Hace seis años muchos apostaron que Hora Cero Nuevo León no duraría más de cinco meses. Y, contrario a esos augurios, en este tiempo ya estamos por imprimir la edición número 150.
Hace seis años nos comprometimos a lo que ahora otros medios de comunicación buscan con la firma de acuerdos: hacer buen periodismo sin necesidad de ser caja de resonancia de la violencia.
Desde el primer número de Hora Cero Nuevo León, en marzo de 2005, y con el nacimiento del proyecto editorial Hora Cero hace 13 años, nuestra empresa fue muy responsable y consciente de que había otros terrenos dónde explorar para hacer buen periodismo, que es el sello de la casa, como la investigación.
Con el respeto y el prestigio de nuestro hermano mayor que circula en Tamaulipas y Valle de Texas, pero sobre todo sin complejos, llegamos a Nuevo León como un proyecto alternativo de prensa escrita. Y desde el primer número ocupamos un espacio en el rompecabezas editorial del Estado.
Superados algunos obstáculos, normales en una nueva empresa, con el correr de los años decidimos incursionar en el terreno televisivo, con el apoyo de TV Nuevo León, que nos abrió su señal. Y no lo hemos hecho tan mal.
Al contrario, otra vez demostramos con los puntos de audiencia alcanzados, que el buen periodismo, sin balazos ni sangre, es apreciado por los lectores.
Bajo esta premisa, hace seis meses, decidimos producir nuestro primer documental que, si bien parte de un hecho violento que rebasó las fronteras de México, atiende el lado humano. Le da rostro a algunos de los 72 migrantes muertos en agosto de 2010 en San Fernando, Tamaulipas.
También me da mucho gusto compartirles que hace unos días, la prestigiada Universidad de Columbia, en Nueva York –que está entre las diez universidades privadas más importantes del mundo–, nos comunicó que Hora Cero tiene las puertas abiertas para proyectar “De San Salvador a San Fernando, una ruta nada santa”.
Gracias a los productores ejecutivos que apostaron en el proyecto; a los patrocinadores; a quienes nos ayudaron con la música, pero sobre todo, al equipo de Hora Cero y al dueño de la empresa, Heriberto Deándar Robinson, por creer en sus periodistas, quienes amamos nuestro oficio.
Buenas noches y adelante con el PLAY.
Palabras pronunciadas por el autor de este espacio en el Museo Metropolitano de Monterrey el viernes 25 de marzo en el sexto aniversario de Hora Cero Nuevo León.
¿Cuando terminará todo?
Cuando la inseguridad comenzó a empeorar en México en febrero del año pasado se hicieron apuestas que duraría muy poco; que los grupos que se habían separado volverían a reconciliarse y que el silencio de las armas y el ajuste de cuentas era cuestión de semanas.
Pero no fue así. Llegó la Semana Santa, el Día de las Madres, las vacaciones largas, el 200 aniversario de la Independencia, los 100 años de la Revolución y la Navidad… y México estaba cada vez peor.
Las primeras líneas de combates estaban diseminadas por todo el país y el presidente Felipe Calderón Hinojosa, desesperado, sacaba más soldados y marinos de sus cuarteles para pelear en las calles.
Personas inocentes empezaron a ser sepultadas y otras, las más afortunadas, quedaban postradas en sillas de ruedas de por vida a causa de los proyectiles que se incrustaron y cercenaron su médula espinal.
A las morgues de los hospitales llegaban por montones los cuerpos de civiles armados, mientras los heridos ni sus luces. Y a los pocos días se iban a la fosa común porque ningún familiar los reclamaba.
¿Qué falta todavía? ¿Cuándo terminará esta situación? Hay optimistas que dicen que cuando el PRI gane las elecciones el próximo año y un presidente tricolor regrese a Los Pinos.
El año 2012 ya está cerca. Mientras tanto los coche-bombas siguen estallando, los civiles inocentes continúan muriendo, y en Nuevo León y Tamaulipas nada ha cambiado. Empeora.