Juana Aurora Cavazos, secretaria de Educación de Nuevo León, tuvo una lúcida participación en el evento de la entrega del Reconocimiento a la Excelencia en el Desarrollo Profesional UANL 2013, que tuvo lugar el pasado 14 de octubre en el Aula Magna del Centro Cultural de Colegio Civil.
Con un discurso improvisado pronunciado ante cientos de asistentes, la funcionaria estatal demostró que tiene las tablas si es requerida para lo que se ofrezca, cuando el gobernador Rodrigo Medina de la Cruz haga su larga lista de candidatos para las elecciones de 2015.
Por cierto, Cavazos anda muy contenta al ser una de las beneficiaras directas de la reforma hacendaria y del proyecto de egresos del Gobierno Federal.
Resulta que ya no tendrá que vérselas cara a cara con los dirigentes de las secciones 50 y 21 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, el famoso y mal visto SNTE, para negociar los incrementos salariales y de prestaciones que cada año se otorgan a los más de 70 mil mentores de la entidad.
La decisión del presidente Enrique Peña Nieto de pagar directamente los salarios de los maestros desde la capital del país, facilita en parte sus posibles aspiraciones a la alcaldía de Monterrey o una diputación federal, quintándole una presión sindical directa.
Pero el estelar del acto fue Ildefonso Guajardo, secretario de Economía del gobierno de Enrique Peña Nieto, otro de los galardonados, quien tuvo que remediar con toda destreza cuando dio el micrófono a un egresado quien entró en el terreno político, apoyando las estrategias reformistas del mandatario nacional.
Cuando Guajardo vio que el rector de la UANL, Jesús Áncer Rodríguez, se ponía de todos los colores, mencionó que en la Máxima Casa de Estudios hay cabida para todas las manifestaciones ideológicas, mencionando por sus siglas a los principales partidos políticos de oposición al PRI.
Guajardo, egresado de la Facultad de Derecho, se echó a la bolsa a la concurrencia al romper con el programa, dando la oportunidad de hablar a otros reconocidos, entre ellos al Arquitecto Héctor Benavides, periodista y conductor de Multimedios.
Obvio decir que el titular de Economía aprovechó el escenario para, sin decirlo, estar a la disposición de su partido cuando se evalúen perfiles para la sucesión de Medina de la Cruz. Se placeó como en su casa dentro de la Máxima Casa de Estudios durante ese lunes, y tuvo en Áncer Rodríguez a su anfitrión en el marco de los 80 años de la fundación de la institución.
Entre el público se encontraba Liliana Melo de Sada, miembro del Consejo para la Adquisición y Conservación del Patrimonio Cultural de la UANL, así como los ex rectores José Antonio González y Gregorio Farías Longoria.
Álvaro Ibarra ya logró exorcizar el fantasma que ronda la Secretaría General de Gobierno, ese que llevaba al inquilino del despacho ubicado en el ala poniente del Palacio de Gobierno a dejar el cargo pasados un promedio de 18 meses como responsable de la política interna de Nuevo León.
El también ex dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional, quiéranlo o no sus detractores, está contemplado en las diversas formulas de posibles candidateables a alcaldías y diputaciones federales.
¿Y para la grande? Sería hasta de ésta a la otra, es decir, no la elección del 2015, sino la del 2021 cuando Ibarra pudiera ser candidateable por el tricolor a la primera magistratura del Estado.
Quien anda como chiva loca recorriendo su municipio y entrándole a debate, pleito y cabildeo a todo tema que se mueva, es el diputado priista Daniel Torres, quien sea como fuere pretende hacerse presente al momento de que el tricolor lance la convocatoria para la inscripción de candidatos a la alcaldía de Guadalupe.
El proceso electoral que se avecina en menos de 21 meses, el primer domingo de 2015, sería la tercera ocasión en que Torres buscaría lo tomaran en cuenta en su partido para alzarse con la nominación.
Hace cuatro años fue rebasado por la izquierda por Cristina Díaz y el año pasado, por Cesar Garza Villarreal. Y aunque ya fue regidor y ahora diputado local, el joven priista busca que su tercera vez sea la definitiva, pero antes de él va galopando Francisco Cienfuegos.
Y donde todavía se notan las secuelas de la mala administración de Gabriel Navarro es en Santa Catarina, siendo el principal afectado el actual alcalde Víctor Pérez, quien aunque no bajó en su evaluación, se mantuvo en el fondo en la encuesta realizada por Hora Cero, donde los habitantes calificaron el primer año de gestión de los alcaldes metropolitanos.
