
¡ 2 mil millones de dólares!
Ese es el tamaño del boquete que está dejando el furioso Álex en su paso por Nuevo León.
Todos los sectores, todos sin excepción, resintieron los estragos del huracán más espantoso que haya sufrido esta castigada tierra en los últimos 100 años.
Pasadas las 72 horas más críticas de las torrenciales lluvias, el primer ensayo de daños arrojaba 10 mil millones de pesos, tan sólo en las vialidades locales.
La Cámara Nacional de Comercio (Canaco) reveló que sus pérdidas en ventas rebasaron los 2 mil millones de pesos, únicamente en el primer fin de semana tras el ataque del fenómeno poco natural.
Cientos de comerciantes se vieron obligados a cancelar por completo las actividades, en particular aquellos cuyos changarros se ubican en lugares donde ya no existen las calles.
La Cámara de Industria de Transformación (Caintra) reportó que casi un 40 por ciento de sus afiliados sufrieron afectaciones en sus plantas, es decir más de 3 mil 600 compañías.
Hay casos de corporaciones que ya anunciaron su reinicio de la producción en septiembre u octubre, eso sí, con una estela de pérdidas en millones de billetes verdosos.
Siguió creciendo la devastación como bola de nieve, sobre todo en los días cuando el sector empresarial comenzó a enfrentar los estragos al colapsarse carreteras y vías ferroviarias.
El comercio exterior, que hasta antes de Álex resurgía de la cenizas de la crisis financiera de 2008-2009, ahora atraviesa uno de sus peores episodios en décadas.
Los exportadores e importadores de todos tamaños experimentan un trauma monumental.
Esa gran frontera con la economía más poderosa del mundo, hacia donde se dirigen el 90 por ciento de las exportaciones mexicanas, está hoy más lejos que nunca.
La danza de los números rojos se sigue moviendo de forma vertiginosa, hora tras hora, minuto tras minuto.
De acuerdo a los cálculos más conservadores de las mujeres y hombres especialistas en finanzas, la normalización de la vida productiva en NL se dará allá por el 2012.
Será en momentos en que el país entero se andará convulsionando por el cambio en Los Pinos, y la verdad, el plan de reconstrucción habrá quedado en segundo o tercer lugar de prioridades.
Es más, de aquí al arranque del 2011, la rebatinga de los partidos políticos por el botín pre electoral estará teñido de rojo fuego y los damnificados vivirán en el olvido.
Pal’ baile vamos…
Por cierto, estuvo por estas tierras de reiniciadas balaceras la plana mayor de los banqueros para prometer el cielo y las estrellas a los miles de micro, pequeños y medianos ipecos devastados por Álex.
Ofrecieron una bolsa ficticia de mil millones de pesos para ayudar a las micros, pequeñas y medianas empresas.
Les recordamos a los dueños de la banca en este país de mentiras oficialistas, que ellos mismos siempre exclaman en sus playeras reuniones anuales: “no somos hermanitas de la caridad”.
Vinieron a cacarear a NL que extenderán los plazos de pago para los endeudadísimos empresarios, pero nunca, nunca se comprometieron a bajar las criminales tasas de interés.
Estos hombres no la brincan sin huarache, no por nada sus filiales en México son las que reportan las más jugosas e insultantes ganancias a escala mundial.
La Asociación de Bancos de México rezó una larga letanía de buenos deseos para ayudar a las mujeres y hombres emprendedores.
Aquí el problema es que los dichosos banqueros gozan de la misma credibilidad que un diputadete de tercera en una piquera de Reforma cruz con Galeana.
Por cierto, hasta el mismísimo Fernando Gómez Mont vino a reclamarle a los empresarios regios que no hagan como que les habla la virgen, con eso de la reetiquetada de precios.
“Yo espero una sociedad solidaria en donde los sectores productivos puedan generar el máximo posible de auxilio y de solidaridad para los más desprotegidos”.
Esto sobre todo en “donde la clase empresarial que es famosa en el mundo por su talante y por su productividad y su fortaleza”, añadió.
El titular de la Secretaría de Gobernación exclamó que esperamos que la IP de Nuevo León “ genere las mejores condiciones en precio y en modo para que se puedan rehabilitar los hogares de aquellos enseres que les hacen falta”.
