
No tiene pretexto para no hacerlo. En el tiempo que lleva al frente de Tigres no ha podido hacer que el equipo avance en la tabla porcentual y cada partido que pasa no enseña nada positivo en el terreno de juego.
Hoy, tras perder su segundo Clásico en Tigres, está más que claro que debe dar un paso al costado, pues no hacerlo sólo provoca que el presidente de Tigres, Santiago Martínez, el que lo puso en el cargo, tenga la presión de la afición y de los medios sobre sus hombros para echarlo, pero al parecer, el sentimiento le gana y no puede tomar la decisión.
No hay duda que algo debe tener de bueno, pues ya logró un campeonato en Santos, pero parece que todo eso se quedó en tierras laguneras y aquí no ha podido encontrar la fórmula para hacer que Tigres juegue a algo, pues más allá de ganar o perder, por lo menos los hinchas esperan algo que les demuestre que se va por el camino correcto y que los resultados llegarán tarde o temprano.
Durante los últimos cuatro partido de este torneo Bicentenario el Travieso se ve confundido en el banquillo, pone a jugadores en posiciones que no dominan y le abre las puertas a sus rivales para hacerle daño por esa zona, además de que a la hora de modificar el planteamiento sobre la marcha, sistemáticamente se equivoca y deja todo en manos de las individualidades.
Santiago Martínez no puede seguir ciego, debe asumir su rol de presidente y quitarse la camiseta del amigo, pues de lo contrario el equipo seguirá metido en un tobogán que no tiene fin, y aunque en este torneo no descenderá, gracias a los Indios de Ciudad Juárez, el próximo año futbolístico serán los últimos en la porcentual.
Tras perder ante Rayados 2-1 en el Clásico 91, Tigres tiene enfrente un panorama nada halagador. Pues recibirá a Santos a media semana, luego visitará al América y regresará el 20 de febrero al Universitario para recibir al Morelia, el equipo que mejor juega hoy en México y el del técnico que todos quieren en Tigres, Tomás Boy, y al que no han querido dar la oportunidad.
De acuerdo a cómo vienen jugando, de estos tres encuentros no se ve por dónde se pueda rescatar más de uno o tres puntos, lo que debe poner a los altos mandos felinos a buscar un reemplazo, un entrenador que venga a cambiar la cara al equipo y que lo enfile a mejores puertos.
Si el buen Santiago no puede tomar la decisión de despedir a su amigo Guzmán, alguien de Cemex debe hacerlo por él, debe salir de las oficinas del corporativo cementero y llegar a las del Estadio Universitario para firmar el finiquito del Travieso, pues ya quedó más que claro que no es el técnico para Tigres, aunque partido tras partido sus jugadores se la pasen declarando lo contrario a lo que se ve en la cancha y en las estadísticas.
Pero, ¿quién debe venir a reemplazarlo? Esa es una verdadera incógnita porque este equipo ya le dio vuelta a todos los entrenadores, desde los de moda, los de renombre, los caros, los baratos y la gran mayoría han fracasado al final.
La realidad es que no pueden equivocarse nuevamente, ya se ha mencionado a Ricardo La Volpe, pero si bien es cierto que el “bigotón” es un entrenador de trabajo, perfeccionista y que hace jugar bien a sus equipos con o sin estrellas, también lo es que en sus últimos trabajos ha salido por la puerta de atrás.
De hecho hace unos años que dirigía a Rayados se echó a la afición felina encima al declarar que prefería ir de compras a Laredo que ver un partido de los Tigres, en ese entonces dirigido por Manuel Lapuente.
Desde que salió de la Selección Mexicana, La Volpe ha fracasado en Boca Juniors, Vélez Sarsfield, Rayados y Atlas, aunque con el Monterrey estuvo muy cerca de llevarlos a una final.
Se dice que ya hablaron con Leonardo Álvarez para que esté listo en caso de despedir a Guzmán. Leo es un técnico de casa, de bajo perfil y que tuvo un buen paso cuando sustituyó a Nery Pumpido, pero que quizá no tenga el carácter para imponerse a un plantel que sí ha sido una verdadera fiera…para devorar entrenadores.
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