Y aunque Pérez se acercó a dos décimas para empatar, y a tres para mandar al último lugar a su homólogo de Guadalupe, César Garza, todavía se percibe en el ambiente el absoluto repudio que tienen los santacatarinenses a Navarro. En el resultado final el panista obtuvo 6.2 puntos de aprobación, por 6.4 del tricolor.
Viendo los números fríamente, que un funcionario público obtenga una evaluación superior a seis puntos no significa que está reprobado, pero sí lejos de los alcaldes de Apodaca y Escobedo, los dos emanados del PRI, que están en primero y segundo con 8.4 y 8.2, respectivamente.
Pérez sabía muy bien -desde que ganó la elección hace más de un año-, que el reto a vencer era quitar de la cabeza de sus conciudadanos el mal gobierno que encabezó Navarro, personaje gris a quien Dionisio Herrera Duque impuso como su candidato y ganó en las urnas.
La población de Santa Catarina poco a poco está confiando en su edil, un panista que en su primer año no se ha cruzado de brazos, pero que como el histórico personaje del Pípila, lleva un pesado lastre en su espalda. Y peor aún, de su mismo partido.
Faltan dos años de administración para que Pérez vaya en ascenso en su calificación porque ha implementado políticas en beneficio de la comunidad; ha obtenido recursos debajo de las piedras y sobre el tema de garantizar mayor seguridad ha sido una de sus prioridades, cuando durante tres años los habitantes no salían de sus casas para no arriesgar la vida.
En cuanto a la calificación de Raymundo Flores y César Cavazos, de Apodaca y Escobedo, ha sido una constante en las últimas décadas que los alcaldes en turno encabecen la tabla, sobre todo porque el voto a favor del PRI en las elecciones es aplastante, donde la oposición se reduce a unas sigla, sin competencia.
Con un 7.6 de aprobación resultó la alcaldesa regia Margarita Arellanes Fernández, ubicándose a la mitad de la clasificación que obtuvieron los siete ediles de la zona metropolitana, evaluados por sus gobernados en este ejercicio de opinión pública realizado por Hora Cero.
Nada mal para la jefa del Ejecutivo de la capital de Nuevo León, que en sus primeros 12 meses en el cargo ha superado vendavales y petardos lanzados desde todas las trincheras del PRI, en claros intentos para bajarle su popularidad.
Cuando faltan menos de dos años para que se designen candidatos al gobierno de la entidad, Arellanes Fernández va que “piano piano” (despacio, en italiano) para que el PAN voltee a verla. Y qué mejor que mantenerse alta en la evaluación a su gestión.
Y para hacer más eficiente la inversión en su trabajo, en días pasados sacudió el árbol y realizó cambios en su equipo de colaboradores.
De golpe y porrazo el primero que salió disparado como tapón de sidra fue Héctor Bencomo, quien durante casi un año ocupó el cargo de director de Comunicación Social de Monterrey, y hasta el cierre de esta edición era incierto su futuro.
Pero en el anuncio que hizo sobre este urgente cambio, a la edil se la pasó la mano, o como se dice: aplicó rudeza innecesaria en sus declaraciones.
“Queremos tener una comunicación más efectiva con los ciudadanos”, dijo la alcaldesa y agregó: “Me parece que se ha hecho un muy buen trabajo en materia de seguridad, en materia de depuración, en materia de orden, de legalidad, y es algo que no es tan visible. Lo que queremos es llegar mejor a la población en temas tan delicados como éste”.
Pero bueno, así es la política y los que se llevan se aguantan. Bencomo abandonó el periodismo para entrar a la función pública, y así terminó su aventura. En las próximas semanas se esperaban otros despidos o cambios en el cuadro, como ya sucedió con Adriana García, que pasó de la secretaria Particular o la dirección de Planeación, y ahora despacha en Seguridad.
Y está el caso de Miguel Ángel Treviño y Marcos Mendoza, que se intercambiaron sus puestos. Ahora el primero es secretario de Planeación y Comunicación, y el segundo es titular de la Administrativa.
El que ya no tendrá injerencia en Comunicación Social es el primer regidor, Benancio Aguirre, dejando todo en las manos del nuevo titular Fabián Adame, todos remando sobre un mismo barco y con la mira puesta en 2015, cuando lleguen los tiempos de la sucesión gubernamental en Nuevo León.