
Una disculpa de Sergio Canales hacia su técnico Martín Demichelis, hacia sus compañeros y hacia la afición tendría un efecto medicinal en un entorno tan candente como el que se respira en los Rayados.
Vayamos un poco a la historia. Un domingo a mediodía Humberto Suazo insultó a su técnico Víctor Manuel Vucetich cuando lo sacó de cambio, en el partido de Vuelta de la Semifinal ante Toluca, en el Torneo de Apertura 2009.
Rayados avanzó a la Final de la semana siguiente ante el Cruz Azul.
“Chupete”, con todo y su carácter fuerte, tuvo la sabiduría para pedirle disculpas en privado a su técnico.
También lo hizo en una entrevista que al día siguiente, el lunes, nos dio a Gerardo Suárez y a mí, para el diario deportivo Récord donde entonces laborábamos.
Esa disculpa no sólo contribuyó a la unión del equipo, sino en algo más importante, sanó el vestidor.
Una semana después los Rayados se coronaron con una gran actuación del “Chupete”, que inició así su legendaria historia con los Rayados.
Lo peor que le puede pasar al futbol mexicano es crear una generación de entrenadores obedientes y jugadores tiranos, sobre todo en un momento en que necesitamos directores técnicos que aporten ideas que revolucionen nuestro medio y propicien el debate intelectual.
Empiezo a así esta columna en referencia al libro titulado Padres Obedientes, Hijos Tiranos, escrito por Evelyn Prado de Amaya y Jesús Amaya, en referencia a cómo las condicionantes sociales al modificado la relación padre-hijos en la actualidad.
Quiero pensar que la decisión de mantener a Demichelis en la dirección técnica es porque los directivos del Monterrey han detectado que los malos resultados son responsabilidad en gran medida también de los jugadores.
Y han detectado también que desde al menos 2016 los errores individuales en momentos claves han privado al equipo de varios títulos.
En un análisis de los partidos de esto torneo, podemos ver que en la mayoría de ellos el Monterrey ha creado las suficientes oportunidades de gol como para haber ganado.
Y que la falta de contundencia y errores individuales en la defensa han influido mucho para que el equipo no logre el triunfo.
La evidencia más clara es el partido del sábado pasado cuando una serie de errores individuales encadenados propiciaron el gol de la victoria de Xolos.
Creo que la directiva está tratando de romper el patrón para darle a su director técnico el respaldo que necesita para ejercer su autoridad, es decir que el hilo del entrenador deje de ser el más delgado.
Los medios también debemos de contribuir para moldear la opinión pública y evitar crear una percepción de que la autoridad puede ser rebasada sin consecuencias.
Así como las condicionantes sociales han provocado una generación de padres obedientes e hijos tiramos, en el futbol los grandes sueldos y la fama que experimentan los jugadores que los ponen en un nivel de celebridades, los vuelen difíciles de manera para directivos y entrenadores…
Con el riesgo de crear una generación de entrenadores obedientes y jugadores tiranos.