Estaba un día El Apuntador revisando su cuenta de Twitter cuando se dio cuenta de una gachada de la agencia de noticias Notimex que depende de la Secretaría de Gobernación, que tiene con un pie en la calle a una veintena de corresponsales en el extranjero, aunque algunos con más de 30 años de antigüedad ya fueron despedidos sin liquidación.
¿Pero este mitote a quién le interesa en Nuevo León?, se han de preguntar algunos de los diez millones de seguidores de esta infame columna. Y la respuesta va rápida, rauda y veloz: resulta que la directora de este medio oficialista ahora del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, es ni más ni menos que una periodista regiomontana.
Sanujana Martínez, quien fuera corresponsal por más de 15 años de la revista Proceso en España, y trabajara en sus inicios como reportera en el desaparecido Diario de Monterrey (Milenio) y Televisa Monterrey, tiene esta papa caliente en sus manos, que apesta a una injusticia que ella misma vivió durante casi una década.
Resulta que en 2006 Proceso terminó abruptamente su relación laboral con Martínez y no quería pagarle ni un cinco de indemnización, menos darle las gracias.
Pero como la dama es de armas tomar, pronto interpuso una demanda laboral contra la publicación fundada por el reconocido y fallecido periodista, Julio Scherer, misma que ganó nueve años más tarde cuando las instancias federales le dieron la razón y recibió envidiable liquidación de un buen de millones de pesos.
Sin embargo, la periodista quizá nunca imaginó que un día estaría entre la espada y la pared, entre ponerse del lado de su patrón López Obrador, o apoyar a los corresponsales internacionales de Notimex que hicieron pública su penosa situación porque se rompió toda relación laboral con la agencia.
Uno de los afectados se llama Rubén Barrera, originario de Nuevo Laredo, Tamaulipas, quien tenía más de 30 años como corresponsal en varias ciudades de Estados Unidos, entre ellas McAllen y San Antonio, Texas, además de Washington D.C.
Ante la abrupta decisión de la dirección de Notimex de cortarles sus salarios, se sabe, Barrera volvió a Nuevo Laredo donde anda buscando dónde trabajar, sin tener claro si su directora Martínez lo apoyará para tener una liquidación conforme marcan las leyes laborales en México.
Las mismas leyes que le dieron la razón a Martínez cuando sintió pisoteados sus derechos por la revista Proceso, y quien fue cobijada por hartos apoyos que durante su lucha recibió de un grupo selecto del periodismo mexicano encabezado por figuras como Elena Poniatowska y Denise Maerker, entre otros. ¡Échate ese trompo a la uña!
Regresando con el relajo de los corresponsales, todo el escándalo inició cuando el grupo creó una cuenta de Twitter donde dio a conocer los abusos que la agencia de noticias del Estado mexicano está cometiendo contra ellos.
En esta cuenta se han publicado una serie de cartas, comunicados, posicionamientos y muchísimos retuits y mensajes de solidaridad del gremio por la situación en la que se encuentran estos compañeros.
Una de estas cartas está firmada por Heriberto Araujo, Rubén Barrera, Andrés Beltrano, Olga Barobio, Edelmiro Franco, Cecilia González, Maurizio Guerrero, Isabel Inclán, Jorge López Zamorano, Carlos Meza, Mario Osorio, Pablo Palomo, Rodolfo Rivera, José Romero, Pablo Tonini, Francisco Trujillo y José Wrigth.
Todos ellos tienen entre 8 y 31 años trabajando en la agencia en distintas partes del mundo y en la carta que publicaron detallan que ninguno de ellos ha terminado su relación laboral con la agencia y tampoco han dejado de enviar notas.
De hecho, fue la agencia la que el pasado 3 de enero suspendió la publicación de sus despachos, y días después bloqueó el acceso al sistema de envío de información y a su cuenta de correo institucional.
Relataron que desde el 2013 la agencia condicionó el pago de salarios a la firma de un nuevo contrato anual donde los ubicaban como prestadores de servicios, mismos que se estuvieron renovando sin problemas hasta el 2018, cuando el director de Administración de la SHCP, Daniel Enríquez, dio instrucciones para que no se autorizara la extensión de esta relación laboral.
Para empeorar las cosas, la nueva oferta de contrato Notimex contemplaba una nueva oferta laboral donde se reducían hasta en un 60 por ciento los salarios de los corresponsales, lo que se sabe es leonino y hasta ilegal.
Incluso, la agencia suspendió unilateralmente la relación laboral con los corresponsales en Miami, El Paso y Guatemala.
