
Aunque de manera momentánea, y hasta que no azote un huracán que llene las presas y termine con el caos, Nuevo León está dejando de ser la entidad industrial de México para convertirse en un meme nacional, centro de las burlas de usuarios de las redes sociales por la crisis del agua.
Con la presa de La Boca de Santiago prácticamente seca, y no se diga la de Cerro Prieto en Linares, la única que estaba garantizando el vital líquido es El Cuchillo de China, hasta que Agua y Drenaje de Monterrey reportó una “fuga masiva” en el acueducto el domingo 19 de junio.
El problema que informó Juan Ignacio Barragán, director de la dependencia, agravó la crisis en la mayoría de los municipios metropolitanos desde ese mismo día, pues ni una gota salía de las llaves en hogares de sectores que no habían sido afectados severamente como otros.
Y hasta el martes 21, pese al anuncio que la falla había sido reparada, miles de personas se bañaban a jicarazos, le bajaban al sanitario después de la segunda o tercera sentada, dejaban de lavar ropa y trastes, y compraban agua embotellada -si es que hallaban- en los estantes de los supermercados y tienda.
Los más pudientes han podido surtirse con pipas que cobran entre mil 500 y mil 800 pesos a domicilio, o instalaron tinacos con inversiones de hasta 10 mil pesos incluyendo tubería y mano de obra. Dinero que no estaba contemplado en la economía familiar, menos en los más afectados que viven en la miseria o extrema miseria en Nuevo León.
Algo que no pasó inadvertido en el comunicado del gobierno de Samuel García es el uso -otra vez- del término de moda: masivo en masculino y femenino. Ahora fue una “fuga masiva”, como los “errores masivos” de Aldo Fasci sobre la desaparición y búsqueda de Debanhi Escobar.
Para apoyar al gobierno estatal a medio resolver la crisis, también entraron al quite los alcaldes César Garza de Apodaca, Paco Treviño de Juárez, Daniel Carrillo de San Nicolás, Jesús Nava de Santa Catarina, Luis Donaldo Colosio de Monterrey, Andrés Mijes de Santiago, Cristina Díaz de Guadalupe y David de la Peña, instalando tinacos en sectores de sus municipios y llevando pipas.
Por cierto Judith Díaz, delegada de los Programas de Bienestar para el Desarrollo de Nuevo León, criticó al alcalde de Monterrey, Luis Donaldo Colosio, por supuestamente estar llevando agua al molino de Movimiento Ciudadano con la ayuda recibida por la Federación, poniendo como ejemplo las pipas que la Conagua puso a disposición del Estado.
“No podemos estar politizando el uso del agua. No estoy de acuerdo en que alguien quiera sacar provecho porque me parece, además de lamentable, bastante mezquino”, dijo la funcionaria en rueda de prensa sin mencionar nombre y apellidos del edil, pero sí la capital regia.
Judith Díaz también sospechó por qué en los municipios como Monterrey y Santa Catarina, con alcaldes naranjas, la situación no es tan grave como en el resto donde gobiernan el PRI, PAN y MORENA.
Por cierto, el jueves 16 Samuel García presentó el Plan Maestro para Garantizar el Agua en Nuevo León hasta el año 2050. Y como ya es costumbre, ante ese anuncio futurista, en las redes sociales y hasta en las propias se leyó la demanda: “¡Queremos agua hoy, hoy, hoy…!”.
Cabe destacar que en el evento realizado en la Nave Lewis del Parque Fundidora brillaron por su ausencia todos los alcaldes, diputados locales y legisladores federales tricolores y panistas, convirtiéndose en una fiesta color naranja con invitados especiales.
¡Y cómo no!, pues la guerra entre el gobernador versus Zeferino Salgado, Carlos de la Fuente y Francisco Cienfuegos ha escalado niveles imprevistos desde que el primero asumió el ejecutivo estatal el 3 de septiembre del año pasado, y cuando todo era miel sobre hojuelas con el poder legislativo.
En una esquina Samuel García descobijó supuesto enriquecimiento ilícito de los panistas, entre ellos el líder de la fracción albiazul en el Congreso local, pero agarró parejo y metió en la canasta a figuras como Salgado, su hermano Pedro, el diputado federal Víctor Pérez, y hasta al senador Víctor Fuentes, entre otros.
Pero quedó la duda por qué en la acusación no se revolvió a Raúl Gracia Guzmán, también con demasiada influencia en el PAN de Nuevo León, que quita y pone a jueces, magistrados, fiscales, ministerios públicos y demás empleados del poder judicial. ¿Por qué, por qué, por qué…?
Quién está viendo los toros desde la barrera -sin poder meterse a defender a sus hermanos panistas- es Arturo Salinas Garza, presidente por las próximas dos décadas del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura de Nuevo León, un puesto que precisamente tiene gracias al ex senador Gracia Guzmán.
“Tengo que ser neutral en esta situación”, dijo brevemente el magistrado y ex diputado local que en 2021 perdió la reelección contra Colosio en el Distrito local 4, mientras esperaba su comida en un restaurante de San Pedro Garza García.
En un juego que parece a las vencidas, Samuel García se puso también los guantes con Francisco Cienfuegos, ex alcalde de Guadalupe y la mano que mece la cuna en la fracción tricolor en el Congreso, al revivir una investigación en su contra en la Unidad de Inteligencia Financiera y Económica (UIFE).
En coincidencia con la ofensiva del gobernador, los panistas anunciaron la propuesta para modificar la Constitución estatal para implementar la figura de la revocación del mandato a través de una consulta popular, misma que estaría apoyada por sus aliados priistas.
Total, que “sí hay tiro” en una cartelera envidia de cualquier casino de Las Vegas que anuncia en una esquina del ring a Samuel García, mientras en la otra están muy visibles Chefo, Chale y Víctor, y no se ve que haya una rendija para la reconciliación y para fumar la pipa de la paz.