Yo me quedé con dos dudas en el Clásico regio jugado la noche del sábado en el estadio de La Pastora:
– De dónde sacó Fimbres ese misil que le partió el arco en dos a Tigres y…
– Los 10 minutos que compensó el juez en la primera parte.
¿Se volvió loco…?… ¿Alguien desde Tijuana le ordenó que alargara la primera parte?… ¿Tuvo que ver algún patrocinador con ese tema?
Tres minutos tardó viendo lo del penal, estaba bien, ¿pero 10?…. luego dos más, por los del segundo penal, esos sí razonables, sobre los 10 para que fueran 12 en esa primera parte.
Muy, muy raro. En fin…
El partido estuvo, dirían los clásicos –para abreviar– de ida y vuelta. Muy divertido para los fans de azul y blanco y muy darmático para los de amarillo y azul.
Fimbres, sin duda, el Rey de la Noche, diría Mijares.
Como el burro que tocó la flauta, el DT lo puso ahí a hacer las funciones de Rodríguez y para que ayudara en la caseta de cobro a Fidel Ambriz.
Hace un mes dijimos que en cuanto se asentara Fidel ahí, se olvidaran del argentino. Parece que llegó el día.
La ventaja de un volante central, que llega de atrás, es que nadie le estorba. Todos tienen asignada marca, pero los volantes de ataque, sin oficio, ni proclividad a marcar, te dejan libertad absoluta. Eso pasó.
Claro que hay que tener el hambre y la pegada de Fimbres, si no, no sirve de nada ir ahí a hacer presencia cerca del área.
Tigres ha mostrado, no solo ante Rayados, hasta en su cancha ante el modesto Léon y San Luis, deficiencias en su funcionamiento.
Se les acabó la magia de la novedad, lo que demostraron recién llegado Pauno, cuando todos quieren mostrarse y quedar bien. Hoy el “refuerzo” de Antuna tiene que comer banca, porque ya se dieron cuenta que no sabe jugar; y si tienes jugadores que medio tratan, medio intentan, medio funcionan o son de ganas, tipo Bruneta, Láinez, Gorri, Herrera, Angulo, Ibáñez, Marcelo, Vigón, Córdova… no tienes mucho. Aquino, Gignac, Joaquín, Pizarro y Carioca, se cuecen aparte, ellos siempre están. Todos los demás. no.
Pero ése es su problema.
El Monterrey jugó un gran partido, con mucha raza, con ganas de lucir y quedar bien ante su gente.
Los goles de Canales y el segundo de Ambriz no tuvieron madre.
El cobro de Ocampos en el penal, humillante, viendo para otro lado; su paisano se tuvo que comer una más cuando Canales le clareó por alto.
En general, Tigre sufrió porque no tenía el balón, hasta el inicio de la segunda parte, donde intentaron ir por la igualada; y Rayados se metió en problemas porque, salvo Canales –y ahora Ambriz–, no saben tenerla, sobarla, moverla de un lado a otro. Les quema y quieren ir en todas al frente.
Cuando estás arriba en el marcador, en tu cancha, tienes el balón, y manejas el tiempo y el espacio, debes ser más inteligente, pero esta vez, Tigres era un desorden y ni con los que iniciaron, ni los cambios pudieron quitarse de encima la bota rayada.
El árbitro, de los más malitos de la Liga. Los dos penales tuvo que verlos 35 veces antes de decidirse, pero en ambos acertó. Eso sí, si hubieran sido ambos en contra del América, jamás los pitan.
Dicen que hay lesiones que arregla alineaciones… ¿y qué crees?… cuando esté Rodríguez vuelve y Fimbres también, pero a la banca.