Todo esto ha colocado en una complicadísima situación a estos periodistas quienes han iniciado esta lucha donde no esperan nada más que el respeto a sus derechos laborales y al trabajo.
Suerte compañeros y toda la solidaridad.
ECOS DEL MOTIN
Pasando a otros asuntos, donde hubo mucha tela de donde cortar fue en la cobertura que los medios de comunicación hicieron de los disturbios que se generaron afuera del penal del Topo Chico después de que las autoridades llevaron a cabo el traslado de un montón de reos a una cárcel de Coahuila.
Desde muy temprano, cuando se supo que se había llevado a cabo el operativo, los representantes de la prensa se dieron cita en los alrededores del penal para dar cuenta de los disturbios generados por los familiares de los presos, que exigían que los dejaran entrar para verificar el estado de salud de sus seres queridos.
Como siempre sucede en estos asuntos, nunca falta el policía que se acelera y comete excesos; en esta ocasión a quien le tocó pagar el pato fue al experimentado fotógrafo de Milenio, Raúl Palacios, quien se encontraba en el lugar de los hechos cumpliendo con su labor.
El problema fue que unos elementos de Fuerza Civil lo obligaron a borrar las fotografías que recién había tomado del operativo, lo que es una clara agresión a la libertad de prensa y las garantías de Palacios.
Tras los hechos, la Comisión Estatal de Derechos Humanos y organismos de periodistas manifestaron su condena por los hechos y su solidaridad con Palacios, quien únicamente estaba cumpliendo con su trabajo.
Esto generó que días después de lo sucedido, el secretario general de Gobierno, Manuel González, emitiera una disculpa a nombre del gobierno del Estado a Palacios por el desagradable incidente.
Pero no vayan a creer que solamente los policías se pasaron de lanza contra los reporteros que se encontraban cubriendo los disturbios, también los familiares de los reos se pusieron medio lurias.
A quien ya lo andaba cargando la manifestación fue a Misael Dávila, del ABC, quien por poquito era víctima de un secuestro express por parte de algunos de los familiares de los reos del penal del Topo Chico.
Bueno, eso de decir que lo iban a secuestrar es exagerar el asunto. Lo que realmente sucedió es que cuando los familiares se hicieron de un camión del transporte público (lo que sí es en contra de la ley), para que los llevara al Hospital Universitario para verificar el estado de salud de sus familiares, invitaron a los reporteros a que los acompañaran.
En un acto de prudencia, ninguno de los comunicadores que ahí estaban quisieron subirse al autobús pues comprendieron que al hacerlo estarían involucrándose en el delito que representa el secuestro de la unidad, por lo que se disculparon con los familiares.
Sin embargo, algunos de los manifestantes no iban a aceptar un “¡no!” como respuesta y que intentan subir por la fuerza al camión a Dávila, que era al que tenían más cerquita.
Fue entonces cuando un grupo de compañeros, entre ellos Pedro Ortiz y Emanuel Suárez, de Hora Cero, hicieron lo posible por evitar que los manifestantes se lo llevaran, sujetándolo del brazo.
En honor a la verdad hubo un momento en que la escena se puso medio cómica, pues por un lado los familiares, y por el otro a los reporteros, jaloneando a Dávila que ya parecía muñeco de trapo.
De hecho, la escena fue captada por el fotógrafo Jorge López, de Milenio, quien en sus redes sociales compartió las imágenes de lo sucedido.
Al final los manifestantes no se pudieron llevar al reportero y todo quedó en la anécdota.
RETAZOS
En otros asuntos vale la pena comentar un evidente caso de agresión a la libertad de prensa que se está dando allá por los rumbos de Piedras Negras, Coahuila.
La víctima es un joven reportero independiente que se llama Efraín González, quien se ha ganado el odio de Claudio Bres, alcalde de Morena de aquella población fronteriza.
El asunto está más o menos así: resulta que tras una investigación periodística que, dicho sea de paso, cumple con cada uno de los puntos y requisitos que se supone deben de considerarse en esta profesión, González publicó en su perfil de Facebook un reportaje donde expone que el alcalde está incurriendo en un grave conflicto de intereses.
La cosa es que el edil es, junto a su padre, propietario de la estación de radio “La Rancherita del Aire”, con sede en Piedras Negras.
Los problemas vinieron cuando el alcalde asignó unos contratos de publicidad tanto del Ayuntamiento, como con el organismo operador del agua a favor de la radiodifusora lo que, cualquiera lo sabe, es una evidente violación a la ley.
