Después de las elecciones presidenciales de Estados Unidos de noviembre pasado, pero sobre todo a raíz de la anunciada victoria anticipada de la candidata demócrata Hillary Clinton que no se concretó en las boletas, se revivió la polémica y la gran duda: ¿por qué fallan las compañías encuestadoras?
En 2015, durante los tres meses de campaña de los aspirante a gobernador de Nuevo León, aparecieron publicados porcentajes descabellados, sobre todo de empresas que, por el factor dinero, se prestaron a tratar de engañar y perfilar como supuestos ganadores a quienes olían a perdedores.
De México no tengo dudas de que candidatos y partidos políticos tuercen las tendencias de las encuestas, obvio cuando las preferencias electorales no los favorecen, como una estrategia propagandística y para mantener en alto el entusiasmo de sus equipos de campaña.
Pues aunque de arranque tal o cual candidato tenga cero posibilidades de remontar, superar o derrotar a sus rivales, no se vale tirar la toalla antes de que empiece el primer round. De esa forma una encuesta torcida o “cuchareada” cumple un objetivo.
Y hay compañías que por dinero se prestar a poner en riesgo el poco prestigio que les queda, o que tuvieron algún día. Una de ellas GEA-ISA, quien a cinco días de la elección (31 de mayo) en Nuevo León difundió que el PRI ganaría con 38 por ciento, segundo el PAN con 29 por ciento y tercero con 20 puntos el candidato independiente Jaime Rodríguez Calderón
Y resulta que cinco días después el tercer lugar en la encuesta de GEA-ISA, un personaje apodado “El Bronco”, aplastó a sus contrincantes de tal manera que ni juntando los votos de Ivonne Álvarez García (PRI) y Felipe de Jesús Cantú Rodríguez (PAN) superaban a quien sería proclamado gobernador electo.
¿Por qué fallaron GRA-ISA, Mitofsky, Comunicación Política, Covarrubias, De la Riva, TV Azteca, entre otras? La respuesta es muy simple: porque fueron contratadas por candidatos, los partidos o el gobierno estatal en turno sin importar que estaba en juego su prestigio. ¿Y sobre su error garrafal? No pasa nada, que al cabo el mexicano olvida pronto.
En Nuevo León hubo solamente dos compañías: Hora Cero Encuestas y Salvador Borrego quienes desde el comienzo de las campañas anticiparon que “El Bronco” tenía amplias posibilidades de ganarle al bipartidismo y pasar a la historia como el primer gobernador independiente de México.
En un país donde la corrupción mueve dinero, hasta más que otras fuentes lícitas generadoras de riqueza, las mediciones para perfilar ganadores en comicios no están exentas de intentos de sobornos.
¿Quién resiste un cañonazo de uno, dos o tres millones de pesos, sobre todo en tiempos de crisis?, se dice. Y mi respuesta como director general de Hora Cero Encuestas es como el grito de guerra de los candidatos: “¡Sí se puede!”.
Luego de 19 años de experiencia realizando trabajos de opinión pública en el noreste de México, nunca hemos aceptado una sutil oferta para torcer la verdad. Y cuando alguien se atreve a sugerirnos, Heriberto Deándar Robinson, socio de la compañía, acuñó una respuesta: “Vayan mejor con la competencia, que al cabo hay muchas que se prestan”.
Porque después de muchos años de experiencia, solamente con dinero de por medio se explica que Mitofsky sea tan persistentemente errática, ganándose el apodo de “Mentirofsky”.
El caso de GEA-ISA es harina de ese mismo costal. Hace días un buen amigo panista me hizo llegar por Whatsapp una encuesta de esa empresa donde Margarita Zavala de Calderón aparece en primer lugar en todos los reactivos que se incluyeron en un supuesto estudio.
Entre ellos, que los panistas la prefieren como candidata presidencial por encima de Ricardo Anaya y Rafael Moreno Valle, y que en una confrontación contra Andrés Manuel López Obrador en 2018 ella le gana por dos puntos, mientras que Anaya perdería frente al líder de Morena en caso de que ambos fueran los contrincantes.
Apenas me mandó las gráficas respondí enviándole una tabla que tenía de los resultados de 2015 en Nuevo León, comparando los porcentajes de las últimas encuestas a una semana de la elección, con los resultados oficiales, y donde GEA-ISA fue la menos certera.
No quiero poner en duda que la señora Zavala de Calderón tenga sus seguidores dentro y fuera del PAN, pero que ella supera a AMLO y Anaya si hoy fueran las elecciones, como que a la empresa encuestadora se le pasó la mano de “cuchareada”.
En Coahuila, donde Hora Cero Encuestas publicó resultados de un estudio hecho en marzo pasado reflejando que el candidato del PAN, Guillermo “Memo” Anaya va arriba 4.5 puntos, la respuesta del PRI fue usar a compañías y medios para difundir sus propios números donde Miguel Angel Riquelme encabeza las preferencias por dos dígitos, entre 11 y 13 puntos separado del segundo lugar.
Esas tendencias que contrastan con las nuestras tienen un propósito como herramientas de campaña. Y se vale, pero cuando las campañas se vayan consumiendo y Hora Cero Encuestas vuelva al terreno a hacer una nueva medición, entonces estaremos en condiciones de anticipar quién se perfila como ganador o, en su caso, si la carrera entre Anaya y Riquelme va como una carrera de cuartos de milla: nariz con nariz.
Y por qué no, si Armando Guadiana con el jalón de AMLO pudiera tener posibilidades de victoria en Coahuila como aspirante de MORENA, como Delfina Gómez se perfila para ser ganadora en el Estado de México, gracias al factor López Obrador.
Volviendo al inicio de la columna. Ignoro si las encuestadoras de Estados Unidos son tan erráticas o Clinton las mandó “cucharear” a su favor. Cierto es que sus errores desprestigiaron a quienes desde hace casi de dos décadas, como nuestro caso, hacemos estudios honestos… y certeros.