Hace días mi hija Andrea me puso a pensar al decirme que cuando critico a la 4T por el desastroso manejo de la pandemia que ya rebasó los 60 mil muertos, habrá quién pueda decir que me contradigo con lo que escribo, con lo que hago y hago público en mis redes sociales.
Por eso me puse a realizar un recuento de cuánto ¿irresponsable? he sido en violar las recomendaciones federales y estatales para frenar los contagios de Covid-19 desde el 23 de marzo que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador parió a Susana Distancia, y quise hacer una lista sin que ustedes -estimados lectores- me lo hayan pedido.
¿Qué he hecho y qué no he hecho en CINCO meses, solo o en familia?
>En familia NO hemos hecho reuniones en casa, llámese carnitas asadas con los vecinos y amigos para olvidarnos de la maldita pandemia. Y, con excepción de una entrada por salida para apagar las veletas de un pastel, NO hemos ido a casas ajenas ni en Monterrey ni en Reynosa.
>NADIE ha entrado a mi casa, con excepción de mi hija y dos amigos/colaboradores de Hora Cero por asuntos estrictamente de trabajo.
>SOLO hemos viajado fuera de Monterrey dos veces: yo a Reynosa con mi hija Andrea el sábado 11 de julio para incinerar a mi hermano César (QEPD); y a Matamoros para llevar las cenizas a una iglesia acompañando a mi mamá y mis hermanos. SIEMPRE con todos los cuidados.
>Se me olvidaba: UNA vez a Saltillo para rodar en carretera y que los niños vieran otros paisajes. Y a Monclova, para un reportaje de Hora Cero, cuando en abril esa ciudad de Coahuila era el epicentro de la pandemia en el noreste de México.
>Cuando vamos a surtir despensa, SOLAMENTE yo o mi esposa nos bajamos del auto. Por su vulnerable edad, la abuelita de mis hijos permanece en el vehículo.
>Cuando salimos a rodar sobre cuatro ruedas un fin de semana es por trabajo para HACER crónica de la pandemia, como pasó la última vez el domingo 23 para ver que en Santiago, Pueblo Mágico de Nuevo León, la reapertura los fines de semana de los restaurantes e iglesias regresaron el turismo de manera notoria y peligrosa por el posible aumento de los contagios.
>Vamos normalmente a la carretera nacional abriendo las ventanas para que entre el aire del bosque, ver chapulines, aves y cascadas, y cuando NO hay gente nos bajamos para que Héctor Hugo se meta a una acequia y pueda refrescarse en la corriente natural.
>Cuando nos da hambre compramos algo de COMER para llevar y lo hacemos DENTRO del auto. Y limpiamos las bolsas y envases de hielo seco para mayor seguridad.
>En el auto traemos gel antibacterial, líquido sanitizante y nos ponemos y rociamos TODAS las veces que se requiera.
>En casa NOS QUITAMOS los zapatos al entrar, les ponemos sanitizante antes de meterlos y nos bañamos cuando creemos que es necesario.
>En casa TENEMOS gel antibacterial antes y después de la puerta, en la cocina, en los baños, en la cochera y en las recámaras.
>Día, tarde y noche cargamos un bote de gel amarrado a los pantalones, a la carriola y a las bolsas de mano mi esposa y mi suegra.
>Unas dos o tres veces a la semana SALIMOS a estirar las piernas al parque de la colonia SIEMPRE con gel y cubrebocas, TODOS sin excepción, y marcamos distancia de las personas que no lo traen que, nos consta, siguen siendo muchos: 50 y 50.
>Cuando es necesario, como ir al supermercado, aparte del gel y cubrebocas, usamos una CARETA.
>Por mi trabajo acudo de lunes a viernes a la oficina y a partir de la 13:30 horas hago home office como el resto en Hora Cero. Y programo desayunos laborales en restaurantes que CUMPLAN al 100 por ciento con las medidas. Si no, huyo sin antes reclamarle al mesero o al dueño del negocio.
>Sólo una vez fuimos a caminar a un centro comercial aprovechando que me corté el cabello y para volver a sentir esa experiencia. CON MUCHO cuidado.
Entonces creo que mi calificación de responsabilidad ante la pandemia es de un 90 por ciento, si de algo soy culpable.v
twitter: @hhjimenez