a más de 36 mil millones de billetes verdosos anualmente.
“Lo que se ha hecho es analizar la demanda de droga a partir de la Encuesta Nacional de Adicciones, de ahí se tiene un registro y ese registro se toma como base para tener esas estimaciones”, dijo el EGAP.
Añadió que en México “se tiene tres tipos de consumidores, los ocasionales, los regulares y las personas que tienen un serio problema de adicción. Para cada uno de ellos, en base a estándares de la Organización de Naciones Unidas (ONU) se sabe la dosis, la frecuencia de consumo, la cantidad consumida y el gasto que eso les significa”.
De acuerdo a opiniones del sector privado, una gran parte de los ex suspirantes a puestos de elección popular, en todos los niveles y de todos los partidos, recurrieron al dinero sucio para financiar sus campañas.
Hubo quienes inclusive fueron más allá y relacionaron el millonario contrato de compras de tarjetas del aprecio a Grupo Soriana con el lavado de dinero, a través de las campañas priistas, panistas, etc, etc, etc.
Candidatos de varias latitudes de la república mexicana desplegaron costosas campañas con recursos de dudoso proceder, aunque meses antes esos aspirantes andaban tan sólo con un taparrabo.
Los topes de campaña fueron burlados con la mano en la cintura, mientras que el IFE y las comisiones electorales estatales hacían como que les hablaba la virgen cuando fueron interpuestas denuncias en tal sentido.
Ahí están los resultados a la vista para ganadores y perdedores, pero sobre todo de aquellos que echaron la casa por la ventana, gastando 10 veces más que en una campaña en Estados Unidos.
Por cierto.
Cuando el agonizante mandatario desayunaba con los perdedores en Los Pinos, los caintros le enviaron al virtual Presidente de la República, Enrique Peña Nieto, el documento “Proyecto para el Desarrollo de México”.
El organismo industrial también externó su satisfacción ante la fiesta cívica vivida el pasado domingo 1 de julio, en la cual prevaleció la alta participación ciudadana para decidir el rumbo de la nación.
Dicho documento contiene 24 propuestas específicas, distribuidas en cinco ejes estratégicos, los cuales exponen la urgencia de reconfigurar la política industrial e impulsar la competitividad en las regiones del país.
“Como representantes empresariales, estaremos dando seguimiento puntual a este documento y emprendiendo acciones para que cada una de ellas se concrete durante la siguiente administración federal”, dijo la Caintra.
Y la Cámara de Industria de Transformación (Caintra) soltó el sablazo:
“Estaremos a la expectativa de los resultados oficiales y los nombramientos por parte de los órganos electorales para iniciar nuestro acercamiento y representación del sector industrial con los funcionarios electos”.
Por su parte, José Mario Garza Benavides, en un tono muy conciliador, sostuvo que “habremos de apoyar a quien llegue a la Presidencia y ocupar todos los cargos de poder.
“Porque también habremos de exigirles que cumplan todas sus promesas, habremos de estar pendientes y vigilantes porque la ciudadanía hoy lo que más demanda es transparencia, que haya rendición de cuentas, que no haya corrupción.
“Yo creo que hay que apoyarlo a Peña Nieto, como Presidente, pero al mismo tiempo exigirle que cumpla las promesas de campaña”, subrayó el director de Coparmex.
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