
Estaba un día El Apuntador llorando al darse cuenta la cantidad de kilos que había subido en esta pasada época decembrina donde se dejó caer con los tamales y los dulces, cuando entendió que existen otras cosas que sí son verdaderamente lamentables.
Dicho lo anterior da mucha pena tener que informar del ya sabido y lamentado fallecimiento del reconocido periodista José Elizondo Alvarado, un hombre altamente apreciado y reconocido especialmente en el ambiente deportivo.
Su deceso, registrado el pasado 25 de diciembre, fue sentido por una innumerable cantidad de colegas y amigos quienes reconocieron su valía como persona y como profesional.
Elizondo Alvarado incursionó al mundo del periodismo como corrector en el Tribuna de Monterrey, donde fue escalando posiciones hasta que logró tener la reconocida columna Detrás del Balón, misma que se llevó al periódico ABC.
Fue en este medio donde estuvo como editorialista, editor y, posteriormente, director editorial. Desde esta posición participó de manera muy activa en Radio Alegría de la familia Estrada.
Durante su carrera tuvo un paso por medios como Más Noticias, Extra Más Noticias-Más Deportes; El Diario de Monterrey; el Periódico El Día de la ciudad de Houston, Texas; RTNews y los portales de internet Editorial Paladín México, Paladín México News y Paladín Monterrey News.
También tuvo un paso por el servicio público al fungir como titular de Comunicación Social del INDE, lo que le dio la oportunidad de colaborar en Radio NL y Canal 28.
Su trayectoria le permitió ser reconocido como decano en periodismo deportivo por la Asociación de Periodistas de Nuevo León “José Alvarado”, además de que le entregaron el Premio Nacional Fray Nano, otorgado por la Federación Mexicana de Cronistas Deportivos.
Elizondo Alvarado fue también presidente fundador de la Asociación de Cronistas de Futbol, A. C. y la Asociación de Cronistas Deportivos de Nuevo León, A. C.
El que escribió un artículo de opinión sobre la trayectoria de Elizondo Alvarado fue el compañero Felipe Guerra García, quien reconoció la calidad humana y profesional de su amigo.
A continuación se transcriben algunos párrafos de este emotivo artículo:
“Pepe Elizondo, así conocido en el mundo deportivo, fue un personaje de trayectoria brillante en la crónica deportiva, y en los campos socio-económico y político.
Mi querido Pepe y yo logramos cultivar una gran amistad al grado de la hermandad, unidos por la afinidad y vocación en el periodismo, y con un enorme afecto al grado de que él y su esposa María Elena González, nos concedieron a mi esposa María Cristina Fonseca y a mí, el gran honor de ser padrinos de bautizo de los tres hijos varones: José, Alberto y Daniel Elizondo González.
JOSÉ ELIZONDO ALVARADO, así en mayúsculas y en voz alta, lo dijo con orgullo, de que ejerció el periodismo con profesionalismo a carta cabal, transparencia, verticalidad y honestidad.
Su característica en el ejercicio periodístico fue la veracidad, oportuno, severo crítico pero constructivo; estricto para señalar los desaciertos, asimismo el reconocer los méritos en cualquier campo de la noticia.
Fue periodista con gran versatilidad en sus actividades en prensa, radio, televisión y redes sociales; asimismo eficiente coordinador y director en comunicación social cuando formó parte del equipo de trabajo en el Instituto Estatal de Deportes en Nuevo León”.
Descanse en paz José Elizondo Alvarado.
RETAZOS
Una vez que quedaron atrás las posadas decembrinas que las autoridades de gobierno organizan cada año para los medios de comunicación de Nuevo León, hay algunos aspectos para destacar, reprochar y aclarar por este columnista tan odiado como tan amado.
Uno de ellos es que de nuevo la suerte persiguió al corresponsal de la revista Proceso, Luciano Campos Garza, porque a posada que fue invitado se llevó los mejores regalos.
Primero, en la fiesta organizada por Hora Cero Deportes “Chano” se ganó en la rifa un equipo de sonido de alta definición, y días después una televisión de chorrocientas pulgadas que recibió del alcalde de Santa Catarina, Jesús Nava, anfitrión de su posada.
Por cierto, el edil se lució al organizarla en uno de los salones del Hotel Crown Plaza de Monterrey con grupo y show cómico en vivo, además de una cena tipo boda o quinceañera que deleitó a los asistentes.
En la mesa principal acompañaron a Nava, entre otros, el director editorial de El Horizonte, Luis Padua; Karla Minaya, conductora de noticias de N+Monterrey, y Héctor Hugo Jiménez, director editorial general de Hora Cero quien asistió acompañado de su esposa, Paola Almaraz, editora en jefe del punto com y redes sociales.
El encargado de invitar a los representantes de la prensa fue el director de comunicación social de Santa Catarina, Juan Manuel Alvarado, y en las mesas se pudo ver, entre otros, al reportero Jorge Maldonado, del periódico El Porvenir; a su editor en jefe, Rolando Macías, y a Sergio “Checolín” Garza, de Crucero.