Traducción: no se vayan a tirar a la especulación, al acaparamiento, a lucrar con los más jodidos, en momentos de grave crisis entre sus paisanos norteños.
Hubo quienes se pusieron las pilas.
Bajo un diluvio sin precedentes en la vida moderna de la Sultana del Norte, fue la gente de FEMSA la primera que salió a las calles a repartir millones de litros de agua para consumo humano.
El equipo de Don José Antonio Fernández se la jugó en la intransitable vialidad para llevar el vital líquido a las comunidades que ya parecían zona de guerra, todas bajo el lodo.
Luego siguió el generoso donativo de Don Roberto González Barrera, por 100 millones de pesos, a nombre de sus joyas de la corona Gruma y Banorte.
De un plumazo regaló “Don Maseco” una cantidad similar a la que anunció con bombo y platillo la burocracia calderonista para arrancar la reconstrucción del estado.
Otros del antaño famoso “Grupo de los 10” llegaron con suma tardanza para agregarse a la caravana de ayuda dirigida a miles de hogares destruidos en unos cuantos minutos por la lluvia.
También una comitiva de los inútiles y caros diputados federales se reunió con el Rodri-gober, en donde no pasó a mayores su gastado discurso de prometer una ayuda que nunca se dio.
El presidente de la Comisión de Presupuesto, Luis Videgaray, juró por su santísima que éste “tendrá que ser uno de los esfuerzos de reconstrucción más grandes que ha enfrentado nuestro país en muchas décadas”.
“ Mèxico no ha dimensionado todavía lo que ha ocurrido en Monterrey y en todo el estado de Nuevo Leòn”, añadió el representante de la Cámara Baja.
“Lo que ha ocurrido en la zona metropolitana de Monterrey tiene que ser una altísima prioridad de todos los niveles de gobierno, de todos los partidos políticos, una prioridad nacional”, subrayó.
Videgaray adelantó lo que será la sequía de $$$ para NL en los meses por venir:
“Esto implica que habrán de hacerse muchos movimientos de carácter presupuestal urgentes” para el 2011, con el apoyo de gobierno federal, de la Secretaría de Hacienda. Fue secundado por la representante de la Comisión de Desarrollo Metropolitano, Carolina Viggiano, quien prometió que “apoyaremos en todo lo que sea necesario” al estado de Nuevo León.
“Es indispensable que nos pongamos a trabajar para planear correctamente respecto de esta circunstancia en el ejercicio 2011, ya que Nuevo León es motor de desarrollo para el país”, exclamó la tal Caro.
A los odiados cobrones de impuestos, o sease la SHCP, les importa un bledo que cientos de miles de familias vivan ahora en la calle porque sus casas quedaron hechas añicos.
Ya luego de la gran preocupación, los legisladores se fueron a tragar kilos de cabrito, carne asada, frijoles con veneno, tortillas de harina, chelas y vampiros allá por la república de Apodaca.
De paso, se llevaron algunas cajas de carbrito congelado, no vaya a ser que la próxima vez que nos visiten ya se haigan extinguido esos riquísimos ejemplares, porque perecieron en el río Salado.
¿Y los buenos pa nada senadores?
Bien gracias, aplastados en sus curules, pudriéndose con los millones que diariamente se gastan con cargo a los bolsillos de las familias mexicanas ahora sin agua, sin comida y sin casa.
Ni siquiera se han percatado que la nación está en una crisis histórica por la sacudida que Mr. Álex le dio a Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas en las últimas semanas.
Inicia la reconstrucción.
Los más agradecidos y beneficiados con las miles de viviendas, calles, puentes, fábricas y escuelas devastadas serán los lords de la industria de la construcción.
Para lo que viene de 2010, 2011, 2012 y hasta 2013, quienes operan a los de pico y pala no se darán abasto para levantar esta otrora presumida región de prosperidad.
Como antecedente, el pasado 6 de mayo la Conagua advirtió que los fenómenos de “El Niño” y “ La Niña” provocarían este año extrema sequía y precipitaciones en el país.
Existe “la posibilidad de que en este año el periodo de estiaje dure más, o sea que el periodo de sequìa dure mas de lo que la climatología en promedio normal abarca”.