En su reportaje en video, González demuestra con pruebas documentales que la estación de radio es propiedad del alcalde y sus familiares y que, además, tiene contratos de publicidad del Ayuntamiento, mismos que al final de la administración habrán sumado alrededor de 40 millones de pesos.
Por si lo anterior fuera poco, en la nota el reportero deja claro que al asignarle el contrato de publicidad a su empresa, el alcalde infló los costos de los spots publicitario ¡ocho veces!, aumentando su nivel de ganancias.
Como cereza del pastel muestra una entrevista donde el presidente municipal acepta cínicamente que está dispuesto a otorgarle contratos pagados con recursos públicos a la empresa de su familia.
Tras dar a conocer este reportaje, el reportero ha sido víctima de todo tipo de agresiones, insultos, amenazas e intimidación por medio de las redes sociales; además, lo que es un exceso, fue acusado penalmente por el alcalde ¡por daño moral!
Organismos defensores de periodistas a nivel internacional como Artículo 19 han retomado el caso y han denunciado públicamente la campaña de acoso que se está aplicando en su contra.
Va la solidaridad de este espacio al joven reportero que ha demostrado que hasta las redes sociales pueden ser una tribuna viable para dar a conocer un trabajo periodístico, cumpliendo con todos los lineamientos que exige esta profesión.
En otros asuntos, el columnista recomienda a todos que lean el reportaje que aparece en esta edición de Hora Cero que trata sobre el fenómeno llamado #MeeToo y que tuvo una variante dedicada exclusivamente a quienes trabajan en los medios de comunicación.
Entre los detalles interesantes de este movimiento es que lograron sacudir las estructuras de un grupo editorial tan importante como Reforma, donde tras la denuncia ante las autoridades correspondientes de una víctima, se determinó separar de su cargo a un director de operaciones editoriales de la empresa.
Tristemente, como siempre sucede en este tipo de dinámicas, abundando los señalamientos anónimos y sin pruebas contra un montón de reporteros, conductores, fotógrafos, editorialistas, directivos y editores de todo tipo de publicaciones.
Algunas de las empresas señaladas en las denuncias de las participantes en el #MeeToo anunciaron que cambiarán sus protocolos para verificar mucho mejor las denuncias de presuntos acosos.
Lo que es verdad es que, seguramente, así como muchas de las denuncias son ciertas, también hubo excesos y se difamó de manera impune a algún compañero de los medios de comunicación.
Y no se trata de minimizar la necesidad de que los incidentes de acoso sexual sean denunciados y sancionados por las vías adecuadas, lo que se dice es que en una profesión como el periodismo, donde sobran las personas molestas por lo que escriben o publican algunos comunicadores, es muy sencillo destruir la reputación de alguien desde el anonimato.
Porque es cierto, seguramente la mayoría de los que fueron señalados en el #MeeTooperiodistas tienen algo de qué avergonzarse, pues aprovecharon su posición para pasarse de la raya con sus compañeras; sin embargo, esto no quiere decir que no haya otros que fueron víctimas de un intento de venganza, de una vendetta, de un linchamiento virtual que sólo busca destruirlos.
Desgraciadamente, como este asunto es exclusivo de las redes sociales, no hay manera de regularlo, controlarlo, y ponerlo en su verdadera dimensión; mientras tanto, la reputación de todos los que estamos en los medios pende de un delgado hilo.
Antes de concluir con esta entrega se da trámite a la petición de Mario Palacios de dar su versión sobre la pasada pregunta de la quincena.
Por medio de un mensaje y ante la alusión a su persona, Palacios solicitó que se publicara su versión de por qué escribió en su perfil personal de Facebook un reclamo a las autoridades de la UANL por no haberlo invitado como ponente en la pasada UANLeer 2019.
Atendiendo la solicitud, va textual la versión que Palacios envió:
“Sabes que Celso (Garza) me había prometido invitarme a esas mesas de periodismo cultural, porque así se lo planteamos varios reporteros hace dos años en una UANLeer. Yo todavía estaba en el Canal 28 y dijo que me incluiría a exponer. Fue un acuerdo verbal que esperaba se tradujera en realidad. Pero Celso (Garza) sólo buscó a sus corifeos o a quienes le dan dividendos mediáticos. Por eso fue mi publicación. Y te insisto y te pido que en la próxima Hora Cero y Caja de Pandora publiques el post de Facebook y no sólo la pregunta incomoda”.
Cumplido el trámite ahora sí el columnista los deja con la gustada pregunta de la quincena: ¿quién fue el primero de La Afición que puso el grito en el cielo cuando vio los suplementos especiales que, en otros tiempos, él editaba?
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