Esta vez, y como viene sucediendo de años atrás después de que el ayuntamiento de San Nicolás terminó con esa tradición, la ‘madre de todas las posadas’ fue la ofrecida por el Congreso de Nuevo León en el restaurante La Bohemia de Calzada Madero.
Y aquí viene una aclaración: disfrutaron la noche no solamente reporteros, camarógrafos y fotógrafos que cubren la fuente legislativa, sino a jefes, editores y directivos de diversos medios que fueron invitados por los mismos legisladores o por el director de comunicación, Damián Ramos.
Ahí estaban, solo por citar algunos, Omar Elí Robles, director de Crucero; Raúl Carrizales, de la revista Equidad, y Gerardo Ramos Minor, subdirector editorial de Hora Cero quienes, por cierto y para su mala suerte, se fueron con las manos vacía en la rifa navideña. Bien por eso, para que los artículos fueran para los reporteros.
El gobierno del Estado hizo dos posadas de todos sabido: una para los reporteros que tuvo lugar en un antro del Barrio Antiguo, y al día siguiente otra para directivos de los medios de comunicación en un restaurante-bar estilo vikingo por la calle Diego de Montemayor en Monterrey.
A esta última acudieron al llamado de Glen Villarreal, director de esa dependencia, Eugenio Azcárraga y Roldán Trujillo, director y gerente de noticias de N+Monterrrey, respectivamente; Andrés Bichara, mandamás de Núcleo Radio Monterrey; Gerardo Cantú Escalante, director de El Porvenir: Eduardo Garza, de Grupo Radio Alegría, y Luis Padua, de El Horizonte, entre otros.
Los discursos y buenos deseos estuvieron a cargo de Glen Villarreal, José Luis Guerra, Julieta López y Aldo Fasci Zuazua, vocero del gobernador Samuel García.
Este 2022 concluyó con la novedad de que el municipio de Apodaca no organizó posada, contrario a Escobedo a la cual asistió su alcalde Andrés Mijes y Enrique Patiño, el jefe de comunicación social, donde además de la rifa todos se llevaron o pavo o pierna de cerdo.
En cuanto a Monterrey, Guadalupe, Juárez, García, Santiago y San Pedro “nadie sabe nadie supo… fue horrible”, una frase malamente acuñada al personaje del Longe Moco de Eugenio Derbez.
Donde sí hubo extrañeza por la aparición de tantos ‘invitados’ fue en la reunión navideña de la Canaco Monterrey pues, hasta donde se sabe, solamente tres reporteros acuden regularmente a cubrir esa fuente, uno de ellos Juan Alberto Lara, del Financiero; Esther Herrera, de Milenio, y Silvia Olvera, de El Norte.
Dicen que los organizadores tuvieron que mandar matar diez puercos de última hora al ver las mesas llenas para hacer más tamales y a punto estuvieron de pedirles a algunos de los asistentes que se pusieran una calcomanía con su nombre y el medio que representaban escrito pues esta fue la primera vez en la vida que los vieron.
Para no soltar el tema navideño, hay que decir que en esta ocasión el columnista no va a hacer corajes porque como siempre sucede en la televisión regia, los televidentes se tuvieron que chutar los consabidos enlaces decembrinos de las compras navideñas, el recalentado, el menudo para la cruda y otras “genialidades” que se les ocurren a los jefes de información para llenar espacio.
No están ustedes para saberlo pero el columnista sí para contarlo, pero en las recientes posadas anduvo con una buena suerte que ya la quisiera cualquiera para una tarde de lotería y es por ello que anda muy contento y de muy buen humor.
Es por eso que hasta la resultaron simpáticos todos esos enlaces desde el Mercado Juárez o la sala de doña Chonita, allá en la Fomerrey 35, donde el reportero se mete hasta la cocina para ver de qué son las tortas que van a preparar el día posterior a la cena de Navidad.
Es más, ni siquiera va a reprochar el ridículo que hicieron Érick Rocha, Norma García y Luis Nevárez (quien sigue siendo una calamidad) el viernes 30 de diciembre cuando, al final del Telediario del 6, hicieron una especie de brindis a cuadro tomando al aire un extraño brebaje rojo que ya no se supo si era vino tinto, jugo de granada o Kool Aid de fresa.
Lo que sí es verdad es que el citado brebaje sabía a rayos, algo que fue evidente al ver la cara a los conductores quienes se lo tuvieron que pasar de un solo golpe y sin ver el fondo.
Si no saben cómo desearle a su auditorio un feliz año, ¿para qué andan de novedosos?, se pregunta el columnista.
Cambiando de frecuencia, el columnista se ve en la necesidad de romper la promesa que hizo apenas unos párrafos antes de que no se iba a enojar, pues acaba de recordar un lamentable hecho que se está viviendo en el periodismo deportivo de Nuevo León.
En repetidas ocasiones El Apuntador ha lamentado la existencia del llamado periodismo chicharronero, que está representado por un montón de opinadores, conductores de programas deportivos, influencers, pregoneros, secres… pero no periodistas.
