El huracán MORENA castigó severamente al PRI y al PAN en Nuevo León en las diputaciones locales y federales, donde la alianza “Juntos Haremos Historia” ganó lo inimaginable antes de las elecciones del domingo primero de julio.
También el electorado nuevoleonés proempresarial, proderecha y propanista que quiso hacer perder a Andrés Manuel López Obrador en el Estado -como lo hizo con Enrique Peña Nieto en 2012-, salió a votar en Guadalupe y Monterrey por Pedro Garza y a Felipe de Jesús Cantú, del PAN, contra todos los pronósticos.
En términos meteorológicos, el día de las elecciones se formó una tormenta perfecta con el huracán MORENA, por un lado, y la animadversión contra el presidente electo, por el otro, descarrilando a Cristina Díaz y a Adrián de la Garza en Guadalupe y Monterrey, respectivamente.
Si no hay un viraje en el cómputo de la Comisión Estatal Electoral en las dos ciudades de mayor peso electoral de Nuevo León, habría una alternancia que no estaba presupuestada. Y la recuperación del PRI será hasta el 2027, no en 2021 cuando se renueve la gubernatura. O sea, va para muy muy largo.
Con las derrotas casi inminentes en Guadalupe y Monterrey también los futuros liderazgos dentro del tricolor estarán en disputa, aunque en el PRI siempre se han caracterizado por salir todos bien sonrientes en la foto.
De aquí en adelante pesarán -y mucho- César Garza en Apodaca, Clara Luz Flores en Escobedo y Heriberto Treviño en Juárez, los únicos alcaldes tricolores que ganaron su reelección en la zona metropolitana.
Mientras que Francisco Cienfuegos llegará al Congreso como diputado plurinominal una vez que deje la alcaldía de Guadalupe, teniendo como contrapeso al único candidato a legislador local del PRI que ganó de los 26 que contendieron y que, batallando, pudo reelegirse: Marco Antonio González.
Aunque la bancada tricolor será de apenas cinco diputados, el PRI puede ser el fiel de la balanza para que el PAN o MORENA y sus respectivos aliados tengan mayoría simple y saquen las iniciativas. Vaya, el PRI será un cheque en blanco a partir del primero de septiembre.
La peor de las derrotas del tricolor en su historia no sólo fue en Nuevo León, sino a nivel nacional. Fue un voto despiadado de odio contra el partido que también hizo perder a candidatos a diputados locales, federales y la fórmula al Senado, y premió a la alianza “Juntos Haremos Historia” gracias a López Obrador, que pidió el voto masivo para tener mayoría legislativa.
En serio: ¿quién apostaría que Santiago González le ganaría a la senadora con licencia Marcela Guerra en un distrito local? ¿Que perdería César Cavazos, exdirigente del PRI? ¿Y Álvaro Ibarra… y María de Jesús Aguirre… y Lorena de la Garza… y Jorge Mendoza en el Senado? Bueno, a éste último ya los zopilotes le volaban sobre la cabeza desde que fue designado candidato.
En esta elección por demás atípica, David venció a Goliat. Por ejemplo, en Apodaca, el alcalde en funciones Oscar Cantú no solamente perdió su Distrito Federal, sino que quedará en tercer lugar cuando termine el cómputo final del INE.
Caso aparte es el panista Arturo Salinas, coordinador de los diputados albiazules en el Congreso local, que perdió frente al único candidato de Movimiento Ciudadano que ganó, pero que lleva un nombre y apellidos que movieron sentimientos y sedujeron al electorado: Luis Donaldo Colosio Riojas.
¿Quién en sus cinco sentidos, de los que se dedican a la política, iba a meterle dinero en una apuesta en Las Vegas a que “la manzanita” Salinas perdería ante Colosio, sobre todo en un distrito muy azul? Y pasó en esta elección atípica, por el efecto del huracán MORENA que cambió la tendencia de las encuestas.
En San Pedro Garza García también se formó una tormenta perfecta: Mauricio Fernández jugó en contra de Rebeca Clouthier y, además, los sampetrinos no quisieron de alcaldesa a una panista hermana de la coordinadora de campaña de López Obrador: su hermana Tatiana.
