Mientras se acerca la histórica cita a las urnas en México, queda claro que en los Estados violentos del norte de México como Nuevo León y Tamaulipas se dará una pelea cerrada entre Enrique Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota, sin descartar una sorpresa de Andrés Manuel López Obrador.
Si en las elecciones de 2000 los jóvenes que por primera vez votaron para elegir al presidente de México ayudaron a la victoria de Vicente Fox Quesada, doce años después rechazan a la candidata del PAN, Vázquez Mota, y apoyan la propuesta de izquierda que encabeza López Obrador.
El “viernes negro” del aspirante del PRI-Verde Peña Nieto, en la Universidad Iberoamericana de México, confirmó que los estudiantes prefieren a López Obrador como próximo mandatario de un país donde no hay futuro para los recién egresados de las instituciones de educación superior, sean privadas o públicas.
En días pasados varios simulacros de elección arrojaron cifras que confirman que la juventud mexicana no quiere saber nada del PAN y PRI, en sus aspiraciones para ganar la presidencia el 1 de julio próximo.
En la UNAM el candidato de las izquierdas no solamente ganó a sus adversarios, sino que obtuvo un aplastante 85.5 por ciento, por 5 de Peña Nieto y un empate de 4 por ciento de Vázquez Mota y Gabriel Quadri, con una participación de más de 22 mil alumnos.
Los panistas, que están viendo cómo López Obrador está mandando al tercer lugar de las preferencias a su candidata, no dan crédito y se lamentan de que los jóvenes no tienen memoria corta, al referirse a que en 2006 el tabasqueño encabezó actos de resistencia civil que pusieron de cabeza la capital del país. Para los encargados de la campaña de Vázquez Mota, en su afán de alcanzar en los porcentajes al aspirante del PRI-Verde con los spots de “Peña miente”, minimizaron a López Obrador. Y cuando falta poco más de cinco semanas para las elecciones es muy notoria la caída en las preferencias de la señora. Sin red que la salve.
Desde el principio de las hostilidades electorales a comienzos de abril, la panista no las tuvo todas consigo, demostrando que sus creativos en la producción de spots estaban muy debajo en sus capacidades comparados con sus contrincantes.
Hasta los spots donde aparece la combi celeste de Quadri de la Torre, con los cuatro jóvenes que interpretan a los candidatos, resultan más ingeniosos, rematando con la pegajosa frase de: “¡Contamos contigo!” del ganador del primer debate.
Pero regresando a los simulacros de elecciones, en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) de Jalisco, López Obrador volvió a ganar con 52 por ciento, por 30 de la panista, 7 del priista-verde y 3 del aliancista.
Este resultado parece extraño, pues se supone que el Revolucionario Institucional va arriba en todas las encuestas para gobernador, en un Estado en poder del PAN desde hace 18 años. Sin embargo hay que reiterar que el universo de potenciales votantes que participaron en el ejercicio son jóvenes universitarios.
Tres simulacros más se realizaron en la Universidad Valle de México, en la Escuela “Carlos Septién” de Periodismo de la capital del país y en la Universidad “José Vasconcelos” (UNIVAS) de Oaxaca, donde de nuevo el candidato de las izquierdas terminó primero y obtuvo de 33 hasta el 65 por ciento de los votos.
Desde antes que arrancaran las campañas se perfilaba que la juventud de México se inclinaría por la oferta de López Obrador, por una quizá simple razón: hace seis años sus intereses no eran políticos y sus mentes no fueron contaminados con esa campaña hitleriana que encabezó el PAN-gobierno contra él.
Me atrevo a decir que los jóvenes que consultaron Internet y supieron y vieron los spots que advertían que AMLO era un peligro para México, lo van a favorecer con su voto a manera de repudio contra el PAN y de rebote a su candidata, porque ese partido fue el autor intelectual.
Quien escribe votó en 2000 por Fox Quesada para provocar el cambio y quitar al PRI de esa dictadura de 70 años en el gobierno. Y como no vivo de las dádivas de ningún partido político y tengo el derecho de votar libremente, en 2006 favorecí a López Obrador.
Quiero aceptar que en ambos casos caí en profundo arrepentimiento al entregarles mi voto. Al primero porque comprobé que había engañado a los mexicanos por muchas propuestas de campaña incumplidas, en especial porque la corrupción empeoró, y ejemplo irrefutable fueron los hijos de su esposa Marta Sahagún: los hermanos Bribiesca.
En el segundo porque no compartí las decisiones que tomó López Obrador tras perder las elecciones de 2006, en llevar al completo caos la vialidad y la actividad comercial con el bloqueo de Paseo de la Reforma, perjudicando a millones de capitalinos, muchos que votaron por él en esa ciudad bastión del perredismo.
Esos actos de resistencia civil, que para sus adversarios políticos y algunos dirigentes del PRD rayaban en la locura, afectó seriamente la imagen de su partido y de los aliados, el Partido del Trabajo (PT) y el ahora Movimiento Ciudadano.
Pero sobre todo fue perjudicial para quien de nuevo buscaría la presidencia en 2012, previa las luchas internas dentro del PRD y su desprestigio al aliarse con el PAN para ganar las gubernaturas de Oaxaca, Puebla y Sinaloa.
Con todo y su imagen dañada, López Obrador fue ungido de nuevo como candidato del Movimiento Progresista y, poco a poco, ha subido en las encuestas. Su metralla, como lo demostró en el primer debate, va dirigida contra Peña Nieto, no contra Vázquez Mota, porque está seguro que a ella la relegó al tercer lugar.
POR ÚLTIMO
Pudo haber sido contra Josefina, Quadri, AMLO o Peña Nieto. Cierto es que no estoy de acuerdo en que si una persona -en este caso fue un candidato- es invitado a una universidad se le trate groseramente.
Porque un invitado deja de hacer cosas igual de importantes al aceptar ir a un lugar, y de pilón ¿te voy a maltratar verbalmente?
No hay que confundir con expresar libremente las ideas a que invite a alguien a mi casa y me luzca gritándole lo que se me pegue la gana.
Dicen que los de la Ibero reaccionaron así cuando Peña Nieto, con sus respuestas, quiso tomarles el pelo, engañarlos.
Eso es falso, porque los ofendidos no escribieron en las cartulinas lo que pusieron cuando se sintieron ofendidos durante la charla.
Claro que no, las pancartas ya estaban listas desde antes. ¿O no? Bien por una juventud que despierta en México. Pero mal porque no se vale invitar a alguien esbozando una sonrisa y, luego, querer sacarlo a patadas de tu casa.
Eso se llama actuar con premeditación, alevosía y ventaja.
Twitter: @hhjimenez