Estas personas recurren a la polémica barata y al escándalo para ganarse seguidores en las redes sociales, una práctica que, tristemente, hay que decir que les ha funcionado, pues a muchos en el auditorio les gusta este tipo de programas y comentarios.
Sin embargo, entre estos chicharrones existe un subgénero que es mucho más patético y ese es aquellos que son verdaderos porristas de un equipo en específico.
Tigres tiene los suyos y Rayados también.
Lamentablemente en esta ocasión hay que comentar las acciones de uno de estos porristas en específico quien no será mencionado por su nombre pues eso es precisamente lo que este personaje quiere, que se hable de él, sea mal o sea bien.
Es por ello que el columnista no le va a hacer el caldo gordo a este porrista de Rayados, quien ha cimentado su “carrera” (hay que llamarla de alguna forma), con análisis de tres pesos, defensas a ultranza del equipo de las rayas, descalificación de todo y todos que no estén de acuerdo con su afición.
Este porrista azul y blanco ha sabido generar tráfico en las redes sociales y por ello se ha ganado un espacio en Multimedios quien, hay que decirlo, lo pone a cuadro nada más por las reacciones que genera entre la afición por las tarugadas que dice y no porque lo consideren un verdadero periodista deportivo.
Desgraciadamente y aunque nadie lo toma en serio, este porrista rayado se ha creído su propia leyenda y ahora piensa que puede regañar a un jugador profesional e integrante de la Selección Mexicana que no quiso aceptar la propuesta de Monterrey para venir a jugar a esta ciudad.
Como lo leen, queridos seguidores lectores de este espacio, este porrista creyó que está al nivel de Luis Chávez a quien le dedicó una verdadera verborrea de reproche y reclamos por no aceptar la propuesta de Rayados.
Iluso, el porrista creyó que el seleccionado nacional iba a enterarse de la sarta de tonterías que se dijeron en su contra cuando, en realidad, ni en el mundo hace a este personaje quien solamente logró hundir un poco más el periodismo deportivo de Nuevo León.
Pero la culpa la tiene el auditorio, que continúa siguiendo a estos personajes, quienes nada más están desperdiciando el espacio que se les da en los medios de comunicación.
Otro colega de El Apuntador que murió apenas empezó 2023 fue un matamorense y regio por adopción: Francisco Javier “El Gordo” Ramírez Nava, quien tuvo una discreta pero destacada labor en Tribuna de Monterrey y El Porvenir en los años 80.
Su compañero en El Porvenir, Héctor Hugo Jiménez, escribió en su Facebook está baja tan sentida por muchos que lo conocieron. Un homenaje póstumo:
Muy pocos saben que Francisco Javier “El Gordo” Nava regresó a Reynosa a ser director editorial de un periódico (El Mañana) cuando allá por 2005 Heriberto Deándar me preguntó si conocía un perfil para ocupar ese puesto en el influyente diario propiedad de su familia. Hora Cero estaba cumpliendo apenas una década y lejos aún de llegar a los 25 años.
En una primera experiencia como director estuvo en La Prensa en donde armó una redacción con reporteros locales y de Monterrey como Luciano, Gerardo Ramos Minor, Rafael Heredia y Miguel Ángel Domínguez , entre otros. Años después ingresó al área de prensa en el gobierno de Manuel Cavazos Lerma y repitió en el sexenio de Tomás Yarrington. Fue en esa época donde un día me lo volví a topar en una pequeña oficina cruzando la calle junto al Palacio de Gobierno.
Al concluir esa experiencia en el servicio público, la cual nunca entendí porque su vida era dentro de los periódicos, fue invitado a ser director de El Expreso de Ciudad Victoria. El Mañana necesitaba una sacudida y un liderazgo en la redacción y Heriberto me confió esa búsqueda.
“La persona que necesitas está en El Expreso y ya estuvo en La Prensa hace años. Déjame hablar con él”, le dije. Y aunque nunca lo conoció en persona, sabía de quién estábamos hablando.
Tomé carretera y desayunamos en Ciudad Victoria. “No pierdes nada. Ve y habla con Beto”, le dije a mi ex compañero de El Porvenir en los años 80. A quien viéndolo cada día trabajar como esquemador de páginas le aprendí mucho. No a fumar. Era un tres en uno: armaba páginas, diseñaba y pocos saben que escribía como pocos. Era un periodista completo.
En ese 2005 fue a Reynosa y se arregló con los dueños de El Mañana que le pagaron en sueldo lo que bien valía. Saliendo de Hora Cero a veces detenía mi auto en El Mañana y subía el elevador para saludarlo y platicar como en los viejos tiempos. Disfrutaba pasar el tiempo frente a un personaje discreto, un peladazo, un compañero hecho a la vieja escuela; que olía a tinta y a papel cuando salía con los primeros rayos del sol con el periódico del día bajo el brazo.
Descansa en paz “Gordo”.
Y ahora sí, va la gustada pregunta de la quincena: ¿es cierto que en Multimedios sus jefes González ya no aguantan a Víctor Martínez?
Dudas, reclamos y mensajes
enviarlas a: [email protected]