El caso de Humberto Suazo es por demás interesante y polémico. Sobre todo porque se trata del mejor jugador del equipo, del elemento clave en la conquista de dos campeonatos, pero al mismo tiempo el más voluble del plantel.
Tomarse una semana más de vacaciones que el resto de sus compañeros, sin haber pedido permiso según los directivos, es ya de por sí un acto de indisciplina y rebeldía. Es dejar en claro que se siente con derecho a hacer lo que quiere sin importarle ninguno de los demás jugadores.
Suazo llegó a Monterrey por la tarde del 3 de enero, casi un mes después de haberle dado a los Rayados su cuarto título y justamente haciendo lo mismo que le hizo a Felipe Baloy en el tercer gol albiazul frente a Santos: driblando a su antojo y sin consideración a los periodistas que aguardaban en el aeropuerto regio su llegada, sin darles una sola declaración que valiera la pena la espera.
En los diferentes foros de Internet o programas de radio, los aficionados rayados han manifestado su aceptación a la tardanza del Chupete. Lo justifican diciendo que todo se le debe perdonar, pues sus goles han valido dos estrellas, y que además no tuvo descanso por su participación en el Mundial de Sudáfrica.
Sin embargo, la parte más importante de todo esto, la directiva albiazul y el entrenador tampoco se han mostrado molestos a la opinión pública, por el contrario, han justificado al goleador chileno, pero se sabe que en lo privado, el alto mando, es decir, el consejero José González Ornelas, si está más que enojado con la irresponsabilidad de Suazo.
Se dice que el andino será multado económicamente por su retraso y esto con la finalidad de evitar que el resto de las figuras, sobre todo los extranjeros como Walter Ayoví, José María Basanta, Neri Cardozo y Osvaldo Martínez lo piensen dos veces antes de hacer lo mismo.
Pero además se busca que los elementos jóvenes como Hiram Mier, Eduardo Zavala, Héctor Morales y los novatos de la cantera vean que todos deben seguir las reglas de la disciplina interna.
A final de cuentas, Suazo se salió con la suya, pasó el fin de año con su familia en Chile, no tuvo que sacrificar nada de sus vacaciones y ahora volverá a ser el mismo excelso jugador que ya le dio dos títulos al Monterrey, pero también el déspota y engreído que goza burlándose de la prensa.
VAN POR TODO
Para este 2011, los Rayados van por todo. Un quinto campeonato en la liga local; el título en la Concachampions y su boleto al Mundial de Clubes, así que a partir de este 8 de enero inician el camino a su consolidación como un grande del futbol mexicano y además su internacionalización definitiva.
Por lo pronto tienen todo para conseguir estos objetivos, un técnico que todo lo que toca lo convierte en oro, un plantel de primera línea que juega casi a ojos cerrados y una afición que ya se acostumbró a festejar campeonatos.
Así es que no pasa nada, mientras Humberto Suazo siga anotando goles que den títulos que haga lo que quiera, aunque no sea lo correcto, pero sobre todo que estos Rayados se mantengan generando satisfacciones al por mayor a sus seguidores y una ciudad que necesita olvidarse con esto de la violencia e inseguridad que la agobian.
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