Analizando los hechos registrados en el ITESM y la forma en la que se buscó evitar que la marcha de universitarios llegara hasta el Palacio de Gobierno, frenándolos con barricadas en las inmediaciones de la Explanada de los Héroes, uno de los alumnos a los que imparto la materia de Opinión Pública en la Universidad Regiomontana, me hizo una interesante pregunta:
¿Por qué el actual gobernador en su pasada campaña nos hizo creer a los jóvenes que nos escucharía y estaría de nuestro lado, y la primera vez que manifestamos nuestra forma de pensar nos cierra las puertas?
Tienen razón y queda confirmado que una de las fortalezas del entonces candidato del PRI a gobernador de Nuevo León, por cierto egresado de la UR, fue precisamente apelar a la emotividad y empatía de este sector, aplicando adecuadamente uno de los principios de la teoría del liderazgo; en épocas difíciles, los seres humanos son más fácilmente persuadidos por perfiles jóvenes, al ver en ellos la energía y claridad mental para sacar adelante la nave de la tormenta.
Es más, en el área metroplitana se colocaron unos vistosos anuncios espectaculares, en los que se observaba una moderna fotografìa del aspirante junto con la leyenda: “Es nuestro tiempo, haz que suceda”, enfocados principalmente a aquellos que emitirían su voto por primera vez.
Los griegos definían la Opinión Pública como una forma de sabiduría popular, como la voz del pueblo, y es precisamente uno los grandes en esta materia, el Florentino Nicolás Maquiavelo quien siempre dijo que el sentido común no debería alejarse de los hombres del poder al afirmar que “todo gobernante que se precie de ser sabio jamás ignorará la opinión popular”.
Ante la situación que todos padecemos, resulta interesante la forma en la que los miembros de la pirámide del poder parecieran que han hecho a un lado su sentido común, y lo que es más preocupante, están, o al menos así parece, polarizando a la ciudadanía pretendiendo ahora hasta “oficializar” las protestas ciudadanas, en lugar de encabezarlas y al igual que lo hacia Alejandro Magno, al iniciar sus batallas, guiar a los macedonios hacia el triunfo.
Sin soslayar la necesidad de garantizar que no se repitan hechos tan lamentables como los sucedidos en el Tec de Monterrey, los estrategas oficiales deberían explorar la conveniencia de adecuar los mensajes verbales y no verbales, buscando reafirmar la frase institucional de “Nuevo León Unido”, ya que el hecho de buscar polarizar a la ciudadanìa entre “protestas oficiales” y “protestas piratas”, lo único que logran es generar la percepción de un “Nuevo León des-unido”.
Sin descartar que la protesta el pasado miércoles 24 haya sido una no deseable, pero posible coincidencia con la presentación el mismo día del Plan de Desarrollo, no podemos propiciar más desunión y caos del que ya estamos padeciendo, porque hasta el hecho de sacar a los empresarios e invitados especiales por la puerta trasera, se ofende la inteligencia de los presentes, después de todo, afuera estaban mexicanos exigiendo mayor seguridad, al igual que ellos mismos lo han hecho.
Después de todo, el actual gobierno estatal también pudiera considerarse como rehén de la histórica falta de políticas públicas adecuadas y un entorno macroeconómico complicado, pero al perder el sentido común, ante la ausencia de saber escuchar a la gente, simple y sencillamente se convierte en parte del problema y no en parte de la solución.
Los expertos en el manejo de una comunicación eficaz sostienen que la esencia en esta materia no es lograr que el otro haga lo que uno quiere, sino en lograr que el otro QUIERA hacer lo que tu quieres, poniendo énfasis especial en el hecho de que en situaciones de crisis “high tech, nunca sustituirá el high touch”, confirmando lo que los políticos con sentido común siempre han dicho: “Aire nunca sustituirá tierra”.
Además, la Teoría de la Persuasión es muy clara al sostener que el principio del gobernante ante sus ciudadanos estriba en premisas básicas: ¿Cómo podemos buscar soluciones juntos a lo que estamos enfrentando? ¿Cómo nos afecta a todos?, entre otros, y una vez que esto haya sido identificado, se procede a construir confianza y compromisos, buscando que el líder hable hasta que haya escuchado completamente a la gente.
Porque hasta que se ha logrado la confianza y apoyo ciudadano, situación que no necesariamente se da al ganar por una mayoritaria minoría una elección; es que se debe proceder a generar acciones y movilizaciones sociales.
Lo anterior porque pareciera que en esta temprana crisis de credibilidad ciudadana, más no de gobernabilidad política, Nuevo León ya está a la altura de Ciudad Juárez, u otras ciudades fronterizas, cuando esto dista mucho de ser verdad, siendo propiciado lamentablemente, por la falta de talento para lograr remontar esta percepción ciudadana.
Mientras los grandes logros en materia de empleo, desarrollo social, y calidad de vida, se pierden entre el silbido de los balazos y la máxima de “no pasa nada”….hasta que pasa.
Como dicen los sabios….la alta tecnología, léase spots y anuncios, jamás sustituirán el contacto directo con los ciudadanos…