S
in intentar polemizar, el aborto es un tema que toca los hilos finos en millones de mujeres.
¿No es mi cuerpo y yo puedo decidir lo que yo quiera?, cuestionan las norteamericanas, que desde hace 50 años tenían permitido practicar un aborto de forma legal.
La Corte Suprema de Estados Unidos, que es la más importante del sistema judicial, es decir la que escucha las apelaciones de las cortes inferiores al igual que casos de mucha importancia nacional, dejó a los estados tomar su propia decisión.
Primero fue Missouri, luego Texas, luego vendrán Arkansas, Kentucky, Louisiana, Mississippi y con eso una avalancha de estados.
De esta ley antiaborto lo que se teme es que hasta cinco millones de mujeres fallezcan cada año por complicaciones.
He preguntado a mis alumnas si están a favor de esta decisión de la Corte Suprema y casi todas están en contra de la postura, porque la decisión no se centra en la mujer, sino también en el feto, ¿será legal hacerlo de inmediato, a la primer semana de gestación, a la sexta semana, o durante los nueves meses?
Hay que establecer cuál es la prohibición o la penalidad para quien lo practique. ¿Se castigará a la madre, al médico que lo practicó, o a la clínica?
El temor es que las prácticas de interrumpir la gestión del embarazo se realizarán en clínicas ilegales, incluso podrían “cruzar el charco” para venir a México donde estados como Veracruz, Coahuila, Hidalgo, Oaxaca y Ciudad de México, es legal esta práctica.
Quienes están a favor testifican que en casos de violación, cuando la vida de la madre corra peligro, violación, afecciones crónicas, posibles deformidades en el feto, problemas económicos, por inseminación artificial no consentida, finalmente es la decisión de la madre, porque ese es su cuerpo.
Pero esta misma decisión no la comparten las organizaciones pro vida, que cuentan múltiples casos de personas que llegaron a ser muy exitosas, pese a saber que venían con problemas de salud o congénitas.
Este no es un tema sencillo a debatir, para muchos padres sus hijos lo son todo y tenerlos es el más grande acto de amor que existe.
Ya sé, si me preguntan por Rosa María, ella tuvo un hijo, solo uno, pero suficiente para demostrarle toda su bondad mientras está con él. Si vieran cómo lo mira con esos ojos de ensoñación.
Yo soy el quinto de seis hermanos, muchos para esta época, y todos somos tan diferentes pero nos vemos con mucho cariño y respeto. El vínculo siempre ha sido nuestros padres y ya saben que en toda familia la madre lleva las riendas y pone el ejemplo.
Pero la decisión de estar a favor o en contra del derecho al aborto sigue siendo muy compleja.
El respeto a la vida no puede explicarse solo como un tema religioso, es más bien un tema de salud, que preocupa en el bienestar de millones de mujeres, pero no solo a ellas, sino a sus familias.
“Es la decisión personal de cada mujer es un derecho, pero como personal yo nunca abortaría, pero yo no soy nadie para juzgar lo que cada mujer hace”, comentó una de mis alumnas.
¿Y tú como mujer, qué decisión tomarías?v