¿Cuántas generaciones pasarán para que la afición de Tigres vuelva a ver a otro Gignac?
Al minuto 29, el francés igualó una de las pocas marcas que le faltaban por alcanzar (y romper) en el Club: Conectó un servicio de Sebastián Córdova y el balón culminó un viaje de 31 años para empatar la marca de Mario de Souza Mota “Bahía”, como máximo anotador de los Clásicos.
Era el gol 11 de Gignac, el gol que empataba al legendario delantero del Monterrey, que anotó su último tanto en el Derby Regio el 4 de abril de 1992, en un empate 1-1.
Y los 59’ emprendió el viaje en solitario. Romo derribó a Córdova en el área, tras un pase comprometido de Andrada, para que el árbitro Marco Antonio Ortiz marcara el penal, que Gignac ejecutó con potencia. Su gol 12 en la historia del Clásico Regio.
En el amanecer del partido el francés ya había avisado, con un remate de cabeza que pasó muy cerca del poste derecho de Andrada.
Los Rayados, que arrancaron sin un centro delantero, tuvieron tres oportunidades claras de anotar, en las que Nahuel Guzmán salvó su cabaña son espectaculares atajadas a disparo de Govea, tiro de Maxi y cabezazo de Romo.
Pero después, Tigres, que salió con una línea de cinco defensas, con Aquino y Lainez de carrileros, empezó a destruir el plan albiazul en base a esa intensidad que le ha dado sus mejores partidos en la era Siboldi.
Aunque en un principio Maxi, “Tecatito”, Canales y Cortizo intercambiaron posiciones para producir espacios, de a poco fueron diluyendo sus intenciones ante la intensidad y lectura de juego felinos.
Así llegaron los primeros dos goles a través de Gignac, y el tercero, por medio de Lainez al 72’, quien cruzó su disparo tras una finta de Gignac.
La afición terminó cantando “oles” en el Universitario, en otra jornada para la historia. Gignac, quien se vio más delgado y rápido, ha recuperado su movilidad y olfato de gol, tras cinco Clásicos sin anotar.
¿Pasarán otros 30 años para que alguien rompa la marca de máximo goleador de lo Clásicos?
Gignac no parece eterno…ya es eterno.