A pesar de ser una contienda meramente europea, la Eurocopa de futbol que se desarrolla actualmente en Polonia y Ucrania recibe una amplia cobertura mediática en México (aunque no sea de sorprenderse en un país tan futbolero como el nuestro). Sin embargo, poco se ha comentado de la hiperpolitización del evento que han provocado los dirigentes de las naciones participantes en esta justa futbolística.
Y es que, separar futbol y política como lo pidieron el presidente ruso Putin y las autoridades futbolísticas europeas, es totalmente imposible ya que la Eurocopa no es un evento descontextualizado: sus actividades se inscriben en el entorno político, económico, social y cultural de sus naciones participantes.
En el caso específico de la Eurocopa 2012, la candidatura conjunta de los ahora anfitriones, Polonia y Ucrania, tenía tintes políticos desde su oficialización en 2007. En aquel entonces, Ucrania acababa de hacer su revolución democrática en las calles de su capital Kiev y Polonia era recién nuevo miembro de la Unión Europea (UE). La idea de una candidatura en común no fue tampoco el fruto del azar. Ucrania ha compartido con Polonia cinco siglos de historia; más tiempo que el que pasó bajo dominio ruso. El objetivo era entonces claro: usar esta competencia futbolística como vitrina de los esfuerzos hechos para integrarse más a la UE.
Actualmente, cinco años después de la candidatura conjunta, el panorama cambió radicalmente. Mientras Polonia es un modelo de integración, Ucrania ve obstaculizado su sueño europeo por la evolución autoritaria de su presidente. Por tales motivos, la mayoría de los gobernantes europeos – alemanes, austriacos, franceses e ingleses entre otros – decidieron el boicot de la Eurocopa, tomando como símbolo de su decisión las condiciones de detención de Yulia Timoshenko, ex primer ministro y principal oponente al régimen ucraniano actual. Se tensionaron las relaciones entre Ucrania y la UE (la canciller alemana Merkel hasta calificó a Ucrania de “dictadura”), y se pospuso la firma del acuerdo de asociación que se tenía previsto con Kiev.
¿Qué implica esto para el buen desarrollo de la competencia y sus protagonistas? En el aspecto deportivo, probablemente nada. En lo político, la controversia generada entre el poder ucraniano y la mayoría de los gobernantes europeos constituye un fracaso para el régimen de Kiev, que se encuentra atrapado en su propia trampa ya que sus planes de beneficiarse de la hipermediatización del evento y hacer triunfar su comunicación política se vieron frustrados.
¿Entonces, cuál será el impacto de este boicot? Si bien el poder ucraniano no va a modificar su política simplemente por la ausencia de los dirigentes europeos en un torneo de futbol, el boicot actual puede ser factor de cambio a mediano plazo. Esperemos que los debates sigan después de la Eurocopa, ya que no es aislando a Ucrania que se contribuirá a un diálogo constructivo.
Y para los que todavía dudaban de que en este planeta el balompié sea mucho más que un simple deporte, les recomiendo observar el uso – por no decir la manipulación – de la Eurocopa que hizo Mariano Rajoy, presidente del Gobierno español. Asistió tranquilamente al partido inaugural de la Roja, mientras sus colegas boicotearon el evento y que su país enfrenta la peor crisis económica desde su ingreso a la UE. ¿Será que prefiere que le pregunten de fútbol que sobre los gravísimos problemas que enfrenta su país? Es poco decir que la Eurocopa le cayó como anillo al dedo para desviar la atención de su población de la conferencia europea que tuvo lugar este mismo fin de semana que jugó la selección hispánica. Claramente, al estar presente en el estadio y no en otra parte, Rajoy hizo que se hablara menos de los 100 mil millones de euros que recibió España como rescate bancario.
¿Y qué decir de la descalificación de tres escalones de la deuda española por la agencia de notación Moody ´s que sucedió tres días después? ¡Qué bueno para Rajoy que haya jugado la Roja su segundo partido al día siguiente! Al ver el estado de la economía española, es de esperarse para el presidente del Gobierno español que su selección llegue muy lejos en la competencia…
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