No cabe duda que la frase aquella de que Donald Trump unió a todos, pero en su contra, aplica perfectamente en esta elección presidencial de los Estados Unidos.
El republicano estuvo a poco de acariciar la Presidencia del país más poderoso de la tierra, pero su insensatez y su falta de pericia y de estrategias le llevaron a perder lo que pudo haber ganado: porque mucho de lo que ha dicho es cierto, pero gracias a sus exabruptos, la candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton, aparece arriba en las encuestas a días de la votación. Ahora tiene unidos a todos, pero en su contra, hasta a los mismos candidatos republicanos que buscan la reelección en candidaturas que van desde los concejales, hasta representantes y senadores estatales y federales.
Sin duda las estrategias de Clinton le están funcionando. Una de esas estrategias fue buscar a los poderosos e influyentes actores de Hollywood para que le ayuden en su campaña. Lo logró, pero había que ir por el voto latino y convocó a los artistas mexicanos, Vicente Fernández y al grupo norteño de Los Tigres del Norte y la hizo en grande. Seguramente si viviera Juan Gabriel, habría sido una de sus cartas fuertes.
Hillary se mantuvo firme, con un discurso ecuánime, con un lenguaje sencillo y firme que le hizo alejarse para arriba en las encuestas.
Donald Trump se mostró inestable en casi toda la campaña. Eso no gusta a los empresarios, eso no gusta los grupos de los poderes fácticos dominantes en los Estados Unidos, por una razón, no quieren poner en riesgo sus enormes capitales ni sus relaciones con gobiernos de otros países. Simplemente Trump no refleja los valores de la Iniciativa Privada de la Unión Americana. Vaya, hasta los mismos republicanos le dieron la espalda al magnate de Nueva York.
Muchos grupos, sobre todo los del poder económico, prefieren la estabilidad, tal y como lo plantea Hillary Clinton.
La candidata demócrata batalló en toda su campaña con los medios de comunicación, no ha sido fácil para ella la campaña. No hubo una buena relación. La parquedad y sobriedad de ella frente a los periodistas le distanció y eso lo reflejaron los medios de comunicación en muchas de las coberturas que realizaron a lo largo de la campaña.
Recientemente el Consulado Americano en Monterrey ofreció una conferencia con un avezado experimentado periodista en procesos electorales. Tuve la suerte de acudir a su charla, una especie de mesa redonda en la que los reporteros de diversos medios del norte de México participaron. Alan Shroeder, profesor de la Escuela de Periodismo de la Northeastern University de la ciudad de Boston, se mostró muy cordial y entusiasta de que los periodistas de México le hayamos escuchado.
Nos reveló algunos de los secretos de la campaña de Hillary, por ejemplo, dijo que aunque Barack Obama, presidente de los Estados Unidos, haya contribuido en algo en la campaña, su relación con los medios es “algo” amistosa, pero no lo deseable para ganarse una imagen positiva ante la opinión pública americana. Obama no es de los hombres que les tenga paciencia a los reporteros, pero a la prensa política de la Casa Blanca le interesa el juego de intereses entre partidos y candidatos.
Pero, por más que Obama se haya esmerado en ayudar a Hillary, la demócrata ha sido su propia enemiga frente a los medios, ella mancha su propia imagen, tal y como ocurrió con los emails difundidos por la prensa y que tanto dolor le causaron durante la campaña.
Para el periodista norteamericano, Alan Shroeder, autor de varios libros, entre otros, “Presidential Debates”, en esta campaña las redes sociales fueron un fenómeno porque hubo mucha actividad de ambos candidatos en todas las redes disponibles. Incluso se propició mucho diálogo entre políticos y periodistas a través de internet y muchos ataques entre candidatos.
Hillary Clinton se esmeró en establecer estrategias políticas de gran impacto. Le apoyaron las súper estrellas de Hollywood y los star mexicanos, esos que desdeñó Trump.
El candidato presidencial republicano alcanzó su punto más alto después de su visita a México, en aquel error que le costó el puesto de secretario de Hacienda a Luis Videgaray; encuentro donde podría decirse que salió victorioso, pero después, cuando debió mesurar su discurso y enviar señales de confianza, no lo hizo, ese era su momento de hacerse sentir estadista y no un simple candidato bravucón.
Un cambio en el tono de su discurso era el adecuado, hizo caso omiso a sus asesores, los desdeñó y comenzó a caer en su propio abismo.
Las últimas encuestas de los medios más serios le daban 9 puntos de ventaja a Hillary Clinton a unos días de las elecciones; simplemente su contrincante republicano, Donald Trump, se cayó. Caro le saldrá al millonario esta carrera presidencial por la Casa Blanca si es que las encuestas confirman que Hillary Clinton podría convertirse en la primera mujer presidenta de los Estados Unidos de América.