Desde antes que empezara la campaña en ese municipio de extrema riqueza, Miguel Treviño tenía una alta preferencia del electorado, detectada por Hora Cero Encuestas, que irritó a los gurús de la campaña de Rebeca. Al final, con los resultados finales de la CEE, la compañía encuestadora había acertado, anticipando la derrota de Acción Nacional y la coronación del independiente.
Para las elecciones a gobernador de 2021 ya está apuntado Samuel García Sepúlveda por Movimiento Ciudadano, quien hasta las nueve de la noche del martes 3 de julio, en el conteo del PREP, iba arriba por más de seis mil votos ante la fórmula panista de Víctor Fuentes y Alejandra Sada.
El abogado de profesión de 31 años ya es senador, aun cuando en el cómputo final la fórmula de MC quede en segundo lugar. Algo que para muchos “sabios de la política” era improbable antes de las campañas.
Pero García Sepúlveda, en su papel de diputado local, había demostrado que su popularidad crecía, sobre todo, por las críticas en contra de Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco” como gobernador y como candidato presidencial independiente.
Y si como legislador fue una piedra en el zapato para “El Bronco”, peor será cuando sea senador de la República y se perfile a la gubernatura de Nuevo León con todo el apoyo de Jalisco, donde gobernará Movimiento Ciudadano. Como se dice: “Habrá show para rato”.
EL ESCENARIO DE NUEVO LEóN
Mucho se ha dicho y escrito respecto a la participación de Jaime Rodríguez Calderón en la pasada contienda presidencial y aunque todo depende del cristal donde se mire, lo menos que se puede decir es que el “El Bronco” tuvo una participación decepcionante el pasado 1 de julio.
Los números no mienten. Mientras en el 2015 sacó más de un millón de votos, en esta ocasión apenas recibió 250, más menos.
Aunque estaba jugando de local se fue al cuarto lugar de las preferencias y ni siquiera pudo sacar la victoria en su ciudad natal, García.
Estos son los datos que los antibroncos ofrecen a todos los que quieran escucharlos; sin embargo, hay un par de detalles que no quieren tomar en cuenta:
Por ejemplo, de ser un perfecto desconocido en la política nacional, “El Bronco” logró una considerable votación en algunas zonas de la República, donde no solo sacó más votos que partidos como PRD, PANAL y Movimiento Ciudadano, sino hasta que el mismo Revolucionario Institucional.
Si lo quisiera, y de acuerdo a los números oficiales, “El Bronco” podría acudir ante el INE y solicitar el registro de un nuevo partido político nacional, una verdadera pesadilla para todos los que no pueden ver al gobernador de Nuevo León ni en pintura.
A pesar de eso, ese escenario suena complicado, considerando que al fundar un partido Rodríguez Calderón mataría toda su tesis de ser independiente, además de que tiene muchísimo trabajo por delante en Nuevo León.
Hoy lo que debe de estar en la agenda del mandatario estatal es recuperar la confianza de los electores, volverlos a seducir para alcanzar los niveles de aceptación que tuvo en el 2015, cuando se convirtió en un verdadero fenómeno electoral.
El escenario, aunque para algunos es imposible, no puede ser mejor para “El Bronco”, quien se maneja mucho mejor cuando tiene todo en contra, es la víctima y objetivo de todos los ataques.
Así fue como logró colarse en los corazones de los neoloneses, y si sabe explotar el tener un Congreso en contra y cero aliados en las alcaldías, ¿quien sabe?, a lo mejor su regreso a la gubernatura no va a ser tan amargo.
Lo interesante será ver si esta nueva lucha en la vida de Rodríguez Calderón la va a realizar con el mismo equipo de colaboradores que lo han estado siguiendo en los últimos tres años o, como dicen algunos, viene una sacudida que cambiará el rostro del círculo rojo del mandatario de Nuevo León.
Hay quienes aseguran que las horas están contadas para un grupo de personajes, quienes solían tener todas las confianzas de “El Bronco” y que hoy, ya son vistos como lastres que no supieron ofrecer ideas nuevas a la campaña.